Quistes aracnoideos: ¿se tratan?
Escrito por:Los quistes aracnoideos son lagos de líquido cefalorraquídeo que han quedado atrapados entre membranas de aracnoides.
El líquido cefalorraquídeo es un líquido rico en azúcar producido en el cerebro y que se encuentra en su interior, a su alrededor y alrededor de la médula espinal. Se produce y se absorbe de manera continua, de tal manera que circula por los “espacios subaracnoideos” libremente y en equilibrio.
La aracnoides es una de las membranas que envuelven el cerebro (meninges). Se trata de un velo muy muy fino y, en ocasiones, puede formar loculaciones que se rellenan de líquido cefalorraquídeo, constituyendo los quistes aracnoideos.
Diagnóstico de los quistes aracnoideos
Un 1% de los niños y los adultos presentan quistes aracnoideos. Lo más frecuente es que se descubran por casualidad al realizar un TC craneal o una resonancia magnética (RM) cerebral por otro motivo y, en muy contadas ocasiones, pueden descubrirse por cefalea u otros síntomas aún menos frecuentes.
Los quistes aracnoideos pueden encontrarse en cualquier localización cerebral y menos frecuentemente en la médula espinal. La localización más frecuente es en el lóbulo temporal izquierdo.
Tratamiento de los quistes aracnoideos
En la mayoría de los casos no requieren ningún tipo de tratamiento y solo debe hacerse un seguimiento pero, en casos excepcionales, cuando es sintomático, el tratamiento es quirúrgico.
La fenestración endoscópica del quiste es el tratamiento de elección. Consiste en comunicar el contenido del quiste con otros espacios subaracnoideos con la ayuda del neuroendoscopio. Cuando esto no es posible, puede realizarse la fenestración a través de una craneotomía y si lo anterior fracasara, se puede implantar una válvula.
El neurocirujano pediátrico valorará el caso y decidirá si, como en la mayoría de los casos, solo es necesario un seguimiento periódico o si, por el contrario, debe intervenirse quirúrgicamente, lo cual es excepcional.