Las vacunas salvan vidas

Las vacunas son componentes biológicos formados por microorganismos muertos, atenuados o partes de ellos, que se administran a los pacientes por vía venosa para prevenir enfermedades infecciosas. Lo que hacen es crear una inmunidad contra la enfermedad.

La inyección o vacuna es fundamental y básica para prevenir enfermedades infectocontagiosas, con repercusión en la salud mundial, y su valor debería ser incuestionable.

¿Por qué es importante que vacune a mi hijo?

Cuando se vacuna a un niño se le protege a él y, muchas veces, a la población, de infecciones por enfermedades que pueden ser graves, frecuentes e incluso mortales. Hoy en día, gracias a las vacunas, se ha conseguido que muchas enfermedades hayan desaparecido o que estén muy controladas. No obstante, si nos dejáramos de vacunar probablemente podrían aparecer de nuevo.

Como padre o madre, siempre hay que tener presente la salud y seguridad de nuestros hijos. Del mismo modo que nos aseguramos de que las puertas estén cerradas y de usar asientos de seguridad, debería serlo el uso de las vacunas, cuya función es proteger a los niños de enfermedades infecciosas que pueden llegar a causarles la muerte.

¿Qué enfermedades pueden evitarse con las vacunas?

Ninguna otra medida como las vacunas (a excepción de la potabilización del agua), ni tan siquiera los antibióticos, ha contribuido a disminuir la morbilidad y mortalidad en humanos. Los esfuerzos e inversión en vacunas desde 2001 en países en vías de desarrollo en el mundo habrán evitado, para 2020, unos 20 millones de muertes. La situación epidemiológica del planeta ha cambiado desde la incorporación de vacunas.

Los programas sistemáticos de vacunación han permitido, por ejemplo, que se erradique la viruela, que se haya interrumpido la transmisión de la poliomelitis en casi todo el mundo, además del control de enfermedades como el sarampión, la difteria, el tétanos, la rubeola o la enfermedad invasiva por Haemophilus influenzae y meningitis, entre otras.

¿Por qué no se puede esperar hasta que mi hijo empiece el colegio para ponerle las vacunas?

La mejor manera de proteger a los niños de enfermedades infantiles graves es poniéndole todas las vacunas recomendadas antes de que cumplan 2 años. Deben empezar a ponerse a los dos meses y, en su mayoría, se administran en los primeros dos años de vida. Vacunando a nuestro hijo a tiempo le protegeremos de infecciones e impediremos que contagie a otros niños en el colegio o guardería, ya que los niños pequeños son muy sensibles y propensos a contraer enfermedades, al no estar las defensas de su sistema inmunológico desarrolladas para luchar ante las infecciones. La razón principal para vacunar a los niños desde que nacen es básica: porque las vacunas salvan vidas.

¿Cuándo y por qué puede estar contraindicada alguna vacuna?

Es extraño que  una vacuna produzca una reacción seria pero podría ocurrir. Pero los riesgos de contraer una enfermedad grave por no administrar la vacuna son, sin duda, mayores que el riesgo de que la vacuna cause alguna reacción. El especialista en Pediatría encargado de poner la vacuna es responsable de conocer las contraindicaciones pero también las precauciones a tener en cuenta en el país donde ejerce. Antes de vacunar a un niño se comprobará si puede tener contraindicaciones temporales o permanentes. Se considerará una contraindicación permanente una reacción alérgica anafiláctica previa a alguno de los componentes de la vacuna.

¿Por qué es importante el registro sanitario de vacunas?

El registro sanitario de las vacunas permitirá tanto a los padres como al médico administrar las vacunas en el momento correcto. El registro debe empezarse en el nacimiento, cuando el niño recibirá su primera vacuna, y debe ir actualizándose según vaya recibiendo las próximas. La información del registro sanitario será útil si la familia se muda o cambia de médico pero también para inscribirlo en la guardería o colegio.