Thermage: ¡adiós a la flacidez!
Escrito por:Con el tiempo, las zonas que más flacidez sufren, como el abdomen, los brazos, la zona anterior de las rodillas y los glúteos empiezan a sufrir un descolgamiento. Existen varias técnicas para solucionar esta flacidez, con o sin cirugía. Una de las técnicas más seguras sin cirugía es la radiofrecuencia Thermage, especialmente indicada para tensar la piel estimulando el colágeno en ciertos tipos de flacidez.
¿En qué consiste Thermage?
Es un procedimiento no invasivo que ni siquiera requiere inyecciones. Este tratamiento busca reafirmar el colágeno natural de la piel. Nuestra piel tiene tres capas, la externa es la epidermis, la intermedia es la dermis, donde se encuentra la mayor parte del colágeno, y la capa interna es la subcutánea, que tiene también una red de fibras de colágeno. Cuando el colágeno se daña por la exposición al sol, el envejecimiento o simplemente por herencia familiar, la piel comienza a arrugarse. El tratamiento de Thermage actúa ante estas arrugas aplicándose en la piel calentando la capa intermedia y la red de colágeno de la capa subcutánea. Esto provoca una estimulación del colágeno nuevo con capacidades elásticas y tensoras.

El paciente ideal sería un adulto de entre 35 y 60 años que sufre flacidez, debido al paso del tiempo o tras una pérdida de peso, un embarazo y que no sufre de sobrepeso. Además, algunos pacientes post-quirúrgicos también pueden optar por este tratamiento.
Cada aplicación lleva de 500 a 1200 pulsos. Lo que experimenta el paciente es una breve y profunda sensación de calor, lo que indica que el colágeno está alcanzando la temperatura perfecta para romper las fibras antiguas y tras unos 60 días empezar a formar las nuevas fibras de colágeno joven.
¿Cómo afecta a la piel?
Para proteger la piel y que el tratamiento sea lo más cómodo para el paciente, la superficie de la piel se enfría antes, durante y después de cada aplicación. Esto mantiene la capa superficial intacta y permite que el paciente se reincorpore de manera inmediata a sus tareas habituales.
El tratamiento es indoloro y no necesita ningún tipo de anestesia. Tras el tratamiento, el paciente notará que el efecto tensor va ascendiendo de manera gradual durante los seis meses siguientes, ya que se estimula la formación de colágeno. En algunos casos, las áreas tratadas pueden verse levemente sonrosadas pero desaparece a las horas. Además, es recomendable utilizar cremas adecuadas al tipo de piel y evitar la exposición prolongada al sol.
Los resultados pueden durar hasta dos años, aunque pueden variar dependiendo de la calidad de la piel de cada paciente. Tras este tiempo, no hay problema en volver a realizar el tratamiento.