Navidad lejos de casa

La Navidad es una fecha asociada al encuentro con la familia y seres queridos. Sin embargo, para aquellos que viven lejos de casa, puede generar sentimientos de soledad, tristeza o ansiedad.

La Navidad es una época del año normalmente asociada al encuentro con la familia y con personas cercanas, por lo que nos suele traer sentimientos de alegría y emoción, ya que en muchos casos es una oportunidad para reunirnos y compartir comidas, cenas y regalos.

Sin embargo, en el mundo actual muchas personas viven en otros países, o incluso, en otro continente, lo que les impide poder reunirse con sus seres queridos en estas fechas especiales. En muchos casos, esto puede traer tristeza o sentimiento de soledad, sobre todo cuando la persona no ha podido todavía formar un círculo íntimo en el nuevo lugar.

Vivir en el exterior

En la actualidad la gran mayoría de la población sigue viviendo en el país donde nació. Sin embargo, la tendencia a la emigración es cada vez más alta. De acuerdo a la investigación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2020 había 281 millones de migrantes internacionales a nivel global, es decir, el 3,6% de la población, lo que dobla el porcentaje de 1990 y triplica el de 1970.

En España la cifra de la población extranjera que reside en el país es de más de 5,4 millones de personas, de las cuales casi 50.000 inmigraron en 2021, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística.

¿Qué significa la Navidad?

Anna Vives, especialista en Psicología, explica que “cuando la distancia nos impide la proximidad física nos acordamos aún más de los que no se encuentran cerca, por lo que podemos vivir con mayor intensidad emocional la añoranza o el recuerdo de las personas que no se encuentran entre nosotros”.

Por esta razón, según la experta, la Navidad implica una montaña rusa de emociones que varían en función de las circunstancias y experiencias vitales de la persona, como la educación y los valores que se nos haya transmitido. Es decir, podemos sentir nostalgia, tristeza, amor, añoranza, plenitud o gratitud.

Por su parte, el Ldo. Carlos Mera coincide en que el valor o el significado de la Navidad se genera en función de la historia personal de cada persona. Sin embargo, considera que “la mayoría de los individuos la asociamos con el encuentro con los seres queridos, por lo que se hace más evidente la distancia física y emocional para aquellos que no pueden reunirse con sus familias en noche buena, noche vieja o reyes”.

¿Cómo pasar la Navidad lejos de casa?

“Si algo aprendimos con la pandemia es que somos personas resilientes que podemos superar tiempos y circunstancias adversas. En navidades anteriores tuvimos que adaptarnos a restricciones, por lo que podría ser de gran ayuda pensar qué hicimos en esa ocasión para sobrellevarlo de la mejor manera”, asegura Anna Vives.

Carlos Mera se refiere también a la importancia de no luchar contra las emociones: “no debemos intentar evitar esas sensaciones, ya que la realidad está ahí: estamos pasando una fecha que es sinónimo de familia, cercanía y cariño lejos de nuestros seres queridos. Es lo más normal del mundo sentirnos solos o distanciados. Lo esencial es no quedarnos en esa emoción y aprender de ella”.

Las siguientes recomendaciones podrían resultar útiles para hacer que la distancia y la nostalgia resulten más llevaderas:

  • Reunirnos con amigos o familia por videoconferencia

La psicóloga Anna Vives explica que debemos aprovechar las ventajas de la tecnología: “Comunicarnos mediante llamadas o vídeo conferencia nos permite sentirnos cerca de los nuestros. De este modo, evitamos aislarnos y, tanto ellos como nosotros, nos sentimos más ‘conectados’”.

Por su parte, Carlos Mera también considera que es buena idea usar los avances tecnológicos para estar presentes de alguna manera con nuestros seres queridos: “Puede ser a través de videollamadas o enviando detalles sorpresa por internet”.

  • Mantener la mente ocupada

Otro consejo importante, de acuerdo a Anna Vives, es ocupar nuestro tiempo y evitar las preocupaciones: “debemos mantenernos ocupados desde la voluntad y en busca de la satisfacción y el bienestar personal. Comprometernos con nosotros mismos y con los demás realizando actividades que nos aporten de manera constructiva”.

“En estas fechas especiales es importante no pensar de manera recurrente en la soledad. Puede ayudarnos el quedar con otras personas, ir a clases de baile o de idiomas, buscar actividades diferentes, practicar deportes, pasear, aprender cosas nuevas, cocinar, leer o practicar yoga. Lo importante es mantener la mente ocupada”, asegura la especialista.

  • Estilo de vida saludable

Existen ciertos factores protectores, como la alimentación, la higiene del sueño y el deporte que aportan a nuestra calidad de vida. En momentos de inestabilidad, controlar estos aspectos puede ser de gran utilidad para no caer en un estado de ánimo ansioso o depresivo.

“Debemos hacernos responsables del cuidado de nuestra salud, ya que cuidar los hábitos saludables ayudará a nuestro bienestar emocional. Es esencial una dieta adecuada y equilibrada, dormir bien, practicar deporte entre 2 y 3 días a la semana y relacionarnos socialmente”, explica la psicóloga.

  • Reforzar las nuevas relaciones

El psicólogo Carlos Mera explica que es fundamental darle importancia a las nuevas relaciones sociales que vamos construyendo en un nuevo lugar: “si la tristeza de pasar la Navidad lejos de nuestros seres queridos nos hace quedarnos en casa, paradójicamente nos estaríamos alejando de los posibles seres queridos que tenemos a nuestro alcance”.

  • Mantener una actitud proactiva y positiva

Anna Vives recuerda que la Navidad es pasajera y circunstancial, lo que puede resultar útil para elegir cómo vivirla. “Cuando las fechas hayan pasado, la intensidad emocional irá disminuyendo y la persona se irá sintiendo mejor progresivamente. Debemos ser más autoempáticos: querernos, cuidarnos, perdonarnos y hablarnos como si fuéramos nuestros mejores amigos”.

“Sentir emociones, sean las que sean, es totalmente normal, es sano y saludable, ya que nos informan de nuestro estado de ánimo. Las emociones nos hablan desde el corazón para que la razón actúe y, por ello, cuando lo necesitamos es saludable alzar la mano y pedir ayuda”, advierte la especialista en Psicología.

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