Podemos encontrarnos con dos grandes grupos de problemas en el hombro: el primero en relación a la propia articulación entre la cabeza del húmero y la glena, y la otra en cuanto a los tendones que producen el movimiento de la articulación; en gente joven es más frecuente el primer grupo mientras que en gente mayor son más habituales los problemas en los tendones, inflamación o rotura.
La técnica artroscópica de hombro consiste en unas pequeñas incisiones realizadas en la piel del hombro y a través de las cuales introducimos una fibra óptica con la que conectamos una cámara de televisión y podemos visualizar a través de una pantalla toda la estructura interna de la articulación del hombro.
La técnica de artroscopia de hombro, al ser una técnica que llamamos mínimamente invasiva, es decir, que podemos realizar la reparación quirúrgica sin tener que lesionar los tendones ni los músculos adyacentes a la articulación, nos permite que el proceso de rehabilitación sea más rápido.
La luxación de hombro es debida a la lesión que se produce en los ligamentos que mantienen la estabilidad de esta articulación. Cuando nosotros tenemos el ligamento roto y esperamos el proceso de cicatrización, si este proceso no se realiza directamente, es decir, que el ligamento queda cicatrizado en mala posición o queda destensado, esta cabeza humeral no tendrá el tope que lo mantiene en su sitio y seguirá produciendo cuadros de luxación.
Puedes habilitar o deshabilitar según sus finalidades: