Cómo sobrellevar la muerte de un ser querido

El proceso de duelo es el dolor que se produce ante la pérdida de alguien o algo significativo. Podemos estar en duelo no sólo por la muerte de un ser querido, sino también a consecuencia de una ruptura de pareja, por dejar nuestro país de origen o por la pérdida de un objeto material importante para nosotros (como podría ser la vivienda a consecuencia de un desahucio o de un accidente doméstico o catástrofe).

A lo largo de nuestra vida vamos afrontando distintos procesos de duelo, desde la emancipación, el abandono de nuestra ciudad de origen, las diversas rupturas de pareja, el fallecimiento de familiares y finalmente nuestra propia muerte, el duelo por nuestra vida.

Es importante que tengamos en cuenta que el proceso de duelo es totalmente subjetivo, cada persona lo vive de una manera totalmente distinta y que no hay tiempos para el duelo.

El proceso de duelo puede presentar síntomas diversos, a nivel emocional podemos tener reacciones de ansiedad, tristeza, ira, culpa e incluso alivio, a nivel mental es normal estar más desconcertados, que se nos olviden las cosas, o que estemos dándole vueltas todo el rato a una misma idea relacionada con la pérdida que hemos sufrido. A nivel conductual, podemos evitar lugares, o revisitar ciertos lugares, podemos tener también la necesidad de conectar con nuestro ser querido (por ejemplo yendo al cementerio, hablando con él/ella o con su foto...), podemos sufrir insomnio, falta de apetito, aislamiento social...

¿Cuáles son las etapas del duelo?

Tradicionalmente se distinguían cuatro fases o etapas del duelo: shock, ira, negociación, depresión y aceptación. Actualmente, se habla más de dimensiones del duelo, que serían: trauma, negación, conexión e integración. Sobre estas dimensiones, no hay que pasar por todas ellas y podemos estar en varias dimensiones a la vez, por ejemplo una persona que se pasa muchas horas trabajando para evitar sentir el dolor de la pérdida, pero que el fin de semana necesita ir a un lugar al que solía ir con la persona que ha perdido.

De este modo, es importante que tengamos en cuenta que no se trata de que pase el tiempo (la mítica frase "el tiempo lo cura todo"), sino de lo que nosotros hagamos durante ese tiempo. Para poder adaptarnos a una pérdida hemos de permitirnos sentir el dolor y el sufrimiento que nos causa la separación con esa persona y al mismo tiempo podremos empezar a establecer una relación más desde el amor y el agradecimiento, que desde la tristeza y el dolor.

¿Cómo afectan a la persona cada una de estas etapas?

Una persona que está en trauma necesita posiblemente ayuda terapéutica para poder afrontar el dolor que supone la pérdida porque ella misma, por sí sola no lo consigue, de este modo, irá ampliando su capacidad para afrontar el dolor.

Cuando la persona está en negación es frecuente que también necesite ese apoyo profesional, al establecer esos mecanismos defensivos que nos llevan a separarnos del dolor no podremos integrar la pérdida, de tal modo que, en psicoterapia, poco a poco lograremos ir desmontando esa evitación para poder conectar cada vez más con el dolor de la pérdida, siempre respetando el ritmo de la persona.

Al estar en conexión, sentimos la necesidad de conectar con nuestro ser querido, a pesar de la pena y el dolor, porque al llorar liberamos hormonas del estrés que nos ayudan a sentir alivio. Desde esa pena rememoraremos escenas, situaciones y recuerdos que nos ayudarán a encontrar el amor hacia la persona fallecida.

¿Cómo se puede sobrellevar la muerte de un ser querido?

Es bueno mantener una actitud de respeto hacia mí, hacia lo que siento al estar en duelo, dándome permiso para estar mal, para evitar cuando lo necesite y para poder elaborar el duelo. Contar con un par de contactos que estén ahí para escucharme es importante puesto que así cuando estamos mal podemos recurrir a ellos, mantener hábitos de vida saludable, cuidar la alimentación, el sueño y hacer ejercicio físico es importante para mantener nuestra salud mental en duelo. Y, sobre todo, si no nos sentimos capaces de afrontarlo, pedir ayuda a profesionales especializados.