¿Por qué durante el confinamiento es más fácil caer en tecnoadicciones?

Escrito por: Sara Hernández de Pascual
Publicado: | Actualizado: 04/06/2020
Editado por: Albert González

El coronavirus nos ha impulsado a una nueva etapa de conectividad y las pantallas son uno de los grandes recursos con los que estamos contando en este aislamiento. Estos dispositivos nos permiten: socializar, teletrabajar, pasar tiempo en familia, ver la TV juntos, jugar, disfrutar del tiempo de ocio en redes sociales como Instagram o Facebook, además de mantenernos informados sobre la actualidad y noticias.

 

Sin embargo, existen factores que favorecen caer en las tecnoadicciones y que pasemos el límite entre lo “saludable” y lo perjudicial, sin que muchas veces lleguemos incluso a darnos cuenta de ello. Algunos de estos factores son:

  • El aburrimiento: tenemos mucho tiempo sin ocupar y la opción más rápida o fácil es ocuparlo mirando el móvil, la televisión o jugando a videojuegos.
  • La soledad: nos mantenemos conectados a nuestro entorno social en este confinamiento y nos alejamos del sentimiento de soledad, pero debemos aprender a estar con nosotros mismos y dedicarnos tiempo también.
  • Emociones negativas como la ansiedad, tristeza, el miedo o preocupación. Las tecnologías pueden ser una vía de escape, ayudarnos a desconectar y dejar de preocuparnos, pero eso nos aleja de enfrentar nuestras preocupaciones y mejorar nuestro estado emocional.
  • La mala gestión de nuestro tiempo libre, actividades, así como la gestión y planificación de los días.

 

¿Cómo podemos saber si estamos abusando de la tecnología?

Es cierto que actualmente no podemos evaluar con criterio una situación tan anómala y extraordinaria como la que estamos viviendo en este confinamiento. No obstante, el peligro de poder desarrollar una conducta patológica es real. Podemos darnos cuenta de si nuestra conducta se está convirtiendo en un problema o de si estamos abusando de las tecnologías, prestando atención a algunos indicadores como:

  • Percibir que me estoy aislando o busco hacerlo para utilizar el móvil o usar mi ordenador. También si me escondo para jugar o comienzo a ocultarlo a los que me rodean.
  • Empezar a obsesionarme y realizar comprobaciones de chats, conversaciones, redes sociales de forma compulsiva.
  • No ser capaz de limitar ni gestionar mi tiempo de uso de las tecnologías y comienzar a sentir que "no puedo vivir sin ellas" o sin pasar gran tiempo conectado.
  • Si el uso de dispositivos comienza a interferir en mi autocuidado y actividades básicas de mi rutina diaria, tales como: alimentación, cuidado físico, etc.
  • Experimentar inquietud o ansiedad cuando estos dispositivos o internet no funcionan.
  • Si mis rutinas de sueño se ven interferidas, causando que me acueste más tarde y o me levante antes para “conectarme”, insomnio o sueño no reparador.
  • Si comienzo a experimentar síntomas como: ansiedad, cambios en el estado de ánimo, cambios en mis relaciones sociales, agresividad o dificultades de comunicación.

 

Las pantallas son un recurso de distracción durante este aislamiento.

 

¿Qué es exactamente la tecnoadicción?

Implicaría la dependencia y la adicción a dispositivos tecnológicos (móviles, TV, redes sociales, internet, videojuegos), como consecuencia del uso excesivo e incontrolado de estos en cualquier lugar y durante prolongados periodos de tiempo. En el día a día de quienes sufren este problema las tecnologías serían el centro y el eje. El impulso de utilizarlas se instalaría en la persona, causando que esta sea incapaz de controlarse, e incluso experimente “abstinencia” si no satisface esta necesidad (si no mira el móvil o deja de jugar a un juego, de ver la televisión, etc.).

 

Todo ello genera graves problemas de dependencia psicológicos y emocionales, como ansiedad, depresión, problemas o abandono laboral, problemas interpersonales o rupturas de pareja, entre muchos otros.

 

¿Cómo podemos prevenirla?

Podemos hacer un buen uso de las tecnologías y prevenir la tecnoadicción con las siguientes pautas:

  • Mantener rutinas y hábitos organizados. Planificar nuestro día a día para que el uso de los dispositivos electrónicos y digitales esté controlado y limitado.
  • Programar tiempos "libres de tecnología".
  • Priorizar como actividades agradables las que impliquen creatividad, relacionarnos personalmente con otras personas, interesarse por pasatiempos educativos o que fomenten el aprendizaje, tales como: lectura, tocar un instrumento, pintar, escribir, jugar a juegos de mesa, etc. Que mi tiempo libre y actividades agradables no se limiten al uso del móvil, ver la televisión o jugar con el ordenador o tablet.
  • Desconectar dispositivos tras el teletrabajo.
  • Mantener una adecuada higiene del sueño y autocuidado. No llevarme el teléfono a la habitación y no mirarlo durante el tiempo de sueño hasta el día siguiente. Comer sin utilizar internet, dispositivos o pantallas.
  • Evitar aislarme para "conectarme". No utilizar los dispositivos cuando estoy con quien convivo, ya que esto me facilitará disminuir su uso.
  • Hacer descansos y relacionarme con los que me rodean para evitar el uso prolongado y no tomar conciencia sobre el tiempo que he empleado en ellos.
  • Dar ejemplo si tengo hijos y no quiero que en un futuro cercano también tengan este problema. Aprenderán a hacer un uso adecuado si soy un modelo de ello y facilito un buen uso de las pantallas. Será más sencillo en casa que todos hagamos lo mismo y las actividades en familia sean una prioridad.

Por Sara Hernández de Pascual
Psicología

La Psicóloga Sara Hernández de Pascual está especializada en Psicología Sanitaria. Entre sus tratamientos destacados se encuentran la gestión del estrésansiedad y problemas adaptativos; intervención en depresión y estado de ánimo, autoestima, terapia familiar y de pareja.

Sus tratamientos se basan en un abordaje basado en la eficacia y rigor clínico terapéutico como EMDR o la terapia cognitiva. También imparte talleres y formaciones sobre Psicología de la Salud y Asesoramiento a Familias. 

Dispone de un Máster oficial en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad de Murcia y Habilitación Sanitaria. Además, también ha obtenido la Certificación en Musicoterapia en la Universidad Antonio de Nebrija y un postgrado en Salud Mental Infanto-Juvenil, Universidad Miguel Hernández de Elche.

Actualmente, trabaja como Psicóloga Sanitaria Online y en Alicante ,realizando terapia a población infanto-juvenil, adolescentes, adultos, terapia de pareja y terapia familiar,

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