Las enfermedades no transmisibles (ENT) o crónicas provocan cada año la muerte de 36 millones de ciudadanos de todo el mundo, según revelan los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y un 80% de las mismas se producen en países de ingresos bajos o medios. Las enfermedades cardiovasculares encabezan la lista de las más mortíferas, causando el fallecimiento de 17,3 millones de personas al año; seguidas por los 7,6 millones del cáncer, los 4,2 millones de los trastornos respiratorios (como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y los 1,3 millones de la diabetes. Estos cuatro grupos de enfermedades son, asimismo, la causa principal del 80% de las muertes crónicas.
Además, este conjunto de enfermedades comparten cuatro factores de riesgo: el uso nocivo de alcohol, el consumo de tabaco, la inactividad física y las dietas insanas. La OMS advierte que, si bien estos elementos pueden acrecentar el peligro a padecer una enfermedad del tipo crónico, también pueden ser a largo plazo determinantes en su aparición. El tabaco, uno de los vicios de más impacto en las sociedades desarrolladas, provoca 6 millones de muertes anuales (de las que 600.000 corresponden a fumadores pasivos) y la OMS estima que en el año 2030 esta cifra ascenderá a los 8 millones.
En los tiempos actuales, las enfermedades no transmisibles siguen siendo la primera causa de muerte en todo el mundo, a excepción de África, y de todas ellas más de 9 millones corresponden a personas menores de 60 años. La OMS, ante la gravedad de las cifras, está preparando el ‘Plan de Acción 2008-2013 de la estrategia mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles’ con el objetivo de ayudar a todos los estados miembros y otras organizaciones internacionales a rebajar el número de enfermedades crónicas.
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