Tratamiento integrativo para la fibromialgia
Escrito por:La medicina integrativa ayuda a mejorar y tratar los síntomas de la fibromialgia, mejorando la calidad de vida de todos quienes padecen esta enfermedad enormemente.
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado acompañado por fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo.
A veces, los síntomas comienzan después de traumatismos físicos, cirugías, infecciones o estrés psicológico significativo.
¿Cómo son los síntomas de la fibromialgia?
En otros casos, los síntomas se acumulan gradualmente con el tiempo, sin que haya un suceso desencadenante.
Las mujeres son más propensas a padecer fibromialgia que los hombres.
Muchas personas con fibromialgia también tienen dolores de cabeza tensionales, trastornos de la articulación temporomandibular, síndrome de intestino irritable, ansiedad y depresión.
Los síntomas suelen ser muy variados: dolor muscular, fatiga y cansancio, rigidez, trastornos del sueño, deterioro cognitivo, ansiedad, depresión, trastornos gastrointestinales, etc.
¿En qué consiste el tratamiento natural de la fibromialgia?
Los tratamientos de la fibromialgia no son curativos, ya que se desconocen las causas, por lo que van dirigidos a aliviar los síntomas de los pacientes.
Son 4 los pilares para el tratamiento natural de la fibromialgia:
1. Alimentación: debemos plantear hacer un cambio de dieta, ya que hay varios alimentos que pueden empeorar nuestros síntomas como: alcohol, bebidas carbonatadas, alimentos procesados, carnes rojas y embutidos, leche de vaca y sus derivados, azúcar, fritos y harinas refinadas. Estos alimentos están destinados a combatir la inflamación y proteger el intestino, ya que está demostrado que hay una relación directa entre la salud de nuestra flora intestinal y la enfermedad:
- Consumir alimentos frescos preferentemente: verduras de hoja verde, legumbres, frutos secos, hierbas y especias.
- Alimentos ricos en grasas saludables: aceite de oliva, salmón, aguacate, aceite de lino, semillas de chía y sésamo.
- Alimentos fermentados: importantes para aumentar la flora intestinal: chucrut, yogur, kéfir, miso.
- Alimentos ricos en triptófano: inductor de la serotonina, neurotransmisor fundamental para procesos como la movilidad intestinal, la memoria, el sueño, el equilibrio emocional o el dolor nervioso. Son el germen de trigo, calabaza, higos, dátiles, nueces, pollo, plátano, cítricos y semillas.
- Alimentos ricos en vitamina D: salmón, atún, caballa, huevo, champiñones y la luz del sol.
- Alimentos ricos en calcio, magnesio y selenio: avena, nueces, semillas de calabaza, judías verdes, levadura de cerveza, ajo y cebolla.
- Introduce en tus platos cúrcuma, jengibre y pimienta negra, potentes antiinflamatorios y desintoxicantes de hígado.
- Evitar las solanáceas: hay estudios que demuestran que pueden agravar el dolor. Son las patatas, berenjenas, tomates y pimientos.
2. Cuidado psicoemocional: síntomas derivados de la fibromialgia como el dolor muscular, fatiga, cansancio, insomnio, o el largo proceso de diagnóstico de la enfermedad, puede causar estados de ansiedad y depresión que no harán más que agravar los síntomas de la fibromialgia.
3. Suplemento ortomolecular: se ha comprobado en pacientes con fibromialgia la falta de algunas vitaminas, minerales y oligoelementos, descenso de niveles de serotonina o déficits enzimáticos (DAO, NATH).
La nutrición ortomolecular estudia las deficiencias de nutrientes y determina las cantidades óptimas para cada individuo. El organismo comenzará a funcionar con un nivel adecuado de los nutrientes que necesita para formar hormonas, enzimas, prostaglandinas, anticuerpos y otras numerosas sustancias. Un organismo que dispone de todos los elementos necesarios para llevar a cabo sus funciones correctamente será capaz de desintoxicar, regenerarse y establecer un óptimo estado de salud tanto física como mental.
4. Ejercicio físico adecuado: Si bien el dolor y la fatiga asociados a la fibromialgia dificultan hacer ejercicio y realizar las tareas de la vida diaria, es fundamental mantenerse activo físicamente. Diversas investigaciones han demostrado que el ejercicio aeróbico regular mejora el dolor, las funciones y la calidad de vida en general. Los ejercicios adecuados pueden ser practicar una actividad aeróbica de bajo impacto, caminar, nadar, montar en bicicleta y hacer ejercicios aeróbicos en el agua.
No hay que olvidar que algunas prácticas cuerpo-mente pueden mejorar los síntomas y el bienestar general. El yoga y el Tai Chi son prácticas que combinan la meditación, los movimientos lentos, la respiración profunda y la relajación.