Planificar las vacaciones con éxito y evitar la confrontación
Las vacaciones no comienzan al subir en un avión o cuando extendemos la toalla en la arena. Empiezan mucho antes, cuando empezamos a planearlas. En este momento de planificar de las tan ansiadas vacaciones pueden surgir los primeros roces. Y es que en función de cómo se encuentre la relación de pareja, las vacaciones pueden ser o un éxito rotundo que refuerce sus lazos o un fracaso que desemboque en una separación.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Consejo General del Poder Judicial, tras las vacaciones las separaciones aumentan cerca de un 30%. Pasamos de la rutina laboral a convivir con la pareja todo el día, además de la presión que supone planificar el tiempo de tan esperado descanso.
Por este motivo es tan importante comenzar con buen pie. Llegar a un acuerdo sobre el destino y la organización de esos días de ocio, es el primer paso para garantizar que las vacaciones sean un oasis que permita disfrutar a los dos miembros de la pareja y refuerce la relación.
10 consejos para planificar las vacaciones en pareja
- Planificar con tiempo: planificar las vacaciones a varias semanas vista permite a la pareja hablar de lo espera cada uno de esos días, de lo que necesita y de las expectativas que tiene. Hablar de lo que espera ayuda a evitar posteriores decepciones en las que se termina culpando a la otra parte de la pareja.
- Cuidar el ambiente de la planificación: hablar el tema de las vacaciones sin prisas, ni interrupciones, ni ruidos que puedan añadir estrés a la conversación. Se trata de disfrutar del momento con ilusión. Por ejemplo se podría poner música, buscar fotos o servirse una bebida.
- Brainstorming: para empezar, hacer una lluvia de ideas sobre los posibles destinos y actividades puede ayudar a ver si existen puntos en común. Es importante no criticar ni censurar ninguno de los destinos que surjan sin dar argumentos y razones, y hacerlo de forma pausada y empática.
- Tomar nota de todo por escrito: es muy útil ir apuntando todas las ideas que surjan. A menudo no se avanza en la negociación por no tener suficientemente claros los acuerdos a los que ya se ha llegado.
- Dejar claros nuestros objetivos: los dos miembros de la pareja deben decidir lo que más ansían conseguir durante las vacaciones, ya sea tomar el sol, descansar, hacer deporte, visitar museos o hacer turismo. Esta información es fundamental para elegir un destino. Hay que ser sinceros con lo que se quiere, o de lo contrario la otra parte de pareja verá que ocultamos algo y puede dificultar la negociación.
- Marcar unos límites: ya sea de días, presupuesto, kilómetros o medios de transporte, ya que ayudará de forma muy determinante a decidir por un destino u otro.
- Empatía: demostrar que nos ponemos en el lugar del otro con expresiones como "Entiendo que te apetezca descansar después de…" o "Mereces esos días libres porque…".
- Escucha activa: practicar la escucha activa poniéndose en el lugar de la pareja, respetando los turnos de palabra y tomando nota de sus inquietudes y objetivos. Si la pareja percibe interés en sus propuestas, estará más abierta a escuchar otro punto de vista.
- Ser objetivos: Aunque nos esforcemos en ponernos en el lugar del otro, habrá momentos en que será necesario dejar de lado las emociones y valorar de forma práctica y objetiva cuáles de las ideas que hay encima de la mesa cumplen con más requisitos sin superar los límites pactados.
- Lista de destinos vacacionales: Una vez elaborada la lista de posibles destinos, los ordenaremos en función de nuestras prioridades. Una vez ordenados, para tomar la decisión final incluiremos los factores objetivos como el presupuesto o el medio de transporte para ver cuántos de los destinos de nuestra lista cumplen estos requisitos.
Siguiendo este decálogo práctico, se conseguirá decidir el lugar idóneo para las vacaciones, teniendo en cuenta todos los puntos de vista sin restricciones y decantándose finalmente por la opción más práctica dentro de los deseos y objetivos de ambos.