Consejos para la “diaeta” en verano

¿Sabes cuál es el mejor día para empezar la dieta antes del verano? El Dr. Agustín Molins responde a estas y otras dudas en relación a la dieta y el comer bien en verano y todo el año.

Dieta es una palabra que procede del griego y del latín diaeta. Significa: “pauta de vida”. Una dieta implica mucho más que una forma de comer: la hidratación, el ritmo del sueño y del descanso, la actividad física, las relaciones personales, incluso la salud financiera, son “ingredientes” a tener en cuenta en una dieta saludable (un estilo de vida saludable).

No son pocas las personas que acuden a mi consulta solicitando que les ayude a conseguir una silueta determinada. Trazan un objetivo a corto-medio plazo y no se preocupan por la salud como sí lo hacen por su imagen. La llegada del buen tiempo incrementa el deseo de “estar en forma”.

La pauta de vida saludable no debería tener estacionalidad, es decir, no debería existir la “dieta bikini”, ya que lo correcto es que nos cuidemos todo el año, pero: ¡toquemos de pies en el suelo! Con la llegada de la primavera, aligeramos la ropa y nos exponemos más. Se despiertan las alarmas por haber llevado una dieta inadecuada y las consecuencias que ha dejado en nuestro cuerpo. Ahora, ¡¡¡todo son prisas!!!

La llegada del buen tiempo incrementa el deseo de estar en forma

“No hay mal que por bien no venga”, dice el refrán, y despertar del letargo invernal y que queramos cuidarnos mejor, es una buena noticia. Los centros de dietética y los gimnasios se llenan de gente que quiere su “puesta a punto” para el verano.  Algun@s esperamos un milagro y soñamos con conseguir ese cuerpo que queremos exponer, lucir, pasear, en un tiempo récord.

Entonces; ¿cuándo es mejor empezar? El año tiene 365 oportunidades para tomar el timón de nuestros hábitos, de nuestra dieta, y en años bisiestos 366 oportunidades. Elige la oportunidad que quieras, pero hazlo de forma consciente, para que no sea un cuidado efímero y se desvanezca a las pocas semanas, regresando a los malos hábitos. Debes proponerte un cambio “para siempre”.

Como hemos comentado, la proximidad de la estación estival nos motiva más a cuidarnos, así pues: APROVECHA la ocasión y empieza con tu cambio.

Podría decir que el mejor día para empezar la dieta antes del verano, es el primer día de otoño del año pasado. Los objetivos que se alcanzan y consolidan, nos aportan salud todo el tiempo, no sólo para llegar a las vacaciones luciendo el mejor traje de baño. No consigo una masa muscular definida en pocas semanas, así que, cuanto antes mejor. Ahhh, ¿que no has empezado todavía? Mañana es el momento. No, no, no, …Hoy es el momento.

¿Que no sabes cómo? Busca un buen profesional que te acompañe, que te ayude, que te indique y, sobre todo, que te enseñe. De nada servirá llegar estupend@ al verano si no aprendemos y consolidamos el cambio que nos proporciona salud y calidad de vida en todos los aspectos de la “Diaeta”, todos los días del año.

Pero vamos a centrarnos en cómo mejorar de aquí a las vacaciones. El cambio puede ser radical en la forma de comer, alimentarnos y nutrirnos (no los confundamos, que no son lo mismo), pero debe ser progresivo en la implantación del resto de hábitos. No puedo pasar de estar 24 horas sentado en mi despacho a querer hacer una maratón mañana. Podemos marcar objetivos semanales en función de nuestro estado y nuestro punto de partida. Superarnos cada semana aumenta la motivación y nos satisface por el logro obtenido. Sin duda eso genera adherencia al cambio. Lo mismo con el resto de hábitos como el sueño, la hidratación (importantísima con la llegada del calor, pero necesaria todo el año), las relaciones sociales, el hábito de lectura, el cuidado e higiene personal, todos los que completan un estilo de vida saludable.    

