Osteopatía para tratar múltiples patologías
Escrito por:La Dra. García, especialista en Osteopatía, habla de esta medicina como una unidad entre el tratamiento del dolor y las patologías del paciente. El procedimiento para su curación pasa por incidir no solo en la zona afectada, sino en el equilibrio corporal y mental del propio paciente.
Lesiones y patologías a tratar con osteopatía
Todas las partes del cuerpo son interdependientes, desde esta aproximación holística y global la osteopatía ayuda en el potencial de autoregulación que tiene el cuerpo para fluctuar en un estado óptimo de salud. La práctica osteopática es conocida, sobre todo, por el tratamiento de dolores de espalda, pero su ámbito de actuación es mucho más amplio. Es eficaz en determinados tipos de migraña, disfunciones ginecológicas y del suelo pélvico, ansiedad, disfunciones digestivas, otitis y dificultades respiratorias, entre otros. Así mismo puede abordar disfunciones en el ámbito pediátrico y neonatal.
¿Cómo se desarrolla un tratamiento mediante osteopatía?
Existen tres grandes tipos de abordajes terapéuticos en los que el principal elemento de acción es la facilitación a través del procedimiento manual del terapeuta y el cuerpo del paciente. Estos tres grupos son:
- Osteopatía estructural: dirigida especialmente a los trastornos de las estructuras óseas, musculares y articulares.
- Osteopatía visceral: dirigida a los órganos y vísceras del cuerpo como el hígado, los intestinos u ovarios, entre otros.
- Osteopatía craneal: insiste en la noción de movilidad de los huesos del cráneo como otro acceso a tratar los trastornos funcionales.
Aunque los principios de la osteopatía están basados en las mismas leyes, cada terapeuta es único y los estilos de tratamiento pueden ser tan variados como la firma. A pesar de esta variedad, la intención y el objetivo es común hacia la restauración de la continuidad fluídica, el equilibrio y la libertad de los tejidos.

Sesiones necesarias
La frecuencia y duración del tratamiento es muy variable ya que inciden varios factores tales como la cronicidad de la disfunción, el grado de daño de los tejidos afectados o la vitalidad de cada individuo. En función de estos aspectos, entre otros, la evolución y la reacción de la persona al tratamiento será diferente así como su demanda y las propias necesidades. Cada persona puede tener un curso o evolución distintos que marcarán la duración del tratamiento.