¿Te asusta tomar tus propias decisiones? Aprende a superar el miedo y decide por ti mismo

Escrito por: Dra. Pilar Iglesias Souto
Publicado:
Editado por: Cristina Mateo

La toma de decisiones es un acto consustancial al ser humano. Casi continuamente nos encontramos en situaciones que nos obligan a elegir o resolver un problema entre varias alternativas, a menudo inciertas, con lo cual prácticamente nunca contamos con la seguridad de conocer cuál será el resultado final.

 

Hay muchos factores que determinan cómo y porqué varias personas ante una misma encrucijada, es decir ante un mismo conjunto de situaciones, toman elecciones totalmente diferentes.

 

Estas diferencias vienen determinadas por diversos factores, pero bajo mi punto de vista los más determinantes son:

  • El objetivo a conseguir y en los beneficios que se obtengan.
  • En la necesidad del individuo de tener el control y la seguridad de que siempre va a acertar y que su elección le llevará indefectiblemente al éxito.
  • En la experiencia previa y en la capacidad para realizar un análisis de los elementos, más que en la eficacia de la elección. Asumiendo que la mayor parte de las veces la resolución de un problema no depende de una única elección, sino también de la constancia y tenacidad para insistir en el objetivo.
  • Y en el punto contrario tenemos a personas que nunca o difícilmente toman decisiones porque consideran que no hay alternativa segura, perdiéndose en consideraciones prolijas y paradójicas y esperando que la situación se resuelva por sí misma o por la voluntad de otra persona.

 

Aceptar que nos podemos equivocar es el primer paso.

 

La toma de decisiones, como decíamos, es un proceso cotidiano que nos asusta. Para entenderlo mejor y afrontarlo con actitud positiva, a continuación os detallo una serie de tips que pueden servir de referencia a la hora de tomar una decisión:

  • Aceptar la responsabilidad de la elección. No precipitarnos, casi nunca es necesaria la inmediatez en las decisiones importantes.
  • Asumir que solo tomando decisiones podemos avanzar.
  • Reconocer que acertar en la decisión es importante, pero que lo esencial es tener la capacidad para afrontar nuevos retos y no renunciar a nuevas expectativas. Es decir, no frustrarnos por no haber logrado lo deseado.
  • Ser flexibles ante los resultados y entender que podemos rectificar casi siempre. Un exceso de perfeccionismo debilitará nuestra capacidad para tomar la decisión.
  • Entender que no todas las decisiones tienen la misma relevancia, ni transcendencia, lo que provocará que los procesos cognitivos que debemos emplear son muy diferentes.
  • La experiencia emocional, que consiste en reconocer, descubrir y manejar nuestras emociones, esto es entender que mi proceso puede tener un ritmo o unas consideraciones que difieren de otras personas, puedo ser más lento, más precavido y menos impulsivo y sobre todo, no necesito decisiones que provoquen cambios o rupturas dramáticas, puedo ir elaborando pequeñas decisiones que me conduzcan a mi objetivo.
  • Ser consciente de que la decisión puede no ser al 100% buena o mala, pero sí necesaria.
  • Tener una autoestima positiva.
  • Poseer estrategias de afrontamiento, ser conscientes del potencial que tenemos y de los recursos para llevar a cabo la tarea.

 

Y algo para mí muy importante: nunca debemos tomar una decisión que nos genera más estrés o ansiedad que el no tomarla. La confianza en otras personas puede ser tenida en cuenta ante una toma de decisiones, pero debemos entender que “yo en tú caso haría” no siempre es un buen consejo.

Por Dra. Pilar Iglesias Souto
Psicología

Pilar Iglesias Souto es una reputada especialista en Psicología clínica desde 1985.Está especializada en terapia cognitivo-conductual para el tratamiento de trastornos de ansiedad, depresión y conductas disfuncionales. Además, la Dra. Iglesias es experta en sexología, en disfunciones sexualesen Psicología perinatal y en Psicología de la reproducción humana y también ha trabajado en el área de las drogodependencias y en enfermedades neurológicas, como el Parkinson.

Además, tiene una amplia experiencia en el campo de la psicoterapia de adultos, que ha complementado con numerosos cursos de formación dentro de su especialidad.

Recientemente, ha asistido a una intensiva formación en terapia con realidad virtual (VR), para el tratamiento de trastornos del espectro de ansiedad y las fobias, aunque es un procedimiento terapéutico que puede utilizarse en múltiples situaciones en que la ansiedad es el centro de la disfunción o el trastorno de conducta.

Actualmente, es psicóloga especialista en salud en el Grupo Hospitalario Quirón y colaboradora en la Unidad Reproducción Asistida del Grupo Ron.
 

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