Respecto a la alimentación, el buen tiempo nos trae mayor variedad de frutas de temporada, nos aportan vitaminas y antioxidantes muy, muy, muy necesarios en nuestra nutrición celular.

En mayo llegan los albaricoques, las cerezas, las ciruelas, los frutos del bosque como las frambuesas, el kiwi, el melocotón y la nectarina, entre otras, pero debemos esperar hasta finales de junio para incorporar la pera limonera, los higos, el melón y la sandía.  Respecto a las verduras; la berenjena, el calabacín, la cebolla, los espárragos verdes, la judía verde, la lechuga, el pepino, rábanos, remolacha, tomate y zanahoria son las verduras de temporada. Eso no quiere decir que dejemos de comer acelgas, espinacas, brócoli, etc. sino que podemos aprovechar las de temporada por su mejor calidad nutricional.

Es muy importante conocer el calendario de frutas y verduras de temporada que podemos encontrar en la web de la OCU, ya que comer cada fruta y verdura en su momento nos aporta mayor cantidad de vitaminas, evita los cultivos forzados, con deficiente maduración y evita contaminantes ambientales debidos al transporte.

Es muy importante conocer el calendario de frutas y verduras de temporada

Conseguir los betacarotenos de la zanahoria, los licopenos del tomate, la vitamina C del kiwi y otros tantos nutrientes y antioxidantes, es más fácil con verduras y frutas de temporada y en una alimentación variada y colorida.

Aun así, los alimentos cada vez más presentan déficits de nutrientes. Los suelos están agotados y los alimentos vacíos. Como decía una colega mexicana: “Suelos vacíos y hospitales llenos”. Tenemos frutas muy bonitas en las estanterías del supermercado, pero poco nutritivas. Los déficits de minerales y vitaminas son una verdadera pandemia que merma nuestra salud. Déjate aconsejar sobre qué suplementos pueden ayudarte a completar tu nutrición, a luchar contra la oxidación y a permitir una correcta regeneración de tus células.

Evitar, como durante todo el año, los alimentos procesados y, sobre todo, los ultraprocesados, la comida basura. Los picantes y las especias, las bebidas azucaradas, los zumos de fruta (siempre es mejor comer la pieza entera que contiene su fibra, que beber su zumo). Como siempre, limitar las harinas refinadas, las mayonesas caseras por la posibilidad de salmonelosis y el alcohol. Evitar caldos diuréticos igual que las infusiones, que podrían dificultar una correcta hidratación.

No te olvides que la cerveza y los combinados no hidratan, el agua es la mejor bebida para evitar la deshidratación.

EVITA las intoxicaciones alimentarias. Con el calor, la posibilidad de que se desarrollen más rápidamente microorganismos patógenos en la comida se incrementa. La mayoría de intoxicaciones alimentarias se producen en verano. La más frecuente es la salmonelosis, pero no la única. Para ello, evita romper la cadena de frío en los alimentos, sigue normas de higiene rigurosas en el lavado de las verduras y, claro está, de las manos. No dejes alimentos fuera del refrigerador y evita las mayonesas caseras y los huevos incluso cocinados que estén fuera de la nevera.

Y después del verano, ¿qué?

Dime que te has mantenido en tu “en forma” anhelado y conseguido con esfuerzo antes del verano. Si es así: ¡¡¡FELICIDADES!!! Sigue así, con los buenos hábitos el resto del año y no tendrás que hacer sacrificios primaverales el próximo año. 

Sin embargo, si hemos ganado peso por que la vida de vacaciones, los viajes, las terrazas, las cervecitas, las horchatas, helados y demás parecen el escenario apropiado para que ocurra; no desistas, no te abandones el resto del año y toma el regreso de vacaciones como el punto cero para empezar con los buenos hábitos para SIEMPRE.   

Puedes pedir cita con el Dr. Agustín Molins en su perfil.

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Bruna

Genial! Muy buenos consejos! Tras mucho tiempo de dietas restrictivas, por fin tengo clara la importancia de adherencia al cambio.