Ondas de choque para tratar la piel de naranja

En sus orígenes el tratamiento mediante ondas de choque se utilizaba para deshacer los cálculos renales y para eliminar las calcificaciones. Años después se adaptó el material para poder ser utilizado en medicina estética.

Mediante un compresor las ondas de choque provocan pequeños impactos indoloros que destruyen los tractos fibrosos causantes de compartimentar la grasa. Con la destrucción de estos se consigue una mejoría del drenaje linfático y, en consecuencia, un aumento de la circulación arterial con mayor aporte de oxígeno para la zona y una mejora del retorno venoso, con lo que el adipocito se encuentra más oxigenado, menos comprimido y, lógicamente, el aspecto visual de la zona es mucho más uniforme y liso. De este modo se consigue mejorar el aspecto de la celulitis. 

Otros usos de las ondas de choque

Las ondas de choque combinadas con infiltraciones personalizadas pueden tratar cicatrices, estrías y flacidez con un porcentaje de éxito elevado. El tratamiento se lleva a cabo entre 45 y 60 minutos y los resultados son visibles a la tercera o cuarta sesión, que serán realizadas por un profesional cualificado.