Tengo estrés e insatisfacción laboral, ¿qué hago?
Escrito por:Cuando detectamos cuotas de estrés y malestar muy elevadas en nuestro entorno laboral casi podríamos decir que “ya vamos tarde”. Es decir, para que estemos hablando de malestar e insatisfacción en el terreno laboral nos tendremos que preguntar qué es lo que está fallando o ha fallado desde un inicio.
Cierto es que en el lugar de trabajo siempre hay una cierta exigencia, no sólo por parte de los otros (jefes, superiores o compañeros), sino que también es necesaria una mínima autoexigencia para poder emprender ciertos retos, buscar la manera de hacer bien las cosas y cumplir con los plazos.
Sin embargo, una cosa es la exigencia y presión normal a la que estamos sometidos en un entorno laboral sano y otra muy distinta es cuando aparece el estrés y la ansiedad, así como la sensación de insatisfacción laboral que suele ir de la mano de las dos anteriores.
Estrés laboral: ¿cuándo es necesario que intervenga un profesional?
Cuando comenzamos a tener esta sensación, lo recomendable es acudir a consulta con un especialista en salud mental, sin mayor dilación. Por ejemplo, a la hora de decidir si un puesto de trabajo nos conviene o no, si un cambio laboral es pertinente o no, si aceptamos nuevas responsabilidades, si tomamos nuevas funciones o roles y cómo las tomamos o si damos un viraje a nuestra vida dejando un empleo y dedicándonos a lo que siempre nos atrajo.
Éstas y otras más, son cuestiones vitales, que siempre remiten a algo más profundo y trascendental y que conviene revisar, hacerlo consciente, lo que solamente es posible junto a un especialista en Psicología.
¿Cómo aprender a poner límites en el trabajo?
Un psicólogo puede ayudar a identificar qué se oculta detrás de ciertas resistencias, miedos e inhibiciones, y por qué nos condicionan tanto e incluso determinan nuestras decisiones. Además, nos ayudará a poner remedio y a encontrar una salida a coyunturas vitales que tienen que ver con nuestra vocación profesional, nuestra vida laboral o simplemente con lo que venimos haciendo para ganarnos la vida.
No lo dudes ni justifiques más, no conviene seguir procrastinando, el tiempo corre en tu contra en cuestiones como éstas y reflexionar con un profesional sobre los temas que nos afectan diariamente es el primer paso para hacer algo con ello.
El jefe al que no nos atrevemos a pedir un aumento de sueldo, el compañero que nos hace la vida imposible, las tareas repetitivas y monótonas a las que nos enfrentamos a diario, la dificultad para decir no a la avalancha de peticiones y demandas que nos hacen… todas estas cuestiones no pasan porque sí, tienen su razón de ser en nosotros, y para poderlas situar, revisar y cambiar hay que entender antes algunas cosas de nosotros mismos, ¿te atreves?