Tabaco: ¿en qué momento tengo una adicción?

Como tal, el tabaquismo se puede definir como el “enganche” al tabaco. Se trata de un hábito tóxico que se desarrolla a lo largo del tiempo, que comienza con el consumo de algunos cigarrillos y que por sus componentes —nicotina especialmente, alquitrán…— con el tiempo logra enganchar al consumidor, provocando una serie de efectos perjudiciales que con el tiempo van aumentando de la mano con el consumo.

¿Qué hace que nos volvamos adictos al tabaco?

Básicamente, es la nicotina del tabaco lo que hace que nos enganchemos. La nicotina es un producto químico que se conecta o se engancha a los receptores del cerebro, que hacen que nos volvamos dependientes de esta sustancia.

Con el tiempo, debido a una serie de reacciones orgánicas, se torna imposible la vida sin fumar. Es lo que se llama tolerancia/dependencia, y el concepto sería el hábito de fumar.

¿En qué momento se puede hablar de una adicción?

Una persona es adicta al tabaco cuando una persona no puede dejar de pasar cierto tiempo —horas o días— sin consumir el tabaco.

¿Qué le aporta el hecho de fumar tabaco al fumador?

Como adicción, cuando un fumador echa de menos el consumo de un cigarro, se produce una reacción en el cuerpo y en el sistema nerviosos, que libera una serie de sustancias que producen ansiedad, sudoración, estrés, desánimo… Todo esto se corta cuando el individuo se fuma un cigarro, por las sustancias que contiene y que el cuerpo está demandando.

¿Cuáles son los principales efectos perjudiciales del tabaco?

El principal efecto del tabaco son sus efectos secundarios. La disnea (falta de oxígeno), a nivel del sistema nervioso central, con todos los síntomas que produce la falta de fumar: estrés, taquicardias, ansiedad…

A su vez, la sangre se ve “amenazada” por el consumo del tabaco, sin circular la libremente la hemoglobina, que es la que hace que se gaste el oxígeno, lo que circula es la carboxihemoglobina, que realmente impide que el oxígeno se gaste correctamente. Esto es lo que provoca la disnea y la falta de aire, ya que la calidad de la respiración del fumador nunca será la misma que la del no fumador.

¿Cómo se trata esta adicción? ¿Qué especialista actúan?

Los pasos a seguir para dejar de fumar es concienciarse de que de verdad queremos dejar de fumar. Posteriormente, será necesario un apoyo multidisciplinar, empezando por un médico de familia, la familia, el psicólogo y en algunos casos un neumólogo.

Hay que tener en cuenta que las principales complicaciones del tabaco se producen a nivel pulmonar y cardíaco. A nivel pulmonar, se producen una serie de conflictos respiratorios, como la falta de aire, el cierre de bronquios, asma, cáncer…

A nivel cardiológico, fumar produce un endurecimiento y estrechamiento de las venas y arterias, sufre el corazón…

Psicológicamente, como el tabaco produce ese enganche, el paciente se verá afectado por estrés, ansiedad o nerviosismo, incluso hasta con cambios de ánimo.

¿Qué distintos tratamientos existen para el la adicción del tabaco? Se ha hablado de parches, de hipnosis…

Se utiliza hipnosis, yoga, meditación, acupuntura… Existen un gran número de técnicas, al margen de la medicación como tal: parches de nicotina, el sintabac, champix, medicamentos antidepresivos…

A modo de resumen, se puede decir que el papel del médico de familia es hacer un seguimiento adecuado de la medicación, una disciplina de acudir semanalmente a la consulta para ver la evolución del paciente, ya que se trata de un proceso que requiere de semanas o incluso meses para lograrlo.