¿Cómo gestionar las discusiones de pareja?

Discutir es un proceso normal en cualquier relación humana y tener diferencias con tu pareja es algo normal, tal y como explica la psicóloga Haizea Gómez. Cuando empezamos a salir con alguien y nos encontramos en la etapa del enamoramiento pensamos que las discusiones son ajenas a nuestra relación, pero el verdadero problema surge cuando nos encontramos frente a ellas y no sabemos exactamente qué hacer.

Tal y como apunta Haizea, el problema aparece cuando crece la tensión y las confrontaciones se convierten en riñas habituales, cargadas de frases hirientes, sentimientos de culpa y no hay lugar para la comunicación y el entendimiento.

A la hora de discutir es importante considerar el respeto y el afecto como límites fundamentales para que el disentimiento no dañe la relación de pareja. También es necesario considerar el cómo (estar calmados y no discutir en caliente), el cuándo (por la noche no es un buen momento) y la forma (mejor en persona que por Whatsapp o por conversación telefónica).

Pautas para construir un vínculo fuerte y sano en las relaciones de pareja: Técnica ‘tiempo fuera’

Esta técnica requiere de implicación por ambas partes de la pareja y sobre todo de un cierto grado de madurez. El amor, como las relaciones de amistad o el trabajo, exigen una dosis de esfuerzo diario.

El primer paso para aplicar esta técnica es el entendimiento. Consiste en que la pareja asuma que en una relación son habituales las discusiones, es algo normal y habitual, y por ello la psicóloga insiste en que lo importante es no perder las maneras ni faltarse al respeto. A veces cuando discutimos por la pareja nos sentimos abrumados por la emoción y eso hace que acabemos sacando la peor parte de nosotros, que es justamente lo que vamos a tratar de evitar con esta técnica.

Una vez aceptemos que las discusiones son un proceso natural en toda relación, el siguiente paso será anticiparse a ella. Es decir, durante la próxima discusión con la pareja se debería dedicar un momento a hablar sobre esto y pactar un tiempo fuera, lo que implicaría que antes de que el enfado crezca y sea más intenso parar y hablar sobre cómo gestionar ese conflicto.

Por ejemplo, ambas partes de la pareja podrían acordar que la próxima vez que se encuentren en una situación similar a la que les llevó a tener la última discusión paren (como si detuviéramos un cronómetro) para calmarse y estar cada uno con ellos mismos.

¿Cómo gestionar ese ‘tiempo fuera’?

Lo primero será hablar con nuestra pareja y decidir cuánto tiempo vamos a parar. Es preferible que no pase de las 24 horas porque puede generar sensación de evitación.

Lo que se puede hacer durante ese ‘tiempo fuera’ es:

• Hacer algo que nos permita calmarnos y reducir nuestro nivel de enfado.
• Coger un folio y escribir cómo nos sentimos en esa situación y por qué nos sentimos así.
• Una vez tengamos estos sentimientos identificados, el ejercicio siguiente consistiría en ponernos en el lugar de nuestra pareja y pensar cómo se siente.

En el momento del encuentro posterior, sería interesante llevar los dos folios que hemos escrito (cómo me he sentido y cómo se ha sentido mi pareja) y hablarlo. Básicamente consistiría en expresarnos y permitir que la otra persona nos dé su opinión.

Con esta técnica lograremos desconectar, interrumpir el enfado y la intensidad que podría tomar la discusión y alcanzar un nivel de entendimiento con nuestra pareja que nos va a permitir reforzar nuestra relación.