Vídeos del Dr. Mariano Rosselló Gayá
La eyaculación precoz es la incapacidad del paciente para controlar su eyaculación y tener una relación satisfactoria para él y su pareja. Y tiene solución. La clave está en identificar el reflejo eyaculatorio. Si conseguimos que el paciente lo identifique podrá controlar y resolver el problema. Tras más de 15 años de experiencia podemos ayudar a nuestros pacientes de manera presencial o a través de nuestro programa online.
El proceso de diagnóstico es simple. Solicitamos en la mayoría de los casos análisis de sangre y orina para conocer el perfil hormonal, que juega un papel fundamental en la respuesta sexual. Igualmente utilizamos cuestionarios para conocer el nivel de ansiedad y estrés que está sufriendo el paciente por este problema. Pretendemos escuchar al paciente, conocer su problemática y la de su pareja. Solamente de esa forma, invirtiendo tiempo en la visita, podremos ayudar a resolver el problema de una forma más global. Es importante esclarecer los factores de riesgo que pueda estar sufriendo el paciente, cómo ha iniciado su vida sexual, si tiene algún tipo de factor de riesgo cardiovascular, en cuanto a su funcionalidad sexual y, al mismo tiempo, conocer cómo lo está viviendo la pareja. De esa forma podemos establecer qué tipo de tratamiento será el más idóneo para el paciente.
La primera fase del tratamiento consiste en conseguir que el paciente reconozca su reflejo eyaculatorio y lo pueda controlar. Hemos diseñado un programa de ejercicios que ayudan a que el paciente sea capaz de esto. Asimismo, le enseñamos técnicas de relajación y de contracción del suelo pélvico. La mayoría de nuestros pacientes responden muy satisfactoriamente a estas pautas, las cuales les vamos enseñando y les vamos guiando en el proceso. Si eso no fuera suficiente podemos apoyarnos en la medicación oxigenadora para mejorar su esfera sexual y detener las hormonas disminuidas. Además, en ocasiones utilizamos tratamientos tópicos para conseguir que el paciente reconozca su reflejo eyaculatorio y lo pueda controlar. Si eso no fuera suficiente podemos optar por medicación hormonal. En algunas ocasiones debemos recurrir a medicación ansiolítica, que en un espacio breve de tiempo permite que el paciente pueda reconocer el reflejo eyaculatorio y controlarlo. También podemos optar por medicación a demanda específica para la eyaculación precoz como puede ser la dapoxetina. Después de seis meses de distintas combinaciones de estos tratamientos, habitualmente nuestros pacientes quedan satisfechos y sólo en un porcentaje mínimo podemos ofrecerles algún tipo de técnica quirúrgica para mejorar su control eyaculatorio. Sólo en última instancia y en pacientes muy seleccionados podemos plantearnos la cirugía. En estos pacientes lo que realizamos es un estudio previo para conocer los niveles de sensibilidad en cuanto a su órgano, y en función de ello podemos plantearnos la neurectomía selectiva de los nervios dorsales del pene, o algunas actuaciones sobre el glande que ayudan a que el paciente sea capaz de controlar mejor su reflejo eyaculador y mejorar en cuanto a la patología.
Nuestros tratamientos (presencial y online) están diseñados para resolver el problema de forma definitiva sin dependencia farmacológica. Sólo en un 10-15 por ciento de pacientes que en algún momento puntual sufren una recaída pueden necesitar de volver a realizar algunas de las técnicas que les habremos enseñado. Estos pacientes pueden necesitar una segunda fase de tratamiento, cuya duración siempre será menor puesto que se trata de consolidar las pautas aprendidas anteriormente. El paciente que sufre eyaculación precoz en silencio debe saber que no está solo. Es la disfunción sexual más común y en nuestros centros tiene una tasa de resolución superior al 90 por ciento.