Cada 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger. Un día que busca tanto sensibilizar a las personas sobre este tipo de autismo como visibilizar y normalizar a las que lo padecen, que con demasiada frecuencia son rechazados por su forma de sentir, actuar y pensar diferentes. Por ello, contamos con la participación de la Dra. Hidalgo Berutich, experta en Neuropsicología infantil y trastornos del neurodesarrollo.
En este Día Internacional, es importante explicar que el Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo en el que se ven afectadas principalmente tres áreas: las dificultades en la interacción social, la comunicación y los patrones restringidos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
El diagnóstico es clínico, por lo que es competencia de un psicólogo/a o neuropsicólogo/a quien a través de unos aplicará test específicos detectará la presencia o no del Síndrome de Asperger.
Síndrome de Asperger y Autismo
“Este síndrome a menudo se considera una forma de autismo de alto funcionamiento” apunta la Dra. Hidalgo.
La gran diferencia entre el síndrome de Asperger y el autismo tradicional, es que en el primero no hay un retraso del habla y la cognición es normal (sin deterioro intelectual), de forma que podemos observar cómo los niños y adolescentes con autismo presentan retraso o falta total del habla. Mientras que, en el caso de Asperger, tienen habilidades lingüísticas, pero utilizan el lenguaje de diferente manera, es decir, usan expresiones del habla inusuales para su edad o contexto en el que estén.
Por ejemplo, puede parecernos que su habla no tiene ritmo, es monótona (como “robotizada”), demasiado formal o con un volumen muy alto. En general les cuesta entender los matices del lenguaje como la ironía, el humor, el doble sentido, u otras abstracciones. También, puede ser difícil para ellos comprender el contenido de una conversación que surja entre dos personas, lo que entendemos como “seguir el hilo” de lo que se está hablando y captar el significado de los gestos (o lenguaje no verbal).
El reto de ser un niño con Asperger
Es importante señalar que el reto principal es de la propia sociedad, que debería ser capaz de incluir a estos niños y niñas con sus peculiaridades, aceptado así su diversidad.
Lo habitual es que presentar Asperger supone formar parte de una población poco comprendida que se encuentra con grandes dificultades de adaptación social, considerándolos personas “raras” por sus rituales o manías (estereotipias) y por mostrar un lenguaje poco expresivo. “Es frecuente que estos niños y niñas pueden sufrir rechazo social y acoso escolar” apunta la Dra. Hidalgo.
¿Cuáles son las dificultades del desarrollo que impactan más en la vida diaria de un niño con Asperger?
La adaptación social y el desarrollo de la autoestima se ven muy afectados por el déficit en el área social y emocional que les limita adquirir, de forma normalizada, habilidades sociales para interaccionar con los demás; limita la participación en actividades sociales a causa de sus rituales o estereotipias, y la comunicación con escasos momentos de diálogo a causa de su habla “robotizada” o lenguaje “pedante” (lenguaje que no corresponde con su edad).
¿Cómo es que estos niños tienen problemas de lenguaje si generalmente son muy verbales?
Según la Dra. Hidalgo esto es debido a que estos niños tienen problemas en la comprensión social del lenguaje, es decir, les cuesta entender y manejar los matices del lenguaje que se usan habitualmente cuando contamos algo, realizamos una broma o formulamos un chiste. Su uso del lenguaje es literal, sin contenido social.
¿Qué nos puede decir sobre la empatía en personas con Asperger? ¿Los adolescentes o adultos con Síndrome de Asperger pueden llegar a mantener relaciones románticas?
La empatía es una de las áreas en las que presentan déficit, porque les cuesta ponerse en el lugar del otro debido a su rigidez mental y gran dificultad en la inteligencia emocional. Es paradójico, porque cognitivamente pueden ser muy inteligentes, incluso destacar en áreas de lógica, informática, entre otras. Pero son muy torpes a la hora de utilizar sus propias emociones y entender las de los demás.
Eso se puede notar en la expresividad que será muy artificial y la escasa espontaneidad en su comportamiento social. Consecuentemente, esto afectará a sus relaciones íntimas de amistad o de pareja, indica la Dra. Hidalgo.
Finalmente ¿Es cierto que hay un aumento en los casos de Asperger y otras formas de autismo en la actualidad?
Para la Dra. Hidalgo, decir que hay un aumento no sería totalmente cierto ni tendría rigor científico desde su punto de vista como especialista en el tema. Lo que sí se podría considerar, es que actualmente contamos con pruebas diagnósticas más específicas que ayudan a detectar a más personas con rasgos de Asperger o autismo.
Asimismo, podemos afirmar que cada vez la psicología y la neuropsicología avanzan más en poder realizar diagnósticos tempranos.
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