Artroscopia de codo: tecnología precisa y mínimamente invasiva

Written by: Dr.Prof. Antonio María Foruria
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Edited by: Albert González

La artroscopia de codo es una técnica para el diagnóstico certero y el tratamiento eficaz de las principales enfermedades del codo. Consiste en la introducción de una fina cámara e instrumentos de apenas 4 mm de diámetro en la articulación a través de pequeñas incisiones en la piel. Permite la visualización del interior del codo en su totalidad y en pantallas de gran tamaño, y realizar intervenciones quirúrgicas de gran precisión.

 

¿Para qué se sirve la artroscopia de codo?

Sirve para diagnosticar las principales dolencias del codo: lesiones deportivas, traumáticas o degenerativas, así como enfermedades inflamatorias (autoinmunes), infecciosas y algunas lesiones tumorales o pseudotumorales. Con esta técnica pueden tratarse con eficacia la epicondilitis, la artrosis, la rigidez de codo por múltiples causas, la artritis inflamatoria y también algunas fracturas articulares, entre otras enfermedades muy frecuentes y que afectan mucho la calidad de vida de las personas que las padecen.

 

¿Qué aporta la artroscopia con respecto a otras técnicas?

En primer lugar, las lesiones ocasionadas por el procedimiento son mínimas. Las heridas de piel son de apenas un centímetro; y no se produce daño a los músculos, ligamentos y tendones, ya que los instrumentos se sitúan entre estas estructuras respetándolas en todo momento. La cirugía se realiza dentro de la cavidad articular, por la que se hace circular una corriente continua de suero que lava la articulación e impide que agentes potencialmente agresivos como algún microorganismo de la piel, el calor o el movimiento de los instrumentos produzcan algún daño local. Por ello, esta técnica evita el dolor y las complicaciones de las grandes heridas de cirugías convencionales, posibilitando a la persona operada volver a su casa el mismo día de la intervención, moviendo y usando el codo, sin la necesidad de depender de otras personas durante el postoperatorio.

 

Cirugía eficaz con mínima agresión sana el codo de manera inmediata.

 

En segundo lugar, permite la visualización de la articulación en pantallas de gran tamaño, ampliando las estructuras sobre las que se trabaja. La imagen proporcionada es como la que tendría el cirujano si fuera muy pequeño y estuviera en el interior del codo, con una completa visión a su alrededor según “camina” por las cuatro estancias o compartimentos que forman esta singular articulación. La avanzada tecnología de las ópticas e instrumentos utilizados permiten realizar un trabajo altamente preciso y eficaz, llegando además a lugares donde sería arriesgado o muy traumático acceder por cirugía abierta convencional.

 

¿Existe algún riesgo?

La artroscopia de codo requiere una alta super-especialización para poder realizar una cirugía segura y libre de complicaciones. Su ejecución requiere un conocimiento preciso de la anatomía; debe dominarse la localización de los nervios y vasos sanguíneos que pasan por el codo para dar vida a la mano, así como de las estructuras musculares, tendinosas y ligamentarias, para poder protegerlos de los instrumentos. Por ello, esta intervención se realiza por especialistas de codo, que han recibido una formación específica y realizado muchas horas de entrenamiento permitiéndole orientarse correctamente en el interior de la articulación y realizar la intervención de manera segura y eficaz.

 

¿Cómo es la recuperación?

La persona operada sale habitualmente del quirófano con el brazo en cabestrillo y un vendaje suave. La artroscopia de codo se realiza habitualmente con anestésicos locales que se administran en el trayecto de los nervios que salen del cuello, proporcionando un postoperatorio libre de dolores intensos. Durante las horas que dura esta anestesia, se lleva un cabestrillo hasta que se recupera la movilidad y sensibilidad del miembro, momento en el que se puede retirar y empezar a mover el hombro, el codo, la muñeca y los dedos, y comenzar a utilizar la mano del lado operado en el autocuidado (aseo, vestimenta y alimentación). El vendaje suele retirarse a los 3-4 días de la intervención, momento en el que pueden ya mojarse las heridas en la ducha. La persona sometida a esta intervención no tiene un codo frágil, pudiendo progresar en el tipo e intensidad de la actividad que realiza según las molestias vayan cediendo. Dependiendo de los motivos por los que se haya realizado la intervención, el periodo de recuperación y la realización de ejercicios y Fisioterapia se adaptarán bajo las instrucciones y recomendaciones de su cirujano de codo.

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By Dr.Prof. Antonio María Foruria
Orthopaedic Surgery

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