Todo lo que debes saber sobre las piedras en la vía urinaria

Escrito por: Dr. Francisco José Anglada Curado
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Editado por: Top Doctors®

La litiasis urinaria es la formación de piedras en el interior de la vía urinaria por el depósito de las moléculas que se encuentran diluidas en la orina, en las personas predispuestas a ello.

En España se estima que algo más de un 5% de la población padece litiasis urinaria, aunque estudios más recientes elevan esta cifra a alrededor del 10%. Esta enfermedad es 1,6 veces más frecuente en varones que en mujeres.

Niveles donde se forma la litiasis urinaria

La litiasis se puede alojar en distintos niveles del aparato urinario:

  • Litiasis renal: se forma en el interior del riñón y es la más frecuente.
  • Litiasis ureteral: suele ser migrada desde el riñón en dirección a la vejiga, raramente se forma en el uréter. Estas piedras no suelen ser mayores de 1 cm y frecuentemente obstruyen el paso de la orina.
  • Litiasis vesical: se forma en la vejiga y afecta especialmente a hombres mayores de 50 años.
  • Litiasis prostática: se desarrolla en la próstata.

 

Causas de la litiasis urinaria

Las causas que favorecen la formación de litiasis pueden ser muy variadas, aunque muchas veces concurren más de una en una misma persona, ya sean por factores externos como del paciente. De los factores externos, los más destacados son:

  • Clima: en los meses más calurosos del año, son más frecuentes los episodios de litiasis a causa de la falta de hidratación. También se ha probado que los trabajadores en situaciones de calor y deshidratación y en puestos de trabajo sedentarios presentan mayor frecuencia de litiasis.
  • Hidratación: un aporte hídrico insuficiente favorece el depósito de sales en la vía urinaria y, por lo tanto, el desarrollo de litiasis. En cuanto al tipo de agua, no se ha demostrado que haya más riesgo de desarrollar litiasis en aguas con mayor o menos contenido cálcico.
  • Dieta: la falta de calcio en la dieta puede favorecer la formación de piedras, ya que así aumenta la excreción de oxalato cálcico en la orina y, de este modo, pueden aparecer litiasis. Por otro lado, las dietas con exceso de sal también favorecen la aparición de esta enfermedad.
  • Fármacos: algunos diuréticos, corticoides y antiretrovirales también pueden causar litiasis.

Por otro lado, las condiciones del paciente también influyen en el origen de la litiasis urinaria:

  • Edad: la litiasis es menos frecuente hasta los 20 años, mientras que entre los 40 y los 60 años en los hombres y entre los 50 y 60 años en las mujeres tiene más incidencia.
  • Antecedentes familiares: los pacientes con familiares directos que han padecido litiasis tienen el triple de riesgo de padecerla también.
  • Síndrome metabólico y obesidad: la diabetes y la resistencia a la insulina favorecen la aparición de piedras.
  • Hipercalcemia o hipercalciuria: trastorno que provoca el aumento de calcio por cualquier causa.
  • Hipertiroidismo.
  • Hiperuricemia: favorece la formación de litiasis de ácido úrico y oxalato cálcico.
  • Malabsorción intestinal: aumenta la absorción de oxalato.
  • Trastornos metabólicos: hiperoxaluria primaria, cistinuria, fibrosis quística o acidosis tubular renal.
  • Alteraciones morfológicas en la vía urinaria: estenosis de unión pieloureteral, divertículos caliciales, megauréter, riñón en esponja, obstrucción por hiperplasia de próstata o estenosis de uretra (estas últimas pueden favorecer las litiasis vesicales).
  • Infecciones recurrentes: afecta más a portadores de catéteres ureterales, nefrostomías y sondas vesicales, especialmente en mujeres.
  • Inmovilización: los pacientes con limitaciones severas de movilidad tienen más probabilidades de que se formen piedras en su sistema urinario.

 

Síntomas de la litiasis urinaria

Los síntomas dependen de la localización de las piedras, del tamaño, de la obstrucción que provocan en la vía urinaria y de la sobreinfección que pueden generar.

