¿Qué relación tienen la obesidad y el cáncer?

La obesidad se ha convertido en un problema grave de salud pública en Estados Unidos, aunque las tasas de personas obesas han aumentado desde 1990 en todo el mundo.

Según muestran los datos del Estudio Nutricional de la Población Española, el porcentaje de adultos y niños que sufren obesidad es preocupante. Los obesos son personas que tienen una grasa corporal superior, en comparación con el tejido corporal magro, como los músculos. Hay diferentes factores que pueden causar obesidad y sobrepeso, como por ejemplo factores genéticos, hormonales, ambientales, emocionales y culturales.

La obesidad es una de las causas que contribuye de manera significativa el desarrollo de enfermedades no transmisibles, incluidas las enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer. Alrededor de 84.000 diagnósticos de cáncer se atribuyen a la obesidad y el sobrepeso.

Aumento de peso y riesgo de cáncer

En la actualidad ya hay varios estudios que han relacionado la obesidad y el sobrepeso con la incidencia del cáncer. Entre las posibles causas por las que la obesidad se relaciona con el cáncer encontramos:

• Aumenta el nivel de insulina y del factor de crecimiento de la insulina -1 (IGF-1), lo que puede suponer el desarrollo algunos cánceres.
• Existe una inflamación crónica leve, relacionada con un mayor riesgo de sufrir cáncer.
• Hay una cantidad más alta de estrógenos producidos por el tejido graso, lo que puede propiciar el desarrollo del cáncer de mama y endometrio.
• Las células grasas pueden afectar los procesos relacionados con el crecimiento de las células cancerígenas.

Es necesario generar conciencia sobre la relación entre la obesidad y el riesgo de cáncer, ya que la población no comprende que la obesidad aumentará el riesgo de desarrollar y/o morir de cáncer. Asimismo, la obesidad va a generar un peor pronóstico tras el diagnóstico de cáncer y afecta de manera negativa a la administración de la terapia oncológica sistémica y y puede aumentar el riesgo de segundos tumores malignos y comorbilidades.

Ejercicio, obesidad y cáncer

El ejercicio físico debería prescribirse como parte del tratamiento del cáncer. Los cambios en el estilo de vida y una dieta equilibrada tienen un efecto positivo en todo esto.

Está demostrado científicamente que el ejercicio físico, prescrito por un especialista, puede ser realizado sin riesgos durante los tratamientos de quimioterapia y radioterapia. Es importante adaptarlo a cada paciente, su intensidad, duración, frecuencia semanal, tipo de ejercicio… El ejercicio no puede suponer un riesgo, por lo que siempre es necesario consultar esta opción con el cirujano oncológico para que este considere el estado general del paciente y le prescriba el mejor tipo de ejercicio.

El Dr. Hernán Cortés- Funes, Director de la Unidad de Oncología de HC Marbella, declara que “El ejercicio es tan potente contra el cáncer que debería prescribirse siempre como parte del tratamiento de la enfermedad, porque el ejercicio crea un ambiente hostil para las células cancerosas”.