¿Cómo diferenciar entre alergia, sensibilidad alimentaria e intolerancia?

Written by: Dr. Óscar Cáceres Calle
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Edited by: Patricia Pujante Crespo

Las reacciones adversas a los alimentos pueden clasificarse en inmunológicas y no inmunológicas, según la European Academy of Allergy and Clinical Immunology. Y de ahí que no sea lo mismo una reacción adversa a un alimento cuando se es alérgico, que cuando se tiene intolerancia o sensibilidad. A pesar de que algunos síntomas son comunes en los tres conceptos, la diferencia reside en las consecuencias y en los tratamientos.

Primer plano de una chica tumbada de lado, tocándose el vientre - intolerancia alimentaria alergia alimentaria - by Top Doctors
Las reacciones adversas a los alimentos pueden ser inmunológicas o no,
y de ahí que no sea lo mismo ser alérgico, tener intolerancia o sensibilidad

 

Reacciones alimentarias inmunológicas vs no inmunológicas

Las reacciones alimentarias inmunológicas son la alergia y la sensibilidad a alimentos, mientras que las no inmunológicas son las intolerancias. Dentro de las intolerancias más comunes están la intolerancia a la histamina y a la lactosa.

 

¿Cuándo se considera que un paciente sufre alergia a un alimento?

Es importante destacar que la alergia alimenticia es una reacción mediada por anticuerpos IgE y que, al ingerir el alimento, se produce la reacción inmunológica, con liberación de histamina y de mediadores inflamatorios. Esto produce los típicos síntomas de alergia: picor de la piel, enrojecimiento o aparición de habones. En casos severos se puede acompañar de una reacción anafiláctica, donde se ven implicados diversos órganos y es una urgencia vital, ya que puede desembocar en un shock anafiláctico, con pérdida del conocimiento, caída de la tensión arterial y muerte del paciente, si no se trata a tiempo.

 

Estos síntomas que produce la alergia suelen producirse de forma inmediata tras ingerir el alimento, y la reacción más grave se produce cuanto más temprano y más fuerte sea el inicio. Es por eso que los pacientes alérgicos deben evitar cualquier contacto con alérgenos a los que estén sensibilizados, siendo especialmente cuidadosos con fenómenos de contaminación y reactividad cruzada.

 

Las alergias alimentarias más comunes en niños son la alergia a la leche y la alergia al huevo. En adultos, en cambio, las más comunes son la alergia a los frutos secos, a las frutas rosáceas y al marisco. Las alergias en niños pueden curarse en la mayoría de casos. Sin embargo, si las alergias aparecen en edades adultas suelen ser de por vida.

 

¿Qué son la sensibilidad e intolerancia alimentarias?

La sensibilidad alimentaria afecta aproximadamente al 40% de la población. Es una respuesta que miden las células inmunológicas al contacto con el alimento al que se ha sensibilizado el paciente previamente. Es entonces cuando se produce una liberación de medidores inflamatorios, lo que provoca a su vez una inflamación crónica de bajo grado y que puede afectar a distintos órganos del cuerpo. En este punto se producen síntomas digestivos: hinchazón abdominal, digestiones pesadas, dolor de estómago, diarrea o estreñimiento. Además, pueden asociarse síntomas como migraña, cefaleas, dolor muscular, cansancio, trastornos del sueño y alteraciones en la temperatura y en la piel, al ser una enfermedad sistémica.

 

Los pacientes que sufren sensibilidad alimentaria deben evitar estrictamente ingerir dichos alimentos, durante al menos 6-8 meses. A partir de ese periodo la mayoría de pacientes puede volver a consumir el alimento, sin presentar reacciones. No obstante, habrá un porcentaje de pacientes que presenten sensibilidad alimentaria durante toda su vida.

 

Paralelamente, la intolerancia afecta al 10% de la población, y puede ser primaria o de nacimiento, y secundaria. Esta última se produce tras haber sufrido algún proceso vírico, habiendo afectado a la mucosa digestiva, u otras causas que provoquen inflamación de dicha mucosa.