Frecuentemente, las litiasis no producen síntomas y se descubren de forma casual en una prueba radiológica (radiografía o ecografía). Ahora bien, cuando una piedra obstruye la vía urinaria, entonces el paciente siente dolor.

Este dolor, llamado cólico renal, se produce por el acúmulo de orina por encima de la piedra, que distiende la vía urinaria. Normalmente, el dolor del cólico renal es intenso, alternando periodos de mayor dolor con otros de aparente alivio. Se acompaña de vómitos y náuseas y, en ocasiones, estreñimiento por parálisis intestinal refleja.

Las litiasis vesicales no producen obstrucción en las vías urinarias, sino que se forman por obstrucción crónica al vaciamiento de la vejiga, y se suelen acompañar de irritabilidad, micción frecuente, dolor sordo en la parte inferior del abdomen, dolor al terminar de orinar o sangrado por la orina.

 

Consecuencias de la litiasis urinaria

La obstrucción de la vía urinaria aumenta la presión dentro de la misma y daña progresivamente el riñón afectado. El riñón sufre una serie de cambios que, al cabo de un tiempo variable (según la situación previa y si la obstrucción es total o parcial), termina por anular su función de forma temporal, si se desobstruye, o de forma definitiva, si persiste el problema.

En una persona con dos riñones funcionantes, la obstrucción de uno de ellos no tiene por qué alterar la función renal global, ya que el otro órgano sustituye el trabajo del obstruido. Sin embargo, es frecuente que personas con gran volumen corporal o masa muscular, sobre todo varones, desarrollen una insuficiencia renal leve por un cólico renal con obstrucción completa. Esta insuficiencia renal es reversible y generalmente no tiene repercusión.

Por otra parte, una persona con un solo riñón funcional puede desarrollar anuria si este se obstruye, es decir, puede cesar la excreción de orina. Si la situación persiste, se establece una insuficiencia renal rápidamente progresiva que puede ser incluso mortal en un plazo de días si no se resuelve la obstrucción o no se recurre a la diálisis (eliminación de las sustancias nocivas retenidas). Esto puede ocurrir tanto con un cólico renal como sin dolor.

Las personas con litiasis parcialmente obstructivas y riñón único funcional pueden desarrollar una insuficiencia renal manteniendo una eliminación de orina aparentemente normal, aunque es una situación menos frecuente.

 

Complicaciones de la litiasis urinaria

Hay grupos determinados de personas que tienen más riesgo de tener repercusiones serias si padecen litiasis:

• Personas con movilidad reducida

• Monorrenos (personas con un riñón funcional)

• Pacientes con riesgo aumentado de infección

• Embarazadas

Una complicación de la formación de piedras es la hidronefrosis, que consiste en la dilatación de la vía urinaria. Es fácil de diagnosticar mediante una ecografía y se puede clasificar en cuatro grados:

• Grado I: dilatación leve sin afectación de la forma de los cálices renales. • Grado II: dilatación de cálices renales sin pérdida de masa renal

• Grado III: dilatación severa con deformación de cálices, sin adelgazamiento del tejido renal.

• Grado IV: dilatación severa con pérdida del tejido renal.

En ocasiones, las litiasis, incluso las de gran tamaño intrarrenales, pasan desapercibidas y pueden ser diagnosticadas en una situación evolucionada en la que el riñón ha perdido irremediablemente su función por hidronefrosis de grado IV o en una situación en la que el riñón ya no está dilatado, pero ha perdido volumen (atrofia renal).

Otra complicación de la litiasis es la pielonefritis litiásica o complicada, una infección de la vía urinaria que afecta al riñón y que constituye una emergencia urológica, ya que puede desembocar en una sepsis (infección grave y potencialmente mortal). Ante esta situación, se aconseja a algunos pacientes colocar en la vía urinaria un sistema que permita evitar la obstrucción causada por la litiasis, generalmente un catéter interno o externo o una nefrostomía (derivar el curso de la orina desde el riñón a la piel).

 

Tratamiento de la litiasis urinaria

En el ámbito farmacológico, no existe ningún tratamiento concreto eficaz para la mayoría de litiasis que ya se han formado. Solo las litiasis compuestas de ácido úrico cuentan con un tratamiento médico, consistente en fármacos que aumentan el pH de la orina, es decir, disminuyen su acidez, y son capaces de disgregarlas.

