¿Por qué nos divorciamos? Los motivos de ruptura y cómo los afrontamos

Cristina Mateo. Periodista en Top Doctors.

El divorcio es uno de los grandes problemas de las familias españolas. Según el Instituto de Política Familiar de España, se produce una ruptura familiar cada 5 minutos y son más de 100.000 rupturas familiares al año donde los divorcios son la práctica totalidad de las rupturas.

Desde la aprobación de la Ley del Divorcio en España en 1981, se han superado ya los 3 millones de rupturas y con la ley del divorcio exprés se ha duplicado el número de divorcios. De hecho, se ha pasado de 50.000 divorcios en 2004 a casi 100.000 en 2015.

Según los datos publicado por el Instituto de Política Familiar de España, 1 de cada 3 matrimonios que se divorcia no duran más de 10 años. Entonces, ¿cuáles son las causas de los divorcios?

La gran mayoría de divorcios que se producen en España son de mutuo acuerdo. En el año 2016 se produjeron 96.824 divorcios de los cuales más de 74.000 fueron de mutuo acuerdo y cerca de 22.000 tuvieron que acudir a la justicia.

El principal motivo de ruptura de una pareja es la falta de comunicación. A esto, la psicóloga Sara Navarrete, experta en terapia de pareja, dependencia emocional y autoestima, añade que la llegada de un nuevo miembro a la familia también puede desencadenar un motivo de ruptura, ya que muchas parejas no son capaces de reajustar su relación a este cambio.

Por otro lado, la aparición de una tercera persona también es otro de los motivos principales de ruptura, pero insiste en que todo ello viene precedido por la falta de comunicación.

La falta de comunicación es el principal motivo de ruptura.

¿Es el divorcio una cuestión de edad?

En las generaciones actuales se nos inculcado la mentalidad “Carpe Diem”, una manera de entender la vida que buscar el placer a corto plazo y obtener recompensas en el presente.

Al dejar de entender las relaciones como procesos a largo plazo, lo que sucede es que a la que nos encontramos en una fase en la que la pareja está peor, uno de los dos miembros no se siente bien o tienen conflictos, solemos desistir y romper la relación. Sin embargo, se ha demostrado que las parejas que superan estas fases suelen reforzar su relación, aunque es algo que cada vez se da con menos frecuencia.

Sara Navarrete también apunta a que otro de los factores que nos hacen entender las relaciones de forma distinta a la de nuestros padres es que la mujer del siglo XXI es una mujer más independiente y autónoma a nivel económico.

Antiguamente, cuando una mujer se planteaba dejar una relación acudía a sus padres, pero si éstos no podían ayudarla se quedaba sola, lo que indirectamente promovía que descartara la opción de abandonar a su marido. En la actualidad sabemos que esto ya no es así y una mujer puede tomar la decisión de terminar su relación sin que sea socialmente rechazada.  

De hecho, la mayoría de los divorcios que se producen en España ocurren entre parejas cuyos cónyuges tienen entre 40-49 años, la segunda franja es la de los 50-59 y la tercera entre parejas de 35-39 años.

En España se producen 6 rupturas por cada 10 matrimonios, por encima de la media de la Unión Europea

España tiene unas altas tasas de divorcio por el tipo de cultura. La psicóloga concreta que este tipo de cultura que caracteriza a nuestro país es una cultura que entiende que la mujer está más orientada al disfrute por encima del cuidado del hogar o dedicación familiar y se valora más a la mujer independiente, autónoma y trabajadora. Esto hace que en España sea mucho más sencillo el divorcio.

¿Cómo se supera un divorcio?

Un divorcio no se supera, se atraviesa. Hay una primera fase en la que vamos a atravesar por ese dolor y no todos tenemos los mismos mecanismos de afrontamiento. Hay diferentes etapas en el proceso de divorcio que coinciden con las fases del duelo porque al final el divorcio o la ruptura con tu pareja es un duelo. Estas fases son:

  1. Aceptación
  2. Negación
  3. Desesperanza
  4. Ira
Las consecuencias de no superar el duelo es quedarse anclado a una parte pasada de nuestra vida personal.

Cada uno vamos a ir pasando por esas fases en un oren determinado que va a depender del contexto que tenemos y de los factores de apoyo y de protección.

Las consecuencias de no superar un divorcio y poder pasar página son las mismas que las de un duelo congelado. Cuando tenemos un duelo congelado la afectividad está alterado y eso provoca que se impida el vincularse o desvincularse con otras posibles parejas a nivel afectivo. Por lo tanto, quedarse anclado a una parte de nuestra vida personal es la mayor de las consecuencias.

9 de cada 10 rupturas tiene hijos menores de edad

Cuando hay hijos de por medio tenemos que tener en cuenta que a veces un divorcio les va a beneficiar más que permanecer juntos, sobre todo cuando nuestra pareja no es buena, porque los hijos aprenden por imitación. Si tenemos una relación de pareja y no nos sentimos satisfechos y no damos el paso por miedo a perjudicar a nuestros hijos, indirectamente ya les estamos haciendo daño porque les estamos enseñando a que pesar de o estar bien con tu pareja o tener una relación mediocre hay que “aguantar”.  

Muchas veces los niños, cuando los padres se separan, entrar en un estado de coherencia en el que entienden que debido al tipo de relación que tienen sus padres lo más lógico es que se separen. Este es el aprendizaje que asumen tras una separación y hay que hacerles entender que estar por estar no es la solución.

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