¿Cómo combatir el trastorno por atracón?
Written by:Los trastornos de la alimentación son bastante habituales, tanto en adolescentes como en adultos, ya que de algún modo intentan resolver sus problemas mediante la comida. Esto provoca que vayan pasando los años y los problemas se van arrastrando sin ser resueltos.
Estos trastornos pueden detectarse observando si ha habido algún cambio de conducta en cuanto a la comida por parte de la persona. Por otro lado, una preocupación excesiva por lo que come o un adelgazamiento excesivo en los últimos meses pueden ser también buenos indicadores. Algunos síntomas menos perceptibles por el adulto serían el vómito, cambios de humor, etc. Es verdaderamente importante acudir a un profesional ante la mínima sospecha porque cuanto antes se diagnostique el problema menos difícil será para el paciente superarlo.
¿En qué consiste exactamente el trastorno por atracón?
El trastorno por atracón se caracteriza por episodios de ingesta compulsiva de forma recurrente. El individuo coge la costumbre de ingerir una cantidad abismal de comida, muy superior a la que gran parte de la mayoría de la población se comería de una sentada. Después, este experimenta un profundo sentimiento de culpa. Estos atracones se deben a ansiedad e inestabilidad emocional, no a hambre real.
Se distingue de la bulimia en que los afectados no intentan compensar esa sobreingesta con la inducción del vómito, ejercicio físico intenso y prolongado, etc.
¿Cuáles son las causas de este trastorno?
Acostumbra a empezar con una voluntad real por perder peso de la persona: En ese punto las cosas pueden complicarse en exceso. No obstante, existen otras causas que podrían provocar este trastorno. Entre ellas:
- Psicológicas: falta de autoestima, ansiedad, dificultades en las relaciones interpersonales, problemas para afrontar el estrés, etc.
- Familiares: abusos sufridos en la infancia, conflictos mantenidos en la familia, etc.
¿Cómo se puede solucionar?
En primer lugar, hay que tratar los problemas con la comida, y en segundo lugar, la inseguridad o angustia que esté provocando esa forma convulsiva de comer.
Podríamos decir que la intervención se sostiene en tres elementos: terapia cognitivo-conductual para modificar las conductas y la promoción de una imagen corporal positiva.
Se realiza también una intervención de psicoterapia dirigidas a las emociones, vivencias y a cambiar el foco de las sensaciones y emociones. Todo ello con la finalidad de cambiar después la conducta con el neurofeedback. Esta técnica es esencial para modificar, regular y reordenar las conexiones neuronales. El cerebro es plástico y, del mismo modo que ha cambiado con una conducta no saludable, puede cambiar de nuevo con conductas saludables que devuelvan la motivación por vivir felizmente y con entusiasmo.