Virus del papiloma humano: una de las ITS más frecuentes
El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes en el mundo. Afecta tanto a hombres como a mujeres y puede tener diferentes consecuencias, dependiendo del tipo de virus. Existen más de 100 tipos de VPH, algunos de los cuales pueden causar verrugas en diferentes partes del cuerpo, mientras que otros están asociados con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de cuello uterino, anal o de garganta.
Aunque el VPH es muy común, muchas personas no tienen síntomas visibles, por lo que es posible que tengan el virus sin saberlo. Sin embargo, incluso sin síntomas, pueden transmitir el virus a sus parejas sexuales. En este artículo, te explicaremos qué es el VPH, cómo se transmite, cuáles son sus síntomas, cómo se diagnostica y qué tratamientos están disponibles para quienes lo padecen.
¿Qué es el VPH?
El virus del papiloma humano es un grupo de más de 100 tipos de virus, que se dividen en dos categorías principales:
- VPH de bajo riesgo: estos tipos de virus suelen causar verrugas en los genitales, el ano, la boca o la garganta. Estas verrugas no suelen provocar enfermedades graves, pero pueden ser incómodas y antiestéticas.
- VPH de alto riesgo: los tipos de alto riesgo del virus no suelen causar verrugas, pero pueden provocar cambios en las células del cuerpo que, con el tiempo, pueden convertirse en cáncer. Los tipos 16 y 18 del VPH son los más comúnmente asociados con el cáncer de cuello uterino, aunque también pueden estar relacionados con otros tipos de cáncer, como el anal, de pene, vulva, vagina y orofaringe (parte media de la garganta).
¿Cómo se transmite el VPH?
El virus del papiloma humano se transmite principalmente a través del contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral. No es necesario que haya penetración para que ocurra la transmisión; el simple contacto piel con piel en las áreas genitales es suficiente para que el virus se propague. Por esta razón, el uso del preservativo, aunque reduce el riesgo, no proporciona una protección total contra el VPH.
Además, es importante destacar que el VPH puede permanecer en el cuerpo de una persona durante mucho tiempo sin causar síntomas, lo que significa que alguien puede tener el virus y no saberlo. Esto también facilita la transmisión, ya que las personas infectadas pueden seguir contagiando a otras sin ser conscientes de que portan el virus.
Síntomas del VPH
La mayoría de las personas con VPH no presentan síntomas y, en muchos casos, el virus desaparece por sí solo. Sin embargo, cuando hay síntomas, estos varían según el tipo de VPH que se tenga.
- Verrugas genitales: aparecen en los genitales, el ano o la boca y pueden tener diversas formas, como protuberancias pequeñas, lisas o rugosas, y pueden presentarse individualmente o en racimos. En las mujeres, pueden surgir en la vulva, dentro de la vagina o en el cuello uterino, mientras que en los hombres suelen aparecer en el pene, escroto o alrededor del ano.
- Cambios celulares: los tipos de VPH de alto riesgo no provocan síntomas visibles inmediatos, pero pueden causar cambios en las células del cuerpo. En las mujeres, estos cambios son detectables mediante una prueba de Papanicolau (citología), que puede mostrar alteraciones precancerosas en el cuello uterino.
- Cáncer: en los casos en que el VPH de alto riesgo no se trata, con el tiempo puede evolucionar en cáncer. El cáncer cervical es el más común asociado con el VPH, pero también puede causar cáncer de garganta, anal, de vulva, vagina y pene. Los síntomas de cáncer relacionados con el VPH suelen aparecer en una etapa avanzada, lo que puede dificultar su tratamiento.
Diagnóstico del VPH
El diagnóstico del VPH varía dependiendo de si una persona presenta síntomas visibles, como verrugas, o si el virus está afectando las células de su cuerpo de manera interna.
- Detección de verrugas: si una persona presenta verrugas genitales u orales, el médico puede diagnosticar el VPH mediante un examen visual.
- Pruebas en mujeres: en las mujeres, una de las formas más comunes de detectar el VPH es a través de una prueba de Papanicolau. Esta prueba permite identificar células anormales en el cuello uterino que podrían estar relacionadas con una infección por VPH. Además, existen pruebas específicas de VPH que se pueden realizar junto con la citología para identificar si una mujer tiene un tipo de VPH de alto riesgo.
- Pruebas en hombres: en los hombres, no existe una prueba estándar para el VPH, aunque las verrugas genitales pueden ser un indicativo de infección. Sin embargo, algunos estudios anales pueden ayudar a detectar cambios celulares en hombres que tienen sexo con hombres, quienes tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer anal debido al VPH.
Tratamiento del VPH
Actualmente, no existe una cura específica para el VPH, pero hay tratamientos disponibles para manejar los síntomas y las complicaciones que pueda causar el virus.
- Tratamiento de verrugas genitales: las verrugas causadas por el VPH se pueden eliminar mediante diversos métodos, como crioterapia (congelación), electrocauterización (quemadura con corriente eléctrica) o láser. Sin embargo, estas verrugas pueden volver a aparecer incluso después de su eliminación, ya que el virus puede permanecer en el cuerpo.
- Tratamiento de cambios celulares: si se detectan cambios celulares anormales en una mujer a través de un Papanicolau, es posible que el médico recomiende un seguimiento más cercano o tratamientos para eliminar o destruir estas células precancerosas, previniendo así el desarrollo de cáncer.
- Prevención del cáncer: una de las mejores formas de prevenir los tipos de cáncer asociados con el VPH es mediante la vacunación. La vacuna contra el VPH es segura y efectiva, y se recomienda administrarla antes de que las personas sean sexualmente activas. Tanto niñas como niños pueden recibirla, generalmente a partir de los 9 a 12 años, aunque también está aprobada para adultos jóvenes.
¿Se puede prevenir?
La vacuna contra el VPH es la forma más eficaz de prevenir la infección por los tipos más peligrosos del virus. Además, el uso constante de preservativos durante las relaciones sexuales puede reducir el riesgo de transmisión, aunque no elimina el riesgo por completo, ya que el VPH puede afectar áreas no cubiertas por el preservativo.
Por último, es importante realizarse exámenes regulares, especialmente para las mujeres, ya que la detección temprana de cambios celulares puede prevenir el desarrollo de cáncer cervical u otras complicaciones graves relacionadas con el VPH.