Aumento, elevación y reducción de pecho: técnicas y resultados

La cirugía de reducción de pecho o Mamoplastia Reductiva consiste, como su propio nombre indica, principalmente en una disminución del volumen de los senos de manera proporcionada a la anatomía de la paciente. Además, esta intervención también permite corregir otras alteraciones asociadas como, por ejemplo, la gran caída de la mama (ptosis) así como el excesivo tamaño y descolgamiento del complejo areola-pezón (CAP).

Este tipo de cirugía pretende, principalmente, descargar peso y volumen mamario a la paciente, aliviando la tensión permanente que soportan las estructuras músculo esqueléticas del cuello y espalda y que a la larga, terminan ocasionando verdaderos dolores, incomodidad e incluso incurvación de la columna.

Por lo tanto, tal y como apunta el Dr. Andrés Merlo, a este tipo de cirugía se la puede considerar propiamente como una cirugía reparadora, aunque secundariamente se mejora también el aspecto estético del pecho, armonizando y adaptando la forma y tamaño de los senos al conjunto de la anatomía de la mujer.

Otras técnicas: Mastopexia o elevación de pecho

La elevación de pecho o Mastopexia es una técnica encaminada a corregir el descolgamiento o caída anormal de la mama que se produce con el tiempo, pero que también puede tener lugar como consecuencia de la lactancia o el adelgazamiento excesivo. También puede ser propia en mujeres que presentan gigantomastia desde el principio y en las cuales existe, además de descolgamiento, mamas muy voluminosas.

Cuando una mama presenta descenso del segmento inferior por debajo del surco submamario, se la considera mama ptósica o descolgada. Dependiendo del volumen de la mama, existen diferentes técnicas para corregir su caída. Así pues, para aquellos casos de poco volumen mamario, asociado a poca caída, con piel sin apenas estrías y de buena calidad, más frecuente en mujeres jóvenes, la mamoplastia con implante submuscular suele ser suficiente para elevar la mama a su punto óptimo.

En cambio, si el descolgamiento es mayor como consecuencia de un exceso de piel con menor cantidad de glándula, será necesario recurrir a diferentes técnicas para eliminar este exceso de piel y reposicionar la mama. En este caso estaríamos hablando de mastopexia simple. Ahora bien, si además de subir el pecho es necesario aumentar de forma proporcionada el volumen de las mamas, por lo que habrá que recurrir también a la colocación de implantes, estaremos hablando de una mastopaxia compuesta (elevación y prótesis).

En los casos de gigantomastia hay que realizar una mamoplastia de reducción con otro tipo de técnicas cuya la finalidad principal es reducir el volumen de la mama y secundariamente corregir la caída de la misma y la posición del CAP. La indicación de la técnica más idónea viene determinada por la situación del polo caudal de la mama, es decir, la porción de mama que va desde el CAP hasta el surco submamario. Cuando esta porción excede del surco estamos hablando de ptosis o descolgamiento y existen diferentes grados médicos de caída según la severidad de la misma. Cualquier mujer que presente este problema es candidata a este tipo de cirugía.

¿Cuál es la técnica más adecuada para cada caso?

La elección de la técnica depende de varios factores como: el grado de ptosis, el volumen de la mama, la calidad de la piel, el tamaño de las areolas, la edad de la paciente o el nivel de repercusión psicológica.

La cirugía de aumento de mama requiere una exploración minuciosa de la paciente así como facilitarle toda la información detallada en lo concerniente al procedimiento quirúrgico (tipo de anestesia, vía de abordaje, ubicación del bolsillo, etc.), características de los implantes y, muy importante, de las posibles complicaciones a corto, medio y largo plazo.

Esta información es esencial dado que al introducir en el organismo un cuerpo extraño de manera permanente, nuestro cuerpo siempre va a reaccionar contra él, de una u otra manera, y en ocasiones produce consecuencias importantes que requieren cirugías secundarias (encapsulación, mal posición o deterioro de los implantes).

La paciente interesada en un aumento de pecho debe informarse muy bien acerca del profesional que la va a intervenir, dado que es muy importante que esta cirugía la realice siempre un cirujano con experiencia en un medio hospitalario adecuado, un quirófano homologado, y completamente equipado, con una reanimación bien dotada y con un anestesista titulado.

Conviene que en el preoperatorio se incluya también una ecografía bilateral de mamas y axilas para descartar patología previa a esos niveles y tener esa referencia para futuros controles y revisiones médicas de sus mamas. Respecto al tipo de prótesis a utilizar, la elección de las mismas queda condicionada por diferentes factores, tales como:

• Volumen y forma
• Calidad de la piel de la mama
• Edad de la paciente
• Estatura y estructura corporal
• Grado de aumento deseado

En general, los implantes pueden ser redondos o anatómicos, de superficie lisa o texturada y de diferentes volúmenes y perfiles, lo cual da una inmensa variedad de posibilidades para elegir la opción más apropiada a cada caso. Todos los implantes comercializados en nuestro país son seguros y homologados, están aprobados por la Agencia Europea del Medicamento y han superado todos los controles sanitarios exigidos en nuestra legislación vigente.

¿Qué recomendaciones se deben seguir una vez realizada la intervención quirúrgica?

Con independencia del tipo de técnica realizada, la mama operada precisa siempre de sujetador, preferentemente sin aros, de banda ancha o tipo deportivo que contenga su peso para que no sufran las propias estructuras anatómicas de sostén de la mama. Es una prenda esencial para garantizar el resultado en el tiempo y retrasar el envejecimiento de la mama.

Asimismo, la mujer operada debe ser muy cuidadosa con los movimientos de sus brazos y tronco porque cualquier actuación del miembro superior repercute directamente sobre la mama. También debe evitar esfuerzos en el posoperatorio inmediato hasta que las heridas quirúrgicas estén suficientemente bien cicatrizadas, y podrá ir realizando una actividad física progresiva a medida que vaya mejorando de sus molestias.

Más a largo plazo, si la paciente realiza ejercicio físico intenso, se aconseja llevar una adecuada contención (sujetador fuerte) para evitar los balanceos de sus senos que tienden a debilitar los ligamentos y demás estructuras de soporte y que con el tiempo tienden a descolgar los senos, sobre todo si hay implantes incluidos. Estas recomendaciones son también importantes para obtener una buena calidad de cicatriz y que, en cualquier caso, su cirujano deberá vigilar cómo evolucionan y aplicar las medidas necesarias para que el proceso de cicatrización discurra con total normalidad.

En el caso particular de mamoplastia con inclusión de implantes es muy importante la movilización controlada de ambas mamas a partir de pocas semanas tras la intervención, a fin de conseguir la adecuación del bolsillo a la forma y volumen del implante y evitar, con el tiempo, las contracturas capsulares que requieren una intervención quirúrgica adicional.

También es importante evitar traumatismos que incidan directamente sobre el pecho, así como actividad física extrema (musculación) por el riesgo importante de rotura o deterioro de las prótesis. Una paciente con prótesis debe ser revisada por su cirujano al menos una vez al año mientras sea portadora de las mismas.