Día Mundial del Niño: la importancia del aprendizaje

Hoy 20 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño. En esta ocasión contamos con la colaboración de la Dra. Conchita Fernández Zurita, neuróloga pediátrica experta en estimulación precoz, trastornos del aprendizaje y trastorno del espectro autista (TEA), perteneciente al cuadro médico de la Unidad de Trastornos del Aprendizaje Escolar (UTAE) del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.

Todos los niños desarrollan, paulatinamente, una serie de habilidades necesarias para su adaptación al medio; es a lo que nos referimos cuando hablamos de neurodesarrollo. Para que el neurodesarrollo de un niño sea óptimo, y por lo tanto pueda aprender sin problemas, además de la genética, el ambiente juega un papel muy importante. No sólo es importante que el niño esté correctamente escolarizado sino que precisa que le proporcionemos un ambiente armónico a nivel de salud física, emocional y social.

Cuando un niño no tiene dificultades para aprender durante su infancia, y en un momento dado, le cuesta mucho leer o entender conceptos matemáticos o relacionarse con sus iguales es cuando podemos sospechar que tiene una dificultad específica para un aprendizaje. Cuanto antes nos demos cuenta de que algo no va bien, antes trabajaremos esa dificultad y la evolución posterior será mucho mejor.

 

¿Trastorno o dificultad?

La diferencia entre trastorno y dificultad lo marca el hecho de si persiste o no la dificultad tras haber hecho un trabajo de reeducación. Cuando hay una dificultad para adquirir una habilidad, por ejemplo, empezar a leer, si hacemos un trabajo potenciando la lectura, en un tiempo ese niño leerá de forma fluida sin problemas.

Cuando hay un trastorno, pese a la reeducación realizada, persistirán las dificultades en el tiempo, por lo que tendremos que seguir trabajando esa habilidad a largo plazo y de forma coordinada entre los diferentes profesionales para mejorar el pronóstico.

 

¿Qué factores son importantes para valorar un buen aprendizaje? ¿Son las nuevas tecnologías un peligro?

Un niño no tiene problemas de aprendizaje cuando en cada etapa de su infancia, el niño es capaz de ir adaptándose sin problemas a las exigencias de su entorno.

Está claro que los métodos de aprendizaje están cambiando y las pantallas se ha convertido en un medio para aprender a diferencia de hace unos años. No obstante, el cerebro sigue teniendo las mismas necesidades; respetar las horas de sueño necesarias, llevar una buena alimentación y crecer dentro de unas relaciones sociales sanas son básicas para que el cerebro se desarrolle de manera correcta.

En este sentido, el uso de la tecnología puede perturbar algunos hábitos: la pantalla luminosa hasta altas horas de la noche, dormir menos horas, adición al móvil, comunicarse fundamentalmente mediante redes sociales… Esto puede suponer unos problemas que antiguamente no se reconocían, y no sólo en el ámbito del aprendizaje más académico, sino también a nivel emocional. Estudiar todos los factores ambientales y tener una visión global del niño va a ser crucial para que los especialistas en trastornos del aprendizaje sepan en qué aspectos centrarse.

 

¿Cómo se diferencian los trastornos del aprendizaje?

Cuando un niño no es capaz de desarrollar de forma eficaz una habilidad y persiste esta dificultad en el tiempo, se habla de un trastorno. Según los expertos, debería de haber tantos trastornos como habilidades poseemos; dislexia (trastorno de la lectura), trastorno por déficit de atención (TDAH), discalculia (trastorno de habilidades aritméticas) etc.

Todos los trastornos pueden compartir síntomas; de tal manera que un niño que es disléxico también puede ser inatento, porque se agota al tener que hacer tanto esfuerzo al leer, o un niño con TDAH puede tener muchas dificultades para hacer problemas de matemáticas sin ser discalcúlico. Aquí reside la importancia de confiar el tratamiento a equipos multidisciplinares que trabajen de forma interdisciplinar para un correcto diagnóstico de los problemas del niño y así asegurar un abordaje terapéutico adecuado y realmente eficaz.

 

Ejercicios para mejorar las capacidades de aprendizaje

Si un niño tiene la capacidad de leer pero no lee va a tener dificultades posteriormente este campo, aunque no tenga un trastorno específico de la lectura. Por lo tanto, para la población infantil general no es necesario hacer ejercicios específicos para mejorar las capacidades de aprendizaje, sino poner en marcha las funciones para las que estamos capacitados.

Para los niños que tienen un trastorno de aprendizaje que no están todavía diagnosticados pero ya se han detectado dificultades, hay que empezar a trabajar esa habilidad que le cuesta más. Si el problema persiste, sin esperar mucho tiempo, hay que consultar a un profesional especializado.

 

¿Cuándo acudir a un especialista en trastornos del aprendizaje?

Los padres tendrían que acudir a un experto en trastornos del aprendizaje cuando vean que el niño tiene problemas de aprendizaje que están dificultando su día a día en cualquier ámbito. La edad varía en función de la habilidad; por ejemplo, un niño tendría que tener un lenguaje formal correcto a los 5 años, dominar la numeración decimal a los 5 años, leer de forma fluida a los 7 años etc.

Durante la infancia hay unos periodos sensibles en los cuales un determinado aprendizaje se produce de una manera más efectiva, por este motivo es tan importante el diagnóstico y tratamiento precoz de los trastornos de aprendizaje. Por ejemplo, si se inicia una reeducación para un niño disléxico en primaria va a ser mucho más efectiva que si lo hacemos en secundaria, ya que en la adolescencia la plasticidad cerebral es menor y por lo tanto el pronóstico a largo plazo empeora.

Por lo tanto es fundamental trabajar de forma interdisciplinar (familia, profesores, neuropsicólogos, neuropediatras…) para detectar cuanto antes las dificultades que pueda estar teniendo el niño y hacer un diagnóstico y tratamiento precoz correctos.

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