Una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida

El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus

Una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Según las estadísticas, el ictus es la principal causa de discapacidad en adultos y la primera causa de muerte en mujeres.

El ictus o accidente cerebrovascular se produce cuando un vaso sanguíneo se rompe o tapona, por lo que la sangre no llega a una zona determinada del cerebro y las células nerviosas afectadas no reciben el oxígeno y mueren.

Cifras en España

En España el ictus afecta a 120.000 españoles y causa 18.000 muertes cada año. Tal y como comenta el Dr. Enric Roche, especialista en Angiología y Cirugía vascular, sigue siendo la segunda causa de muerte en los países desarrollados.

“Hay que pensar que en España se producen entre 150 y 200 casos de ictus cada año por cada 100.000 habitantes. De todos estos casos, 90 de los 100.000 fallecerán, quedarán con secuelas y dependencia en los 6 meses siguientes un 17-18% de estos y casi un 30% (un 27 y algo) quedarán con secuelas permanentes”, expone el Dr. Xavier Puncernau, especialista en Angiología y Cirugía vascular. Debido a ello, es fundamental un diagnóstico precoz para realizar un buen tratamiento, así como acudir rápidamente a un especialista si tenemos algún síntoma.

¿Cómo detectar si nos está dando un ictus?

El Dr. Antoni Dávalos Errando, especialista en Neurología, explica que los síntomas de alerta más frecuentes son la pérdida del habla o de la comprensión, desviación de la boca y pérdida de la fuerza o de la sensibilidad en la mitad del cuerpo. También puede producirse dolor de cabeza muy intenso, pérdida súbita de la visión en un ojo u hormigueos en medio cuerpo.

Otros factores de riesgo son la hipertensión, colesterol alto, diabetes, en definitiva aquellas patologías o condiciones que provocan la arteriosclerosis.

Aproximadamente un 30% de los pacientes tienen síntomas previos al ictus, por lo que es muy importante detectarlos lo antes posible para recibir el tratamiento adecuado.

¿Se puede prevenir el ictus?

“La prevención de un ictus en un 80% depende del estilo de vida del paciente y en un 20% de los fármacos que se le prescriban, así como del control de su equipo de Atención Primaria”, comenta el Dr. Julio Monje Díaz, especialista en Medicina Familiar.

Es fundamental controlar los factores de riesgo como la hipertensión, alcohol, estrés, hiperlipemias (colesterol o triglicéridos), tabaquismo, sobrepeso, diabetes y/o sedentarismo. Además, el médico debe llevar un control de la evolución diaria de su paciente, realizar tomas de tensión, de peso, de glucemia, etc. Tal y como recomienda el Dr. Monje es importante seguir una alimentación saludable y variada rica en fruta y verdura, baja en colesterol y grasas saturadas, con abundante fibra, y realizar ejercicio físico durante 30 minutos los cinco días a la semana.

¿Cuál es el tratamiento?

El Dr. Eugenio Lecanda Garamendi, especialista en Neurología, señala que el tratamiento del ictus depende del mecanismo de producción: “si es un ictus cardioembólico el médico experto en Neurología suministrará anticoagulación; si es embolismo arteria-arteria el tratamiento será de antiagregación. Además, es necesario explorar los troncos supraórticos mediante ecografía doppler o angioresonancia, por si es susceptible de operación si existe estenosis carotídea mayor del 70%. Para el diagnóstico será muy importante ecografía doppler de los troncos supraórticos y trascraneal, angioresonancia, analítica general y, en casos específicos, arteriografía vía femoral”. 

Por otro lado, el Dr. Roche dice que “en general, hay que reducir las cifras de tensión arterial en caso de crisis hipertensiva, mantener las constantes del paciente y ,si es posible, revertir el cuadro mediante un cateterismo cerebral (se introducen catéteres en el sistema vascular cerebral para poder aspirar o eliminar los coágulos trombos que se puedan haber generado)”.

Secuelas tras el ictus

Según el Dr. Lluis Soler Singla, especialista en Neurología, las secuelas dependen de la localización de la lesión y de su extensión. En algunos casos el tratamiento establecido de forma precoz puede dejar sin ningún déficit al paciente, mientras que en otros casos el ictus puede provocar una alteración del habla o de la visión, visión doble, déficit de la sensibilidad, etc.

El Dr. Soler recalca que “la recuperación siempre es lenta y que el enfermo puede recuperarse hasta unos dos años después de sufrir el ictus”.

En los pacientes con secuelas es esencial llevar a cabo una rehabilitación física y tratamiento de Logopedia, cuando hay trastorno del lenguaje.

¿Cómo se realiza la rehabilitación del daño cerebral?

Esta patología genera un elevadísimo coste sanitario dada la necesidad de programas de rehabilitación que pueden requerir hasta 6-12 meses de programas dirigidos de rehabilitación. El Dr. Roche habla de la existencia de unidades específicas de rehabilitación que establecen programas específicos para la recuperación de las funciones perdidas por estos episodios.

Cabe tener en cuenta que gracias a la concienciación de las autoridades sanitarias y de los programas específicos de creación de unidades de ictus existe una tendencia decreciente en Europa en cuanto a cifras de mortalidad y secuelas. Estas medidas junto con la sensibilización de la población para seguir normas de vida saludable están contribuyendo a una reducción del impacto de esta patología.

Como en otras enfermedades cardiovasculares, el control del colesterol, la tensión arterial, abstención del tabaquismo, práctica de deporte habitualmente y mantener un peso adecuado son las principales garantías de una perspectiva de vejez saludable.     

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