¿Qué es y de qué se encarga la fisioterapia neurológica?

La Fisioterapia Neurológica (Neurofisioterapia) es una rama de la fisioterapia que se especializa en la evaluación y tratamiento, mediante agentes físicos, de las alteraciones del movimiento que aparecen tras una lesión o enfermedad en el sistema nervioso, tanto central como periférico. Así, el profesional de la Neurofisioterapia analiza las alteraciones de las componentes motoras (tono y longitud muscular, fuerza, equilibrio, coordinación…) y qué implicaciones tienen en el desarrollo de actividades en el entorno de la persona. Tras una exhaustiva evaluación del movimiento, instaura medidas de tratamiento que incluyen, principalmente, ejercicio terapéutico, para facilitar la restauración o compensación de las funciones alteradas.

Además, el profesional de la Neurofisioterapia está formado para usar agentes físicos como el calor, el agua, la electricidad, la vibración, la movilización de diversas estructuras neurales y no neurales… para potenciar el efecto del ejercicio, así como para pautar actividades en domicilio, adaptar la práctica deportiva a las características específicas de la persona o participar de forma activa en la prevención de complicaciones u otras enfermedades secundarias al diagnóstico neurológico. Así mismo, está capacitado para usar nuevas tecnologías, como sesiones telemáticas o por vídeo-llamada, realidad virtual, robótica, videojuegos adaptados, etc.

¿Qué aplicaciones tiene la fisioterapia neurológica?

La Neurofisioterapia es imprescindible en el tratamiento de numerosas patologías neurológicas, entre las que podríamos citar, como las más frecuentes en los adultos:

• Sistema Nervioso Central: ictus, traumatismo cráneo-encefálico, esclerosis múltiple, enfermedades de primera y segunda motoneurona, encefalitis, Enfermedad de Parkinson y parkinsonismos, lesiones medulares, mielitis, tumores cerebrales, ataxias cerebelosas…
   
• Sistema Nervioso Periférico: neuropatías (lesiones en distintos nervios, como en el túnel carpiano, el pudendo, el sural…), parálisis facial, dolor neuropático, síndrome de Guillain-Barré…
   
• Miopatías: aunque algunas no son enfermedades del sistema nervioso propiamente dichas, los signos y síntomas que se desarrollan son comunes a neurología. Entre las más comunes en el adulto encontramos las miopatías metabólicas o que afectan a la placa motora.

En el caso de la Neurofisioterapia, los profesionales se suelen dedicar específicamente a población adulta o infantil (por ejemplo, parálisis cerebral infantil, parálisis braquial obstétrica… son diagnósticos que se tratan en Neurofisioterapia infantil).

Es importante que antes de acudir a Neurofisioterapia la persona se informe adecuadamente de cuál es la experiencia específica del profesional, ya que el campo de actuación, como vemos, es muy amplio.

¿Qué ejercicios se realizan?

Las actividades que se pautan en Neurofisioterapia se dirigen a dianas muy diversas. Por hacer un resumen, la profesional puede pautar ejercicios dirigidos a evitar la instauración de alteraciones posturales o de distintas estructuras (por ejemplo, contracturas musculares o rigidez articular), a prevenir complicaciones asociadas a la inactividad (por ejemplo, úlceras u otros problemas en la piel), a mejorar el estado cardiovascular y respiratorio (ejercicio aeróbico), a mejorar la fuerza muscular, regular el tono muscular patológico (espasticidad o hipotonía, como ejemplos), establecer reacciones posturales y de equilibrio más eficaces, mejorar la capacidad de caminar en ambientes cotidianos (tanto en velocidad, como en seguridad). Por tanto, la evaluación es esencial para establecer las cargas y tipo de trabajo que puedan impactar directamente en las alteraciones registradas.

En Neurofisioterapia, no solo se trabaja con el componente motor, sino que también se pautan actividades que van dirigidas a mejorar la sensibilidad, disminuir el dolor, la toma de conciencia del movimiento, la capacidad de automatización de tareas para poder realizar varias a la vez… El neurofisioterapeuta parte del movimiento como herramienta de evaluación y tratamiento, dependiendo del tipo de patología y su momento evolutivo las actividades pueden ir dirigidas a restaurar las funciones alteradas, compensar los déficits con el trabajo de capacidades remanentes o evitar el deterioro y mejorar la calidad de vida con la prevención y manejo de complicaciones asociadas a la evolución de la patología neurológica.

¿Qué beneficios aporta al paciente?

La actividad física es una herramienta muy eficaz para mejorar el estado de salud de la población en general y de las personas diagnosticadas de una patología neurológica en particular. En concreto, las enfermedades que afectan al sistema nervioso central se caracterizan por dar lugar a multitud de alteraciones en muchos ámbitos (movimiento, sensibilidad, cognición, lenguaje, conducta, ocupación…) por lo que es imprescindible que el profesional de la Neurofisioterapia no trabaje nunca de forma aislada, sino que se integre en un equipo transdisciplinar en centros especializados que puedan dar respuesta a todas las necesidades que surgen después de una lesión en el sistema nervioso, tanto para la afectada como para su entorno cercano. 

En concreto, existe amplio consenso y evidencia de que la Neurofisioterapia es un gran aporte, junto al tratamiento médico especializado, para mejorar los trastornos del tono muscular, facilitar la activación de grupos musculares que se encuentran debilitados o paralizados, disminuir el dolor, evitar la aparición de complicaciones (como subluxaciones, hombro doloroso, acortamientos musculares y daño en la integridad estructural articular), acompañar a la persona en el entrenamiento de la deambulación en entornos cotidianos, adaptar la práctica de ejercicio o deporte a la nueva situación funcional de la persona, adaptar o elaborar dispositivos de ayuda externos (por ejemplo, férulas o vendajes) y aumentar la confianza y la eficacia de las reacciones de equilibrio en actividades cotidianas (como subir o bajar escaleras o rampas, cambiarse de una silla a otra, evitar las caídas en el baño).

Pero lo más importante para todo Neurofisioterapeuta debe ser evitar el sedentarismo y motivar a los pacientes neurológicos para que incorporen la actividad física a su rutina, adaptándola de la forma que sea necesaria, para que puedan disfrutar de todos los beneficios, en todos los ámbitos (cardiorrespiratorio, psicológico, cognitivo, independencia funcional…), que la ciencia ha otorgado al mantenimiento de una vida activa físicamente.

Si desea más información, consulte con un experto en neurofisioterapia.