¿Cómo preservar la fertilidad? La congelación de óvulos

La maternidad es concebida por muchas mujeres en edad fértil como algo deseable, pero que debe ser pospuesta por otros motivos, como el desarrollo personal o profesional. Los expertos de Ginefiv explican en qué consiste este proceso y lo que implica.

 

 

Qué implica retrasar la maternidad

La técnica de la vitrificación de óvulos permite retrasar la capacidad reproductiva de la mujer. De esta manera se puede evitar la pérdida de calidad producida por el envejecimiento de los óvulos. Con todo, la búsqueda del primer embarazo tiende a retrasarse.

 

Por qué congelar los óvulos

La vitrificación de óvulos permite conservar la calidad de los mismos, por lo que sus características permanecen intactas todo el tiempo que se decidan congelar. Para muchas mujeres congelar óvulos es una alternativa, sobre todo en estas situaciones:

  • No precipitarse en la búsqueda de familia
  • No asumir el riesgo de no tener hijos
  • Seguimiento de tratamiento oncológico, pues estos tratamientos tienen efectos negativos en el ovario y, por tanto, repercute en la fertilidad futura.
  • Endometriosis, pues puede requerir múltiples cirugías.

 

¿A qué edad hay que congelar los óvulos?

No existe un límite de edad para congelar óvulos, sin embargo, es necesario tener una buena reserva ovárica y una calidad ovocitaria suficiente para que el tratamiento ofrezca garantías. Es por este motivo por el que los mejores resultados se obtienen en las pacientes más jóvenes.
Cabe mencionar que el hecho de congelar óvulos no reduce la fertilidad futura ni impide que se pueda lograr la gestación de forma natural.

 

¿En qué consiste la congelación de óvulos?

La congelación de óvulos es un proceso sencillo que consta de tres fases:

  • Estimulación ovárica, con la que se desarrollan múltiples folículos con un tratamiento hormonal de administración subcutánea. Dura unos 10 días, durante los cuales se van realizando controles ecográficos con los que se comprueban el crecimiento multifolicular del ovario.
  • Punción folicular, que consiste en la extracción de los ovocitos de manera ecoguiada y por vía vaginal bajo sedación. El proceso dura unos 5-10 minutos.
  • Tras la extracción de los óvulos en el quirófano, éstos son trasladados al laboratorio de FIV, donde los biólogos procederán a su congelación.

La vitrificación nos permite congelar a velocidades ultrarrápidas con unas sustancias crioprotectoras que impiden que las bajas temperaturas dañen la célula.

La recuperación de las pacientes tras la punción folicular es inmejorable, y una hora después de la intervención son dadas de alta en la clínica. Ese día se recomienda a la paciente un reposo físico relativo.

 

De la vitrificación a la fecundación

Cuando las mujeres deciden utilizar los ovocitos vitrificados, éstos serán fecundados realizando una FIV o una microinyección con el semen de la pareja o bien de un donante. De esta manera, se generarán embriones que serán transferidos a la paciente (que habrá sido sometida a una preparación endometrial previa para favorecer la implantación embrionaria).

La congelación de los óvulos no supone ningún problema para el futuro del bebé; de hecho, los niños nacidos tras realizar un tratamiento de fecundación in vitro con óvulos congelados no presentan diferencias con los niños nacidos de tratamientos de reproducción asistida en los que no se ha recurrido a la vitrificación de óvulos.

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