Una vez formada la litiasis no tratable farmacológicamente, hay que recurrir a la cirugía para eliminarla totalmente. Es recomendable visitar al médico especialista en Urología para escoger el tratamiento quirúrgico necesario en función del tipo de litiasis que padezca:

  • Litotricia extracorpórea: procedimiento que consiste en la aplicación de ondas de choque (ondas de presión) en el punto más cercano a la piel de la litiasis. Estas ondas atraviesan los tejidos hasta llegar a la litiasis y la fragmentan, sin necesidad de cirugía. En principio, los fragmentos se eliminan posteriormente por la orina. No se recomienda a pacientes con litiasis de gran tamaño, ya que se generaría una gran cantidad de fragmentos y por tanto serian difíciles de expulsar y seguramente requeriría varias sesiones, que pueden prolongarse durante meses.
  • Nefrolitotomía percutánea: intervención quirúrgica, generalmente con anestesia general, que consiste en acceder al riñón a través de un pequeño orificio en el costado, a través del cual se introduce un endoscopio (para ver el interior del riñón) y una fuente de energía (un láser, por ejemplo) para fragmentar la litiasis, extrayendo los restos posteriormente. A diferencia de la litotricia extracorpórea, es aconsejable para pacientes con litiasis de gran tamaño, ya que la tasa de resolución es superior y el procedimiento es más rápido.
  • Ureteroscopia: intervención quirúrgica normalmente realizada con anestesia raquídea (en el espacio intradural), a veces con anestesia local, que consiste en introducir un endoscopio fino y largo a través de la uretra para acceder al lugar donde se encuentra la litiasis y fragmentarla mediante láser u otra fuente de energía. Se utiliza para tratar litiasis ureterales aunque también puede abordar litiasis renales. La ventaja de esta técnica endoscópica es que tiene una tasa de resolución elevada y, generalmente, requiere solo un procedimiento.
  • Cirugía abierta: es un tratamiento quirúrgico excepcional, solo para casos muy complejos en los que es necesario extirpar una porción del riñón o remodelar la vía urinaria. También puede ser una opción en las raras circunstancias en las que no se ha logrado resolver la litiasis mediante los procedimientos descritos anteriormente.
  • Litiasis vesicales: se tratan generalmente por vía endoscópica, a través de la uretra. Si están asociadas a un problema obstructivo (hiperplasia de próstata o estenosis de uretra), también debe resolverse, en ocasiones, mediante cirugía abierta (en el caso de próstatas de gran tamaño y litiasis grandes y/o múltiples).
  • Litiasis prostáticas: no tienen trascendencia clínica y no es preciso tratarlas.

 

Prevención de la litiasis urinaria

Para los pacientes litiásicos, se necesita tomar algunas medidas preventivas, independientemente del nivel de riesgo:

  • Beber entre 2,5 y 3 litros de líquido al día
  • Ingerir líquidos de forma repartida durante todo el día
  • Dieta equilibrada con contenido normal de calcio, poca sal, y adecuada cantidad de frutas y verduras
  • Mantener un peso adecuado
  • Hacer ejercicio moderado
  • Evitar el consumo elevado de alimentos ricos en oxalato (espinaca, remolacha, acelgas, cacao en polvo, frutos secos, etc.)
  • Evitar el consumo elevado de alimentos ricos en proteínas animales (en pacientes con riesgo de formación de litiasis de ácido úrico)

Por Dr. Francisco José Anglada Curado
Urología

El Dr. Anglada Curado es un prestigioso especialista en Urología que cuenta con más de 15 años de experiencia. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla, actualmente es urólogo en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, en el que ha sido jefe de Sección de Urología, y también dirige, junto al Dr. Carazo Carazo, el reputado centro de Urología Uroavanz. A parte de su labor profesional como doctor, también es profesor asociado de la Fundacion Pública Andaluza para el Avance Tecnológico y Entrenamiento Profesional (IAVANTE) y vicepresidente de la Asociación Andaluza de Urología.

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