La cefalea se describe como cualquier tipo de dolor de cabeza. Según datos del Hospital Clínic de Barcelona y de la Organización Mundial de la Salud, la cefalea afecta aproximadamente a un 50% de la población adulta de todo el mundo. Aunque hay variaciones regionales, es un problema que afecta a personas de todas las edades, razas y zonas geográficas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, en el estudio Global Burden of Disease Study 2015, concluyó que las cefaleas son la sexta causa de discapacidad en el mundo, siendo la migraña (tipo de cefalea primaria, más intensa que la tensional) la tercera causa de discapacidad en personas de menos de 50 años, y la séptima en personas mayores de dicha edad. Esto sitúa la cefalea detrás del ictus y por delante de otras enfermedades neurológicas como la meningitis, las demencias, la esclerosis múltiple o el parkinson.
Este viernes, 19 de abril, se celebra el Día Nacional de la Cefalea, con el objetivo de dar a conocer una de las dolencias más habituales en la población y del sistema nervioso. Para ello, contamos con la colaboración de la Dra. Neus Fabregat, neuróloga especialista en cefaleas y colaboradora de Neurocirugía Barcelona, centro miembro de Top Doctors.
¿Cuántas personas sufren cefalea en España? ¿Y migraña?
La cefalea es una de las dolencias más comunes del sistema nervioso. Como se ha citado anteriormente, afecta al 50% de la población adulta de todo el mundo. Sin embargo, la migraña es uno de los tipos más comunes de cefalea primaria, con síntomas más intensos que en la cefalea tensional. De hecho, alrededor de 4,5 millones de personas presentan migraña en España.
¿Afecta más a unas edades que a otras?
La cefalea puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más común en personas jóvenes. La migraña episódica afecta, sobre todo, a pacientes de entre 20-30 años. La migraña crónica tiene su pico de máxima intensidad una década más tarde, a los 40 años.
¿Qué factores pueden influir en la aparición de las cefaleas?
En el 80% de pacientes con migraña podemos identificar antecedentes familiares, por lo que la genética juega un papel importante. Los pacientes presentan un aumento de sensibilidad, tanto a estímulos externos como internos del propio organismo, que pueden actuar como desencadenantes de las crisis.
¿Qué síntomas son característicos de una cefalea y de una migraña?
Las cefaleas, sobre todo las tensionales, suelen cursar con una especie de banda de presión alrededor de la cabeza que, a veces, irradia al cuello o desde este. En cambio, en la cefalea en brotes se dan varios episodios recurrentes, cortos pero muy dolorosos. Normalmente el dolor se concentra en un ojo, que llora y se enrojece. Suele acompañarse, además, de rinorrea u obstrucción de la nariz en el lado de la cabeza afectado.
En caso de migraña hay una fase de dolor, que se puede acompañar de:
- Fotofobia
- Fonofobia
- Náuseas y vómitos
- Empeoramiento con el movimiento
El 20% de pacientes presenta aura antes de esta fase, que suele ser visual, sensitiva o del lenguaje. Con frecuencia los pacientes presentan, previamente y posteriormente, sendas fases, conocidas como pródromo o postdromo, donde aparecen: fatiga, problemas de concentración, anorexia o aumento del apetito y, en el pródromo, bostezo. La duración de las crisis nos ayudará a distinguirla de otro tipo de cefaleas.
¿Existen distintos tipos de cefalea?
Hay cefaleas primarias, en las cuales el dolor de cabeza forma parte de los criterios diagnósticos de la enfermedad. Dentro de las de primarias hay de diversos tipos, siendo el motivo más frecuente con el neurólogo la migraña y la trigéminoautonómica. También hay cefaleas secundarias a otras enfermedades, donde el dolor de cabeza es un síntoma. Aunque las secundarias son minoritarias, es importante conocerlas, ya que pueden ser el síntoma de una patología grave.
¿Cómo debe tratarse una cefalea?
Por un lado, hay que llevar unos correctos hábitos de vida y, por otro, se deben emplear los fármacos apropiados y recetados por el médico durante la crisis. En caso de que sean frecuentes o intensas se plantea un tratamiento preventivo (oral, infiltraciones de toxina botulínica, bloqueos anestésicos…).
¿Puede el paciente evitarlas “por sí mismo”?
La cefalea y la migraña precisan de una vida regular y ordenada, siendo organizado en el dormir y el comer, evitando el estrés y diferentes estímulos. Es de gran ayuda, tanto para conocer qué le influye en el dolor de cabeza como en qué es recomendable evitar, que el paciente haga un calendario donde refleje los días de cefalea y las circunstancias y matices que la acompañan.
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