¿Qué es el trastorno del espectro autista y cómo se detecta?

El trastorno del espectro autista es una afección del desarrollo cognitivo que comienza en la niñez y continua toda la vida. No existe cura, pero si se ha logrado demostrar científicamente que una increíble mejoría se alcanza a través de la implementación de tratamientos basados en terapias de conducta que permiten la inserción social y nuevas pautas de adaptabilidad en los comportamientos de los pacientes.

¿Cómo podemos saber si nuestro hijo lo padece?

El diagnóstico temprano del autismo se relaciona directamente con las habilidades sociales y del lenguaje del niño. Desde el punto de vista social, hay algunos signos que pueden indicar la presencia de autismo en un niño. Estos incluyen dificultades para hacer amigos, dificultad para relacionarse con los demás, falta de sonrisas o contacto visual con otras personas, falta de seguimiento de instrucciones y directrices, falta de expresiones faciales ante estímulos y falta de preocupación por los demás.

En términos de comunicación, los niños con autismo a menudo presentan un retraso en el habla y pueden no empezar a decir palabras hasta después de los 3 años. También pueden tener dificultades para indicar cosas o hacer peticiones, no muestran interés en usar los juguetes de otros niños y no suelen iniciar conversaciones. Sin embargo, es importante destacar que suelen tener una buena memoria, especialmente para los números, y tienden a ser ordenados, colocando los juguetes en filas.

El comportamiento de los niños con autismo puede ser estereotipado. Pueden balancearse, dar vueltas, caminar de puntillas y mostrar comportamientos metódicos. Además, a veces pueden no parecer sensibles al dolor, lo que puede llevar a situaciones desagradables, por lo que es importante prestarles mucha atención. Siempre tienen una actividad preferida, por lo que es recomendable fomentarla para estimular su desarrollo intelectual y físico.

¿Cuáles son las posibles causas del trastorno del espectro autista?

Aunque se cree que factores genéticos, ambientales y otros, como las vacunas, pueden influir en la aparición del autismo, no hay una sola causa precisa y definida para esta condición tan compleja. Todavía estamos estudiando en detalle los factores genéticos.

Actualmente, sabemos que es común encontrar familias en las que varios miembros son autistas, especialmente en la tercera y cuarta generación. Además, en los gemelos idénticos, hay una alta probabilidad de que si uno es autista, el otro también lo sea.

En mi opinión, en lugar de centrarnos en buscar causas, es más importante educar a la población sobre el autismo y brindar herramientas a los padres para que aprendan a manejar la condición de sus hijos y promover su funcionalidad en la sociedad.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del autismo se realiza mediante la aplicación de diversas pruebas de evaluación neurológica, como la Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (ADOS), la Entrevista para el Diagnóstico del Autismo (ADI), el Sistema de Evaluación de la Conducta Adaptativa (ABAS), evaluaciones del desarrollo y evaluaciones diagnósticas integrales, así como cuestionarios de comunicación social, entre otros.

El tratamiento del autismo se centra en el control de los síntomas. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para tratar la hiperactividad y la falta de concentración. Sin embargo, el tratamiento más importante y avanzado son las terapias de análisis de comportamiento, que ayudan a desarrollar habilidades sociales y funcionales en los niños con autismo, facilitando su integración en la sociedad.

En cualquier caso, sería necesario consultarlo con un especialista en Medicina Familiar.