¿Qué es la hipertensión y cómo se diagnostica?
La hipertensión, según la Organización Mundial de la Salud, es la presión elevada en nuestros vasos sanguíneos por encima de 140/90 mmhg tomada con una técnica correcta y en dos días distintos. Sin embargo, este punto de corte es para la toma de tensión arterial en la consulta médica que es cuando suele estar más elevada. Para tomas domiciliarias hablamos de hipertensión con cifras superiores a 135/85 mmHg y cifras superiores a 130/80 mmHg cuando realizamos un registro de 24 horas.
Por otro lado, se debe tener en cuenta que es importante también valorar la presión arterial por la noche (con un registro de 24 h). A nivel nocturno, consideramos que hay hipertensión con cifras superiores a 120/70 mmhg. Es muy importante realizar una medición adecuada de la tensión arterial asociada a una valoración integral del paciente.
¿Cuáles son las principales causas y factores de riesgo de la hipertensión?
El riesgo de hipertensión puede aumentar en estos casos:
- Edad avanzada.
- Causas genéticas.
- Sobrepeso u obesidad.
- Falta de actividad física.
- Ingesta elevada de sal.
- Consumo excesivo de alcohol.
¿Qué síntomas están asociados con la hipertensión y cuándo debería alguien consultar a un médico?
En muchos casos, la hipertensión es asintomática, sin embargo, en pacientes con cifras más elevadas pueden aparecer:
- Dolor intenso de cabeza.
- Dolor torácico.
- Mareos.
- Dificultad para respirar.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Visión borrosa o cambios en la visión.
- Ansiedad.
- Confusión.
- Pitidos en los oídos.
- Hemorragia nasal.
- Cambios en el ritmo cardiaco.
¿Cómo afecta la hipertensión a la salud a largo plazo?
La hipertensión mantenida en el tiempo daña de manera progresiva las arterias, contribuyendo, junto con otros factores de riesgo como colesterol elevado o diabetes, a la aparición de aterosclerosis, enfermedad responsable de infarto, angina de pecho e ictus isquémico, entre otras patologías.
Por otro lado, unas cifras muy elevadas de tensión arterial pueden dar lugar a hemorragias intracraneales, insuficiencia cardiaca aguda o daño agudo en los riñones que, además, pueden verse también afectados por una hipertensión crónica.
¿Cuáles son los tratamientos y estrategias de prevención más efectivos para la hipertensión?
La principal arma para combatir la hipertensión es la prevención, realizando una dieta y ejercicio adecuados y realizando tomas periódicas por personal sanitario capacitado para la detección precoz de la hipertensión.
Una vez instaurada, la dieta saludable y ejercicio seguirán siendo fundamentales, sin embargo, en ocasiones, habrá que asociar fármacos para bajar la presión arterial.
Una valoración médica apropiada y un seguimiento estructurado constituyen uno de los pilares básicos para el manejo del paciente con hipertensión de manera integral, combinando un apropiado abordaje farmacológico en casos necesarios con terapias basadas en hábitos de vida saludable.