Miedo al contagio, ¿cómo superarlo?

Escrito por: Anna Quintana Compte
Publicado:
Editado por: Cristina Mateo

El miedo es una emoción primaria necesaria para nuestra supervivencia. Activa el organismo para que responda en modo de lucha o huida ante una amenaza. Pero a veces, el miedo es desproporcionado al estímulo que lo provoca y la respuesta no es adaptativa.

 

Ante el avance del coronavirus es normal tener miedo al contagio, un miedo que está respaldado por las posibles consecuencias y por la alarma social que crea. Pero, ¿cuándo este miedo se puede considerar una fobia? Nos tendremos que fijar en si la reacción a la posibilidad de contagio es desproporcionada o no al contexto y a las circunstancias en donde se da este miedo.

 

Se puede considerar miedo normal cuando somos conscientes que el virus “está ahí” y, por consiguiente, tomamos todas las medidas de prevención que nos recomiendan los expertos de manera proporcionada a la amenaza. Iremos ajustando el nivel de alerta y las conductas de protección para sentirnos seguros a las particularidades de cada momento. No será lo mismo encontrarnos al aire libre con personas que sabemos que han tomado precauciones en su vida diaria, que estar en un ambiente en donde sabemos que puede haber personas que tengan el virus.

 

En cambio, el miedo se puede considerar fobia cuando hay un miedo intenso y desproporcionado a la situación. Entonces, por ejemplo, cualquier situación que implique acercarse a gente desconocida o que se ignora si han sido precavidas, o cualquier contacto con superficies desconocidas, activan la alarma al máximo. El resultado es un miedo intenso a contagiarse si no se toman las máximas medidas de protección.

 

La fobia al contagio nos limita en nuestra actividad diaria.

 

¿Qué puedo hacer para que la fobia disminuya?

 

Ante todo, hemos de apelar a la lógica. Puesto que la fobia es un miedo desproporcionado, se tendrá que ir a buscar la proporcionalidad. ¿Qué posibilidades tengo realmente de infectarme en esta situación? Y, por tanto, ¿qué medidas de protección proporcionadas necesito tomar en esta situación?

 

Puedo fijarme en cómo lo hacen las personas de confianza que pienso que son lógicas y racionales, qué miedo sienten y qué protección toman.

 

Enfrentarse a las situaciones y no evitarlas es el mejor antídoto para que la fobia no se refuerce. La experiencia de enfrentarme a lo temido y ver que he estado “a salvo”, ayuda disminuir la creencia de que esa situación es peligrosa y a incrementar la sensación de seguridad.

 

Para ello, antes de la situación, tendré que no dejarme llevar por los pensamientos anticipatorios que seguro que me van a poner en la peor de las consecuencias. Durante la situación, tendré que poder tolerar el miedo que siento para no llegar a huir de la situación y poder comprobar “in situ” que tengo control sobre lo que estoy viviendo y experimentando.

 

Para conseguirlo, puedo hacer técnicas de relajación sencillas y controlar la respiración para evitar que el cuerpo se active demasiado, o puedo utilizar técnicas distractoras del pensamiento que me ayuden a apartar la atención de los pensamientos generados por el miedo. Después de la situación tendré que hacer una evaluación realista del peligro que había para ir ajustando la creencia de la amenaza a lo lógico. Cuanto menos evite la situación y más me enfrente a lo temido, más oportunidades tendré de ir ajustando la percepción de amenaza.

 

¿Cómo saber si necesito ayuda profesional?

 

 Cuando veo que no puedo controlar el miedo a situaciones que otros viven de manera normal. Quizás ese miedo me lleve a tomar “demasiada” prevención e incluso a evitar exponerme a situaciones a las que la mayoría de personas se enfrentan sin miedo. En este caso, el miedo se ha convertido en desadaptativo, es decir, en vez de protegernos de manera racional, nos va limitando en nuestra vida sin que haya una necesidad lógica.

 

¿Es posible superar una fobia?

 

Sí, es posible. Un buen tratamiento psicológico, dirigido por un experto competente, ha de poder proporcionar el tratamiento más adecuado a cada caso. Para tratar la fobia existen varias técnicas y orientaciones. Las más efectivas son los tratamientos con orientación cognitivo-conductual o el EMDR.

 Anna Quintana Compte

Por Anna Quintana Compte
Psicología

La psicóloga Anna Quintana Compte es una reputada profesional titulada como especialista en Psicología Clínica y está acreditada como psicoterapeuta por ASEPCO. Ha realizado un máster en Terapia Cognitivo Social y postgrado en Técnicas y Principios Básicos en Terapia Constructivista por la Universidad de Barcelona; además de un postgrado en Peritación y Defensa del Trastorno Mental y es terapeuta EMDR, nivel I y II. Ha completado su formación con diferentes cursos en varias orientaciones psicológicas, convirtiéndose en una psicoterapeuta integradora y con alta competencia profesional.

Es fundadora y directora de su centro sanitario de psicología donde ejerce actualmente. Ha formado durante años parte del equipo de un instituto de psiquiatría, trabajando con psiquiatras de prestigio y tratando problemáticas psicológicas variadas.

Tiene más de 25 años de experiencia en el tratamiento psicoterapéutico dirigido a adolescentes y adultos en el ámbito privado. Es experta en el tratamiento de la ansiedad, fobias, depresión, duelo, EMDR, trauma y autoestima.

Actualmente pasa consulta en su consulta privada.


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