Mindfulness: mitos y realidades sobre el fenómeno de moda
Escrito por:En los últimos años, la palabra Mindfulness está presente en numerosos ámbitos relacionados con la psicología: terapias, cursos, talleres, libros y conferencias. Pero, ¿conocemos qué es realmente el Mindfulness? ¿Nos lo han explicado bien?
En este artículo podréis encontrar las claves para conocer qué es exactamente esto del Mindfulness, y cómo podemos confrontar sus mitos y aprovechar sus beneficios, que son muchos.
¿Qué es el Mindfulness?
Lo llamamos por su nombre inglés porque en español no hay una traducción exacta de su significado. Sin embargo, el equivalente más aproximado a Mindfulness sería atención o conciencia plena. Esta conciencia plena consiste en prestar atención de forma intencionada a la experiencia presente sin emitir juicios de valor al respecto, de manera paciente, con aceptación y curiosidad.
Mindfulness es una filosofía de vida cuyo origen se sitúa en el budismo zen, concretamente en la meditación vipassana. Así pues, podemos entender la conciencia plena como una forma diferente de implicarse en las actividades cotidianas, sean problemáticas o no. Sus elementos característicos serían:
- Centrarse en el momento presente.
- Abrirse a la experiencia, renunciando al control de la misma.
- Centrarse en los aspectos emocionales y estimulares frente a la interpretación de los mismos.
- No dejar que lo verbal sustituya a lo real.
- Aceptar radicalmente de la experiencia, sin juzgarla ni valorarla.
A finales de los años setenta, el médico de origen hindú Jon Kabat-Zinn incorpora esta filosofía de vida como técnica psicológica para los trastornos de estrés y dolor crónico. Así que, como podéis comprobar, esto no es tan moderno como parece.
Ante el éxito de esta primera experiencia pionera, poco a poco fue introduciéndose el Mindfulness como componente esencial de muchas terapias psicológicas.
Terapias psicológicas basadas en Mindfulness
Las terapias psicológicas que incorporan la conciencia plena buscan con ello fomentar la autorregulación atencional de los pacientes. También potenciar una actitud abierta y de aceptación hacia las experiencias vitales. Finalmente, el objetivo es conseguir cambios a nivel cognitivo: mejora de las funciones ejecutivas, aumento de la flexibilidad mental, reducción de la rumiación y la evitación, así como la clarificación de valores vitales.
Son muchas las terapias psicológicas que han tomado el Mindfulness como base. Algunas de ellas son las siguientes:
- Reducción de Estrés Basado en Mindfulness (Jon Kabat-Zinn, 1990). La intervención pionera con la que Kabat-Zinn implantó la conciencia plena a nivel mundial.
- Terapia Dialéctico Conductual (Marsha Linehan, 1993). Se trata de una intervención diseñada específicamente para el tratamiento del trastorno límite de la personalidad.
- Terapia Aceptación y Compromiso (Hayes et al., 1999). Actualmente es quizá la más utilizada.
- Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness para la depresión (Segal, Williams y Teasdale, 2002).
Como podéis comprobar, las aplicaciones clínicas de Mindfulness se extienden a numerosos problemas psicológicos. Sin embargo, cualquier persona, aunque a priori no presente dificultades, puede beneficiarse de la práctica de ejercicios de conciencia plena.
Mitos sobre el Mindfulness
- “Mindfulness es una técnica de relajación”. Mucha gente tiene esta idea errónea. Mindfulness no es una técnica de relajación. Es verdad que su práctica e numerosas ocasiones conlleva relajación, especialmente en los ejercicios centrados en la respiración. Pero esto no significa que sea una técnica de relajación. La relajación es, pues, una consecuencia, no un objetivo.
- “Practicar Mindfulness es sencillo”. No es verdad. Cambiar nuestra forma de relacionarnos con el mundo no es fácil. Requiere mucho esfuerzo reconducir la atención, salir del piloto automático y llevar a cabo la práctica de los ejercicios diarios. Ir a un taller de Mindfulness está genial, pero como iniciación. En una sesión de varias horas no vais a conseguir ser expertos si luego en casa no continuáis practicando.
- “Hay que dedicarle mucho tiempo”. No es real. De hecho, al principio se recomiendan unos 5 o 10 minutos diarios. Con esto ya se obtendrían beneficios.
- “Mindfulness es dejar la mente en blanco”. Todo lo contrario. La conciencia plena pretende prestar atención a todo lo que sucede a nuestro alrededor. Hay que reconducir la atención hacia los estímulos, pero esto no implica dejar la mente en blanco.
Realidades sobre Mindfulness
- Puede practicarlo cualquiera. Es cierto. El Mindfulness es apto y beneficioso para todas las edades. Son ya numerosos los programas para niños que incluyen técnicas de Mindfulness. Por ejemplo, es utilizado con problemas de atención.
- Su práctica conlleva numerosos beneficios. Totalmente verídico. Además de los ya mencionados, podríamos añadir que aumenta la presencia de emociones positivas, fomenta la salida del piloto automático…
- Se puede poner en práctica en cualquier situación. Verdadero. El lugar escogido puede ser cualquiera: una habitación, un espacio al aire libre, una reunión social…Lo importante es la regulación de nuestra atención plena, no el contexto.
Ahora ya tenéis algunas claves para conocer mejor este fenómeno de moda en psicología en los últimos tiempos.
Es importante conocer los mitos y verdades que existen en torno a su práctica. En primer lugar, para saber reconocer en qué instituciones o qué profesionales pueden aportaros formación fiable al respecto. En segundo lugar, para poder conocer el alcance de las ventajas de esta práctica, y si os encaja en vuestras circunstancias personales.
“La vida es un baile. Mindfulness es presenciar ese baile” (Amit Ray)