Obesidad: la epidemia del siglo XXI
Las causas de la obesidad pueden ser varias; desde trastornos metabólicos, enfermedades hereditarias, tiroides y un exceso de la ingesta de alimentos basados en hidratos de carbono y grasas. Las comidas prefabricadas con un alto contenido en azúcares son la causa principal de la obesidad en la mayoría de pacientes.
El Dr. Alonso, especialista en Cirugía general, explica que un grado de obesidad elevado puede conllevar a la necesidad de un tratamiento quirúrgico ya que con solo una dieta no es posible reducir el exceso de grasa corporal. Este tipo de obesidad puede llegar a ser mórbida y precisa de tratamiento por el riesgo de acabar desarrollando dolencias articulares, gonadales, dermatológicas y metabólicas, como la hipertensión, la hipercolesterolemia y la diabetes, que es la más temida.
En qué consiste el tratamiento de la obesidad
El tratamiento se puede empezar con dietas cuando el paciente tiene un índice de masa corporal entre 30 y 35. A partir de este índice son necesarias otras medidas para que este no desarrolle un síndrome metabólico con un aumento del colesterol, los triglicéridos y el perímetro abdominal. Además puede aumentar el riesgo cardiovascular, de hipertensión y diabetes.
El balón gástrico es la técnica menos invasiva a la que se puede recurrir para tratar la obesidad y siempre debe ir acompañado de una dieta saludable. Con este procedimiento se pueden llegar a perder hasta 20kg, aunque existe el riesgo de un efecto rebote, es decir, que el paciente puede recuperar el peso perdido tras el tratamiento.
Otras técnicas pueden ser la funda duodenal, el Apolo y el POSE, pero tienen una validez de dos a tres años y también existe el riesgo de efecto rebote tras el procedimiento. Si el paciente tiene un índice de masa corporal superior a 35 la mejor opción es la cirugía bariátrica, realizada mediante procedimientos como la gastrectomía tubular y el bypass gástrico, indicado cuando el índice es superior a 50.
Cirugía de la diabetes
El tratamiento de la diabetes mediante cirugía se realiza con un bypass gástrico más corto que el que se utiliza para la reducción de la masa corporal. La finalidad es establecer un cortocircuito entre el estómago y que el contenido alimenticio no pase por el duodeno. Por tanto, el empalme debe hacerse a menos de un metro.
No requiere una restricción gástrica y, por lo tanto, es una cirugía que no va orientada a la pérdida de peso. Se lleva a cabo para reducir el requerimiento insulínico de un paciente con diabetes tipo 1, ya que estos necesitan entre 60 y 100 unidades de insulina, hecho que puede conllevar al desarrollo de patologías como la retinopatía o la nefropatía. Algunos de ellos pueden llegar a diálisis e incluso a padecer ceguera e insuficiencia renal. Además, estos pacientes no deben haber superado entre los 10 y 15 años de tratamiento insulínico para poder someterse a este tipo de cirugía.