Disfagia y aspiración: cuando tragar puede llegar a resultar peligroso

Written by: Dr. José Javier Benito González
Published:
Edited by: Albert González

 

¿Cómo tragamos? Fisiología de la deglución

La deglución es el mecanismo mediante el cual el alimento pasa desde la boca al estómago en condiciones óptimas para su aprovechamiento. Está dividido en tres fases o procesos:

  1. Fase oral: ocurre en la boca, donde tiene lugar la preparación del bolo alimenticio (masticación, insalivación y compactación) y la propulsión del bolo hacia la faringe. Es una fase voluntaria, no depende de mecanismos reflejos.
  2. Fase faríngea: ocurre en la faringe y es completamente involuntaria. Cuando el alimento alcanza el istmo de las fauces se desencadena el reflejo de la deglución, el cual permite la progresión secuencial del alimento hacia el esófago, a la vez que se protege la vía aérea impidiendo su paso hacia la vía respiratoria. Esto ocurre porque en la faringe se entrecruzan la vía digestiva (que conduce el alimento hacia el estómago) y la vía respiratoria (que conduce el aire hacia la tráquea y los pulmones). Para evitar atragantarnos mientras comemos hemos de “cerrar” momentáneamente y de manera refleja la laringe o puerta de entrada a la tráquea.
  3. Fase esofágica: tiene lugar en el esófago y es igualmente involuntaria. La relajación del esfínter esofágico superior permite el paso del bolo alimenticio hacia el esófago. La contracción coordinada de la musculatura esofágica (peristaltismo) procura su progresión hasta el estómago.

 

El acto de la deglución constituye, por tanto, una compleja serie de sucesos coordinados que interesa a más de 30 pares de músculos y a 6 nervios o pares craneales.

 

El objetivo de la deglución es la correcta nutrición e hidratación del individuo. Para ello, han de cumplirse dos aspectos básicos: la eficacia (ingerir la totalidad de calorías y agua que el individuo precisa) y la seguridad (ingerirlas sin que se produzcan complicaciones respiratorias). Cuando la deglución no es segura, existe un riesgo elevado de aspiración, es decir, que entren sustancias extrañas en el árbol traqueobronquial a través de las cuerdas vocales. Esto puede ocurrir tanto con la saliva (aspiración basal), como con la ingesta de comida o líquidos. La entrada de material extraño (comida, líquidos o vómito) en el árbol traqueobronquial puede producir síndrome agudo de distrés respiratorio, neumonitis crónica y, sobre todo, neumonía por aspiración. En ocasiones, es muy difícil reconocer una neumonía como aspirativa, ya que el estado general de estos pacientes ofrece múltiples causas que justifican el desarrollo de problemas bronconeumónicos.

 

Disfagia es la dificultad para que el alimento pase desde la boca al estómago.

 

Patología de la deglución: disfagia

La disfagia es la sensación subjetiva de dificultad para que el alimento pase desde la boca al estómago. Es un síntoma altamente prevalente, cuyas causas abarcan un amplio abanico de posibilidades y condiciones patológicas que pueden clasificarse según:

  • Localización:
    • Orofaríngea: las alteraciones de origen oral, faríngeo, laríngeo y del esfínter esofágico superior. Supone el 80% de las disfagias diagnosticadas.
    • Esofágica: las producidas en el esófago, generalmente por causas mecánicas. Supone el 20% restante.
  • Etiología:
    • Mecánica: cuando es secundaria a la obstrucción de la faringe o el esófago, ya sea desde el interior (por un cuerpo extraño, un proceso inflamatorio, una estenosis o estrechamiento provocado por cirugía, radioterapia, quemaduras por cáusticos, etc., un proceso tumoral benigno o maligno, etc.) o desde el exterior (tumores en otras localizaciones que comprimen la faringe o el esófago, divertículos, etc.).
    • Motora: cuando se debe a la alteración o incoordinación de los mecanismos de la deglución, bien por causas neurológicas (ictus cerebrales, esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple, Parkinson, etc.) o musculares (miastenia gravis, miopatías, polidermatomiositis, acalasia, etc.).

 

La disfagia orofaríngea puede provocar dos tipos de consecuencias:

  • Por un lado, puede causar desnutrición y/o deshidratación hasta en 1/3 de los pacientes que la padecen.
  • Por otro lado, puede ocasionar alteraciones en la seguridad de la deglución, condicionando problemas broncopulmonares hasta en 2/3 de los pacientes que la presentan, con un elevado riesgo de neumonías por aspiración e infecciones respiratorias.
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By Dr. José Javier Benito González
Otolaringology

ENT specialist, Dr. Benito González holds the Rambla Nova Medical Center and the Hospital Sant Joan de Reus. In addition to teaching in the Department of Otolaryngology at the Rovira i Virgili University, organizes specialized courses in Otorhinolaryngology. He is a Doctor in Medicine and Surgery from the University of Salamanca.

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