La lesión de tobillo de Maradona: la lesión que marcó su carrera

El futbolista argentino, recientemente fallecido recibió una brutal entrada en septiembre de 1983 que le rompió su tobillo izquierdo.

Diego Armando Maradona falleció la semana pasada a los 60 años. Un futbolista total recordado intergeneracionalmente que apenas tuvo lesiones durante su carrera futbolística. No obstante, en septiembre de 1983, hace ahora 37 años, jugando el Barça contra el Athletic Club en el Camp Nou y con el marcador de dos tantos a cero favorable a los azulgranas, el astro argentino recibió una salvaje entrada por detrás por parte del central reincidente Andoni Goikoetxea.

El resultado, una rotura de tobillo de la pierna izquierda. Como tal, el diagnóstico fue de fractura del maléolo peroneal externo del tobillo, con arrancamiento de ligamento de la parte interna. La misma noche de la lesión, el argentino fue intervenido por parte de los servicios médicos del FC Barcelona. Se realizó una osteosíntesis de la fractura con una placa atornillada y reconstruyendo el ligamento destrozado.

La recuperación, dados los procedimientos traumatológicos de la época, se preveía un periodo de inmovilización de la pierna larga, seguido de una dura rehabilitación: en total, entre unos cuatro y seis meses en el dique seco.

Volvió a Buenos Aires para recuperarse en casa, y el destino le sonrió al ponerse en manos de Doctor Rubén Oliva, traumatólogo de la selección argentina y un médico adelantado a su tiempo. Empleó con Maradona —y en contra de la opinión de los médicos del Fútbol Club Barcelona— los nuevos principios de la recuperación funcional, los que hoy en día se utilizan para tratar las lesiones deportivas. Gracias a estos principios, se acortan mucho los tiempos de inmovilización y descarga, consiguiéndose una recuperación mucho más rápida.

El futbolista reapareció a los tres meses y medio de la lesión, anotando dos goles en un partido contra el Sevilla. Lo normal por entonces, eran unos seis meses de recuperación para este tipo de lesiones.

Una recuperación adelantada a su época

No obstante, no hemos llegado al final de la historia. El Pelusa se quedó con molestias en el tobillo, molestias que le impedían rendir y tocar el balón como él quería. Finalizó su etapa en el Barcelona sin una gran trayectoria, consiguiendo una Copa del Rey y una Copa de la Liga en los dos años en los que jugó en el Barça.

Recorrió medio mundo consultando a los más afamados especialistas de tobillo con la esperanza de acabar con el dolor, aunque la respuesta fue siempre la misma: “Diego, tendrás que acostumbrarte a jugar con ese dolor”. No obstante, ya en Nápoles apareció Fernando Signorini, contratado como preparador físico personal de Maradona en una época en la que los clubes profesionales no disponían de preparadores físicos.

Signorini, cambió por completo la biomecánica de la pierda izquierda de Maradona: su forma de golpear, su forma de apoyar el pie o de girar la cadera… Y la pelota volvió a ir de nuevo hacia donde él quería. A partir de entonces, se vio al mejor Maradona: el ganador de dos Scudettos con el Nápoles y al ganador de la Copa del Mundo con Argentina en México ’86, el mundial de la famosa “mano de Dios”. Posteriormente, comenzó su declive, aunque éste vino muy relacionado con el consumo de drogas.

Como dijo recientemente Pep Guardiola al recordar a Maradona, el epitafio que mejor encajaría en su tumba es una frase pintada sobre una bandera argentina que portaba la gente que esperaba para visitar su capilla ardiente: “No importa lo que hiciste en tu vida, sino lo que hiciste en la nuestra. Descansa en paz, Diego.

El Dr. Vicente de la Varga es Traumatólogo y cirujano ortopédico en CAMDE, Málaga.

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