¿Cómo funciona la diálisis y cuándo es necesaria?
Written in association with:La diálisis es un tratamiento médico que reemplaza algunas de las funciones que normalmente realizan los riñones cuando estos han dejado de funcionar correctamente. Los riñones se encargan de eliminar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, además de regular los electrolitos y mantener el equilibrio químico del organismo.
Cuando los riñones fallan, el cuerpo comienza a acumular toxinas y líquidos peligrosos, y es entonces cuando la diálisis se convierte en una opción fundamental para mantener la salud.
¿Cómo funciona la diálisis?
Existen dos tipos principales de diálisis:
- Hemodiálisis.
- Diálisis peritoneal.
Ambos métodos buscan eliminar desechos y exceso de líquido de la sangre, pero lo hacen de maneras diferentes.
Hemodiálisis: la forma más común de diálisis
La hemodiálisis es el tipo de diálisis más frecuente. Durante este tratamiento, la sangre del paciente es filtrada a través de una máquina conocida como "riñón artificial".
El proceso se realiza mediante la inserción de una aguja en una vena, generalmente en el brazo, a través de un acceso vascular especial llamado fístula o injerto. La sangre se extrae y se bombea a través de un filtro en la máquina, donde se limpia de desechos y exceso de líquidos. Posteriormente, la sangre purificada es retornada al cuerpo.
Cada sesión de hemodiálisis suele durar entre 3 y 5 horas y generalmente se realiza 3 veces por semana. Sin embargo, la frecuencia puede variar según el estado del paciente y la recomendación del nefrólogo.
La hemodiálisis puede realizarse en el hospital o en un centro especializado. Si el paciente está capacitado, también puede realizarse en el propio hogar; en este caso, el material será proporcionado por el hospital de referencia.
Diálisis peritoneal: mayor flexibilidad y autonomía para el paciente
La diálisis peritoneal usa el revestimiento interno del abdomen (peritoneo) como filtro natural para eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo. En lugar de pasar la sangre a través de una máquina, este método utiliza el abdomen del paciente para filtrar la sangre.
Se introduce una solución especial, conocida como dializado, en la cavidad abdominal a través de un catéter. Esta solución absorbe los desechos y el exceso de líquido de los vasos sanguíneos que envuelven el peritoneo. Después de varias horas, el líquido con los desechos se drena y se reemplaza por una nueva solución.
Este tipo de diálisis se puede hacer en casa, lo que permite mayor flexibilidad y autonomía para el paciente.
Tipos de diálisis peritoneal:
- Diálisis peritoneal ambulatoria continua (DPAC): el paciente realiza 4 a 5 intercambios de líquido durante el día, de manera manual.
- Diálisis peritoneal automatizada (DPA): se realiza durante la noche mediante una máquina que realiza los intercambios de manera automática mientras el paciente duerme.
¿Cuándo es necesaria la diálisis?
La decisión de iniciar diálisis debe ser completamente personalizada, tomando en cuenta la situación basal del paciente, calidad de vida y expectativas. Normalmente la diálisis se hace necesaria cuando los riñones han perdido aproximadamente el 85-90% de su función y no pueden mantener el equilibrio de líquidos, electrolitos y desechos en el cuerpo.
Algunas de las situaciones más comunes en las que se requiere diálisis incluyen:
- Enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) o en etapa terminal: cuando la enfermedad renal crónica progresa a su fase final, los riñones ya no pueden realizar su función. En esta etapa, denominada antiguamente insuficiencia renal terminal, la diálisis o un trasplante de riñón son las dos principales opciones de tratamiento. Sin la diálisis, los niveles de toxinas y líquidos pueden llegar a ser peligrosos para la vida.
- Insuficiencia renal aguda: en algunos casos, los riñones pueden fallar de forma súbita debido a una lesión, infección grave, complicación quirúrgica o sobredosis de medicamentos. Esto se denomina insuficiencia renal aguda, y la diálisis puede ser necesaria de forma temporal hasta que los riñones recuperen su funcionamiento. En muchos casos, los pacientes pueden dejar de necesitar diálisis una vez que el problema subyacente se haya solucionado.
- Síntomas graves asociados con insuficiencia renal: en etapas avanzadas de la enfermedad renal, algunos síntomas pueden volverse graves y requerir la diálisis, incluso si el paciente no está en insuficiencia renal terminal. Algunos de estos síntomas incluyen:
- Hinchazón extrema debido a la retención de líquidos (edema).
- Niveles peligrosos de electrolitos, como potasio elevado en la sangre (hiperpotasemia), que puede causar problemas cardíacos.
- Acumulación de desechos tóxicos en la sangre, lo que provoca náuseas, vómitos, fatiga extrema y confusión mental.
- Preparación para el trasplante de riñón: para aquellos que están en lista de espera para un trasplante de riñón, la diálisis es un tratamiento de mantenimiento que mantiene al paciente estable mientras espera un órgano compatible. Aunque el trasplante de riñón es el tratamiento definitivo para la insuficiencia renal, la diálisis es vital para quienes esperan un donante o para quienes no son candidatos al trasplante.
¿Qué esperar de la diálisis?
Aunque la diálisis es un tratamiento que salva vidas, puede tener un impacto significativo en la vida diaria.
Algunos aspectos importantes a tener en cuenta son:
- Cambios en la rutina: dependiendo del tipo de diálisis, puede ser necesario ajustar las actividades diarias para adaptarse al tratamiento. La hemodiálisis, por ejemplo, puede requerir tiempo en un centro de diálisis varias veces a la semana.
- Dieta y restricciones: las personas en diálisis deben seguir una dieta especial que limite el consumo de líquidos, sodio, potasio y fósforo para ayudar a controlar los niveles de desechos y electrolitos en el cuerpo.
- Efectos secundarios: algunos pacientes pueden experimentar efectos secundarios como cansancio, calambres musculares, presión arterial baja o infecciones.
La diálisis es un tratamiento vital para personas cuyos riñones no funcionan correctamente, ya sea de manera crónica o aguda. Aunque puede parecer un proceso complejo, tanto la hemodiálisis como la diálisis peritoneal están diseñadas para sustituir algunas de las funciones esenciales de los riñones, mejorando la calidad de vida y permitiendo que los pacientes sigan adelante mientras reciben el tratamiento o esperan un trasplante.
Es importante que los pacientes trabajen en conjunto con su equipo médico para determinar el tipo de diálisis más adecuado y llevar un estilo de vida saludable que complemente su tratamiento.