¿Cómo evoluciona el ictus y qué cambios produce en la vida de quien lo padece?

Written by: Mercè Guillén Ballestar
Published: | Updated: 21/02/2023
Edited by: Cristina Mateo

El Daño Cerebral Adquirido es una lesión que se producen en las estructuras cerebrales de manera súbita como consecuencia de un accidente o enfermedad. El 78% de las causas del Daño cerebral adquirido es el Ictus.

 

El Ictus, o Accidente Cerebro Vascular Agudo, es una lesión que se produce en el cerebro de rápida instauración, debido a un trastorno brusco de la circulación cerebral. Es un proceso patológico de los vasos sanguíneos cerebrales que altera la función de una determinada región del cerebro.

 

Los estudios demuestran que si bien afecta a personas mayores, últimamente se observa en personas cada vez más jóvenes aunque su presencia revista menor gravedad. El 50% sobreviven a este accidente, aunque con secuelas emocionales y déficits cognitivos de relevancia.

 

Esta patología sigue siendo un problema grave de salud y social en nuestro entorno. Respecto a las secuelas emocionales, es muy frecuente que la familia y los cuidadores se refieran a los cambios de personalidad del paciente como consecuencia del Ictus o por la propia situación.

 

Los rasgos más observados son: variabilidad y sensibilización emotiva, que según el paciente, se encuentra en una situación de felicidad desconectada de su situación o de un estado de nerviosismo o irritabilidad permanente. Entre las principales limitaciones a nivel cognitivo y conductual, en función del paciente y de la localización de su lesión, podríamos describir un amplio espectro de cambios, como:

  • Menor tolerancia a la frustración.
  • Irritabilidad.
  • Agresividad verbal y física. 
  • Infantilismo y egocentrismo.
  • Disminución de la sensibilidad social.
  • Impaciencia y deterioro de la capacidad de introspección.

 

El paciente también puede experimentar apatía, dificultad para tomar la iniciativa, falta de capacidad crítica, juicio social defectuoso, inhabilidad para llevar a cabo una tarea, desinhibición o tendencia al infantilismo. Estas alteraciones pueden variar desde una leve acentuación de la personalidad premórbida a un cambio sustancial de la personalidad.

 

Podría parecer que la persona haya olvidado las normas básicas de conducta, que actos sociales previamente gratificantes dejen de serlo y pueda tener problemas con la jerarquía y la autoridad. Incluso puede resultarle difícil negociar y seguir normas básicas de amistad así como mantener estabilidad en las relaciones afectivas, todo ello como resultado de no entender cómo se sienten los demás y de no empatizar con una visión de futuro.

 

Las consecuencias más graves de todo ello son:

  • Mayor riesgo de divorcio.
  • Pérdida del contacto con amigos previos.
  • Tendencia al aislamiento social que a menudo persiste en el tiempo.

 

El 78% de las causas del Daño cerebral adquirido es el Ictus.

 

¿Qué cambios se producen en la vida del paciente?

 

El impacto del daño cerebral adquirido supone la ruptura del proceso vital de una persona y de su familia. Por eso, los primeros meses tras la lesión son vitales puesto que es el momento de aceptación y adaptación a la nueva situación. El desconocimiento del daño cerebral genera dudas y angustia.

 

Es difícil enfrentarse a lo que se desconoce. Las afectaciones físicas son incapacitantes desde un primer momento, tanto para quien lo padece como para familiares o cuidadores, lo que suele constituir principal fuente de preocupación para el paciente desde el inicio. Una tercera parte de las personas afectadas cursan con secuelas graves e invalidantes.

 

Sus consecuencias físicas, cognitivas y emocionales afectan al paciente de forma individual, aunque al formar parte de una red social, ésta también resulta afectada por el impacto y la brusquedad del accidente, en este caso, de forma indirecta.

 

 

Diagnóstico y tratamiento: evaluación neurospicológica

 

El neuropsicólogo evalúa la dinámica familiar, detecta y prioriza las necesidades y cambios que el daño cerebral genera en la familia. También analiza los recursos de afrontamiento situacional disponibles y en potencia e instaura estrategias de intervención terapéuticas.

 

Las Técnicas de Neuroimagen, como la RM o el TC, no son capaces de detectar toda la disfunción neurológica en un daño cerebral adquirido. La medida más sensible para evaluar la integridad cerebral es la medición de la conducta del ser humano, análisis que se realiza a través de la Evaluación Neuropsicológica.

 

La Evaluación puede identificar disfunciones que le resultan invisibles al RM o al TC, sobre todo en casos de accidente cerebrovascular leve. Por lo tanto, la Evaluación Neuropsicológica es la prueba diagnóstica que determina con mayor precisión la zona en la que se localiza una lesión cerebral focal y determinar su rendimiento.

 

La lesión cerebral puede no ser igual a la anatomía nerviosa focal observada en pruebas de neuroimagen

 

Las pruebas utilizadas en la Evaluación Neuropsicológica son de gran utilidad para el buen diagnóstico del impacto del ictus, su localización y el diseñar y ajuste del proceso de rehabilitación neuropsicológica posterior a la exploración. Actualmente existe una amplia gama de herramientas para la exploración neuropsicológica.

 

La elección de las pruebas y los objetivos de la evaluación, que se realiza tras una entrevista clínica realizada por el neuropsicólogo, varían en función de cada paciente. El análisis debe contemplar un amplio espectro de variables, como: edad, sexo, nivel funcional del afectado, antecedentes culturales, actividad laboral y otras experiencias vitales.

 

La Exploración Neuropsicológica, tiene como objetivos:

  • Definir el nivel del funcionamiento cerebral del paciente, identificar la disfunción cerebral y localizarla.
  • Proporcionar información sobre el potencial posible de recuperación del paciente, la velocidad estimable para reanudar el estilo de vida anterior.
  • Identifica trastornos leves cuando otros estudios diagnósticos resultan ambiguos • documentar la recuperación de la función cognitiva tras el tratamiento médico, y ayudar a planificar la rehabilitación cognitiva determinando la eficacia de esta.
  • Favorecer resultados realistas al paciente y a la familia y ayudar a comprender los posibles déficits residuales. También es contribuir en la planificación de los programas de rehabilitación.

 

Funciones cognitivas generalmente exploradas en la Exploración neurospicológica:

  • Razonamiento abstracto y conceptualización.
  • Atención.
  • Lenguaje.
  • Memoria.
  • Motora. 
  • Orientación.
  • Sensibilidad y percepción.
  • Visuoespacial.

 

Aunque en el mejor de los casos llegue a la curación total, es decir, desaparezcan totalmente los síntomas y secuelas, suele dejar en el ex paciente una nueva fase de vigilancia de su comportamiento en la vida cotidiana. Algunos de los más frecuentes son: nuevos hábitos alimentarios, reducción de tóxicos y estrés y mayor cuidado médico preventivo.

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By Mercè Guillén Ballestar
Psychology

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