Pensamientos, emociones y conductas que acompañan a los trastornos de la conducta alimentaria

Escrito por:

Silvia Cardozo Cáceres

Psicóloga

Publicado el: 27/09/2023
Editado por: Margarita Marquès


Comer es una conducta básica de supervivencia, es obligatoria para sobrevivir.

 

Cuando una persona sufre algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, las emociones relacionadas con el acto de comer y la comida son mayores que las personas que no tienen esta condición.

 

Algunas personas se sienten mal por comer, porque se han impuesto que no quieren ingerir determinados alimentos, considerándolos nocivos o malos para ellos. Otras sienten ansiedad, porque creen que comer les hará engordar y para ellas tener sobrepeso es lo peor que les puede pasar en la vida. Y, para otras, la única satisfacción en la vida es comer.

 

Existen personas que casi no comen y la sensación de control les hace sentirse bien, a corto plazo, ya que, es lo único que controlan de su vida o entorno, pero a medio o largo plazo el malestar y la problemática es mayor.

 

Cuando una persona sufre algún trastorno de la conducta alimentaria,
las emociones relacionadas con el acto de comer y la comida son mayores

 

Factores que influyen en el inicio de una anorexia o bulimia

Cambios corporales de la pubertad. Aumento de peso real, pero que la persona lo percibe con miedo y esto altera la manera de comer. Críticas sobre su cuerpo o aspecto. Otras veces el inicio de cualquier TCA está relacionado con otros estresores como: divorcio de los padres, ruptura sentimental, problemas con los amigos, cambio de domicilio o instituto, etc. El inicio siempre implica una primera dieta, que incluso puedo ser reglada por un profesional. También puede deberse a una enfermedad o por exceso de ejercicio.

 

Cuando comer poco se convierte en un problema

Una de las ideas irracionales más presentes en los TCA consiste en que la persona siente que tiene el control y que puede parar cuando consiga verse bien. Sin embargo, esto no suele suceder, no llegan a verse bien por más que sigan bajando y se encuentren por debajo del IMC.

 

El mayor autoengaño que experimenta la persona con anorexia es decirse a sí mismo/a que cuando se vea bien, o cuando haya alcanzado un peso en concreto, dejará la dieta y volverá a comer saludable.

 

Pregúntate, ¿realmente elijo comer de esta manera o es que no puedo dejar de hacerlo o no sé cómo hacerlo?

 

Otra idea irracional muy presente es que todos se equivocan, no saben cómo me siento y lo mal que me veo.

 

En este sentido, ¿no te parece extraño que sólo tú estés acertada en que tu manera de comer sea la saludable y sea lo que tu cuerpo necesita?

 

Datos fiables en los que basarte para saber si estás equivocada o no

¿Cuál es tu índice de masa corporal? ¿Cuántas calorías estás consumiendo al día, es el indicado para tu desarrollo y para tu constitución física (altura)? ¿Se han retrasado o alterado algunos cambios físicos? ¿Tienes la regla regularmente, o sientes un cansancio extremo que te da la sensación que puedes caerte en cualquier comento? ¿Pero yo me veo en el espejo y yo sé lo que siento?

 

Es importante recordar que un sufrimiento excesivo puede alterar nuestra percepción de la realidad.

 

Tipos de alimentación que tienen que ponernos en alerta cuando hay bajo peso

Saltarse alguna de las comidas de manera regular, ya sea el desayuno, el almuerzo, la cena. Autoprohibirse alimentos. Comer cantidades insuficientes de alimentos.

 

¿Cómo puedo conseguir realizar cambios?

El primer objetivo consiste dejar de hacer dieta tipo 1 y saltarse las comidas. Lo ideal, cuando existe una TCA, es comer 5 veces al día.  Se necesitan unas 6 semanas para que se considere que el cambio se estabiliza. Lo relevante no es el tipo de alimentos en el inicio, sino hacer las 5 comidas.

 

Hay que intentar que los horarios sean regulares para que puedan realizarse todas las comidas. Es natural que la persona al inicio sienta mucha ansiedad, malestar o miedo a engordar, e incluso quieran o sientan ganas de vomitar.

 

Si aparece el malestar, hay que buscar maneras de hacer algo incompatible con la ansiedad, oír música, pintar, imaginar lugares que nos evoquen tranquilidad y bienestar.

 

Emitir verbalizaciones (darse mensajes) tipo: “puedes recuperar el peso perdido y no serás gorda”.

 

Es fundamental recordar que es peso que se ha perdido, técnicamente no estás engordando, estás consiguiendo un peso saludable.

 

Intenta cambiar el pensamiento de “voy a engordar” por “¡¡No!!, estoy recuperando mi peso saludable” y “me estoy recuperando a mí misma”.

 

Es natural que aparezca malestar, pero poco a poco irá desapareciendo.

 

Cuando existe un trastorno de la conducta alimentaria, la intervención tiene que ser multidisciplinaria, es necesario el trabajo en equipo, dónde haya coordinación entre el psicólogo, médico y un nutricionista.

Pide cita con un especialista