 

En concreto, la intolerancia a la lactosa se produce cuando las enzimas de la mucosa digestiva del paciente no pueden digerir la lactosa, y se produce una malabsorción. Esto produce una serie de síntomas digestivos. El grado de severidad de la intolerancia determina la cantidad de lactosa que el paciente es capaz de ingerir y, aunque es incómoda si el paciente se salta la dieta, nunca producirá un cuadro grave. Existen unos complementos alimenticios que contienen lactasa que pueden tomarse antes de saltarse la dieta sin lactosa, para minimizar los efectos. El test de hidrógeno espirado es la prueba que permitirá diagnosticar esta intolerancia.

 

La intolerancia a la histamina es similar. Se produce por una disminución en la cantidad o actividad de la enzima DAO. Según los especialistas en Alergología los pacientes que sufren intolerancia a la histamina pueden sufrir síntomas digestivos, también: hinchazón, estreñimiento y/o diarrea, digestiones pesadas, flatulencias y, en casos severos, pueden sufrir también cefaleas, enrojecimiento o picor de la piel, hipotensión, inflamación de los labios u otros síntomas.

 

¿Qué significa que un paciente sufra un aumento de la permeabilidad intestinal?

Se considera que un paciente sufre un aumento de la permeabilidad intestinal cuando su tubo digestivo se relaciona mal con aquello que ingiere. Esto hace que se absorban los alimentos y, por lo tanto, sus nutrientes, mal.

 

El test de permeabilidad intestinal permite, con una simple analítica de sangre, medir anticuerpos ante una proteína de la leche de vaca (betalactoglobulina). Si la barrera intestinal está alterada la proteína la atraviesa fácilmente y genera anticuerpos. Y es gracias a ese test que se detectan los anticuerpos. Si hay mayor permeabilidad intestinal, habrá mayor proteína betalactoglobulina y, por lo tanto, más anticuerpos. Este test solamente permite medir el riesgo de sufrir más trastornos alimentarios, ya que la permeabilidad supone una causa indirecta del aumento de las intolerancias alimentarias.

 

La permeabilidad, pues, es una barrera defensiva que impide el paso de ciertos metales y bacterias que pueden ser perjudiciales. Y dicha capacidad de permeabilidad del intestino se origina en las complejas estructuras de la pared intestinal.

 

¿Es malo que un intestino sea demasiado permeable?

Si la permeabilidad intestinal es alta y permite que pasen sustancias que, de normal, no pasarían, el paciente puede sufrir síndrome del intestino hiperpermeable o síndrome de aumento de la permeabilidad intestinal. La principal consecuencia de este mal funcionamiento es la activación del sistema nervioso e inmunológico, íntimamente relacionado con el intestino, de manera que el paciente sufrirá sintomatología en el aparato digestivo: gases, hinchazón exagerado del abdomen, digestiones pesadas, estreñimiento o diarrea, dolor abdominal… Sin embargo, aunque se inicia a nivel digestivo, puede ir más allá y los pacientes pueden tener otros síntomas sistémicos, produciendo eccema y urticaria en la piel, dolor de cabeza, migrañas, dolor muscular y articular, o cansancio.

 

Además, la permeabilidad intestinal está relacionada con el síndrome de fatiga crónica y con el colon irritable, así como con la celiaquía. Asimismo, también se ha observado que los pacientes con fibromialgia, síndrome metabólico u obesidad sufren un aumento de la permeabilidad intestinal.

 

¿Qué es lo que más afecta al intestino?

Es importante destacar que cualquier proceso inflamatorio que afecte a la mucosa digestiva puede influir y alterar la permeabilidad intestinal. Algunos de estos problemas que pueden afectar a la permeabilidad son la celiaquía, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, así como infecciones bacterianas o víricas que provoquen gastrointeritis. Por otra parte, tomar medicamentos que alteren la microbiota pueden influir en la permeabilidad intestinal, al igual que lo hacen el alcohol o algunas sustancias que contienen los alimentos ultraprocesados.

 

Con tal de proteger el intestino, los especialistas aconsejan ingerir alimentos naturales, alternar productos para no comer siempre lo mismo, disminuir el consumo de fármacos y evitar la automedicación, y tomar algunos probióticos. En general, los especialistas aconsejan que el paciente observe ante qué alimentos presenta más sensibilidad y así disminuir la inflamación intestinal.

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By Dr. Óscar Cáceres Calle
Allergy & Immunology

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