Hoy lunes 30 de mayo diferentes ciudades de España se preparan para dar visibilidad a una enfermedad que avanza sigilosamente y que ya afecta a más de 55.000 personas en nuestro país: la esclerosis múltiple (EM). Cada año se diagnostican 2.000 nuevos casos y el 70% de éstos afecta a personas de entre 20 y 40 años. El doctor Antonio Candeliere, facultativo especialista del área de Neurología en el Hospital Rafael Méndez (Lorca), explica que la esclerosis múltiple “es una enfermedad desmielinizante, inflamatoria y neurodegenerativa del sistema nervioso central” que se manifiesta en el momento en el que “las neuronas desmielinizadas no consiguen trasmitir el estímulo nervioso de forma adecuada y progresivamente se van degenerando y muriendo por una pérdida de mielina”.
La enfermedad cursa con múltiples síntomas, entre ellos: fatiga, hormigueo, desequilibrio, alteraciones visuales y de la memoria y capacidad de concentración. No obstante, el doctor Miguel Láinez, Presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y fundador miembro del Board of Director de Tinnitus Research Initiative, aclara que en ocasiones “las lesiones son asintomáticas como consecuencia de diversos factores, entre los que se incluyen la localización en áreas de poca expresividad clínica, la capacidad de compensación y la reserva cerebral y cognitiva”.
Cada 5 minutos se produce un diagnóstico de esclerosis múltiple
De entre los diferentes tipos de esclerosis múltiple, la EM remitente es la forma más frecuente y se caracteriza por reagudizaciones seguidas por épocas de inactividad de la enfermedad. Con el pasar de los años, las reagudizaciones se hacen poco a poco menos frecuentes, pero comienza un lento y progresivo aumento de la discapacidad, dando lugar a la EM segundaria progresiva. La EM primaria progresiva es la forma menos frecuente y se caracteriza por deterioro neurológico progresivo desde el inicio de la enfermedad.
Uno de los principales problemas de esta enfermedad es que en tres cuartas partes de los países no se produce un diagnóstico temprano, sumado a que un gran volumen de pacientes también tiene problemas para acceder al tratamiento.
Déficit de vitamina D y virus de Epstein-Barr
Se desconocen las causas de la enfermedad y no se ha establecido, por el momento, una explicación a porqué se manifiesta en algunas personas y no en otras. “Se trata de una enfermedad de origen multifactorial en la que influyen tanto factores genéticos como factores ambientales” explica el doctor Láinez.
El déficit de vitamina D así como la infección por el virus de Epstein-Barr son los dos factores ambientales más conocidos que podrían participar en el desarrollo de la esclerosis múltiple.
Otros factores asociados a la enfermedad son:
- Edad.
- Sexo.
- Antecedentes familiares.
- Haber padecido determinadas enfermedades autoinmunitarias.
- Tabaquismo.
Cabe señalar que a pesar de tratarse de factores que se relacionan con la enfermedad no significa que ésta vaya a aparecer. Los factores ambientales no son la causa de la enfermedad por sí mismos. “Una persona con niveles bajos de vitamina D no desarrollará la enfermedad a no ser que tenga una determinada predisposición genética y que sea expuesta a otros factores ambientales”, doctor Candeliere.
Individualización del tratamiento, factor clave en el curso de la enfermedad
El tratamiento de la esclerosis múltiple ha evolucionado de forma importante en los últimos 20 años y hay varios medicamentos prometedores en desarrollo. Recientemente se conocía la noticia del desarrollo de vacuna experimental contra el virus de Epstein-Barr, un avance que los estudios llevados a cabo hasta la fecha califican como “prometedor y orientado hacia un futuro esperanzador”, explica el doctor Láinez.
Por el momento, a pesar de no disponer de una cura, “en la mayoría de los casos es posible individualizar el tratamiento de cada paciente y llegar a controlar la enfermedad”, explica el doctor Candeliere, una postura que comparte también el Presidente de la Sociedad Española de Neurología: “se ha observado que un tratamiento adecuado e individualizado en cada paciente en los primeros años de la enfermedad es crucial para un adecuado control a largo plazo”.
Además, los especialistas aconsejan seguir unas recomendaciones para ayudar a una evolución favorable de la enfermedad, como:
- Dieta sana.
- Practicar ejercicio físico con regularidad.
- Mantener buenos niveles de vitamina D.
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