Las fobias y el COVID-19

Escrito por: María Gallego Blanco
Publicado: | Actualizado: 16/06/2020
Editado por: Alicia Arévalo Bernal

Ante la situación de coronavirus es muy probable que nuestra salud mental se vea afectada. De hecho, comienza a verse un mayor número de manifestaciones psicopatológicas en las personas, que requieren de abordaje psiquiátrico y/o psicológico. Por ejemplo, pacientes con problemas relacionados con ansiedad, bajo estado de ánimo o algunos duelos. Personas a las que les resulta muy difícil e intrusivo librarse de los pensamientos, recuerdos, o imágenes relacionadas con lo vivido (el estrés postraumático), etc.
 

Las fobias es una de las manifestaciones que pueden aparecer ante esta situación.

 

¿Qué son las fobias?

Son miedos, pero un poco especiales, ya que se clasifican dentro de los trastornos de ansiedad.
 

En el contexto actual, estamos viendo personas con miedo muy acusado a contagiarse, por ejemplo.

 

¿En qué se diferencian la fobia y el miedo?

El miedo es una emoción primaria y no tiene por qué ser irracional. En cambio, en las fobias se dan otras circunstancias:

  • Hay un miedo desproporcionado respecto a la situación.
  • Tienen un carácter irracional (siendo la persona consciente de esa irracionalidad).
  • Están fuera del control voluntario por parte del que la padece, es decir, la persona no las puede controlar.
  • Producen gran malestar o sufrimiento.
  • Al igual que los miedos, conducen a la evitación de la situación temida, es decir, las personas tienden a evitar esas situaciones.
     

¿Cuáles son los síntomas de las fobias?

Cuando una persona se expone al estímulo fóbico (a aquello que le provoca un miedo irracional) se produce una respuesta inmediata de miedo que puede terminar en una crisis de pánico.
 

Los síntomas, básicamente, son:

  • Una serie de pensamientos y emociones con expectativas catastróficas. Por ejemplo: me va a morder el perro; caeré al vacío; perderé el control…
  • Cambios en el cuerpo: reacciones fisiológicas como taquicardia, sudoración, temblor, dificultades en la respiración, molestias gastrointestinales…
  • Conductas de huida y evitación de la situación temida o conductas de búsqueda de seguridad.
     
Actualmente se están viendo casos de personas con sintomatología
agorafóbica muy asociada a miedo al contagio.

 



¿Qué tipos de fobias hay?

Las fobias se dividen en tres grupos:

  1. Agorafobia
  2. Fobias específicas
  3. Fobia social

 

Hasta ahora, al menos, la fobia específica y la fobia social son las más habituales.


La agorafobia etimológicamente significa “miedo a los lugares públicos”, pero el significado etimológico no se corresponde con la descripción del cuadro clínico. El miedo no se refiere a los lugares públicos, sino a lo que pueda suceder en ellos, más concretamente a tener ataques de pánico o síntomas parecidos.


De este modo, la agorafobia es la aparición de ansiedad al encontrarse la persona en lugares o situaciones donde cree que escapar puede ser difícil o embarazoso o donde, en el caso de aparecer un ataque de pánico, puede no disponer de ayuda.


Algunas situaciones agorafóbicas típicas son:

  • Conducir
  • Transportes públicos
  • Hacer colas
  • Multitudes
  • Grandes almacenes
  • Restaurantes
  • Espacios abiertos y espacios cerrados
  • Embarcaciones
  • Estar solo en casa
  • Auditorios
  • Ascensores
  • Escaleras mecánicas

En el contexto que nos ocupa, estamos viendo casos de personas con este tipo de sintomatología agorafóbica muy asociada a miedo al contagio. Y más, en pacientes que ya sufrían este problema, previo al confinamiento.
 

La fobia social se caracteriza por ser un temor acusado y persistente a una o más situaciones sociales en las que la persona se ve expuesta ante los demás y/o es, o puede ser, evaluada por ellos.
 

Este temor puede estar circunscrito a ciertas situaciones (la sintomatología se acercaría a la observada en fobias específicas) o ser más general (que se suele asociar a déficit en habilidades sociales).


En el caso de los niños: para diagnosticarla, debe producirse en su relación con los iguales y no sólo con los adultos


En el momento presente (y dada la situación por la que estamos pasando: el confinamiento) es posible que, quien sufría este problema, experimente una intensificación de los síntomas, sobre todo desde que con el desconfinamiento uno puede salir más de casa y aumenta la probabilidad de los contactos sociales.


De hecho estamos viendo más este tipo de problemas en consultas de psicología y psiquiatría.
 

La fobia específica es un temor acusado y persistente ante una situación u objeto específico. Constituye el trastorno de ansiedad más prevalente (más habitual) y el que resulta menos incapacitante. Para considerarse fobia, la persona debe reconocer que el miedo es irracional (aunque este criterio no es necesario en los niños) y que la situación se evite o se soporte con un gran malestar.

 

Tipos de Fobias Específicas

  • Animal: suele iniciarse en la infancia y la fobia es a perros, aves, arañas, ratones…
  • Ambiental: tormentas, precipicios, alturas, agua, fenómenos naturales… Habitualmente de inicio también en la infancia.
  • Fobia a la “Sangre, inyecciones, daño”: en la que el problema está en la visión de sangre, heridas, o miedo a recibir inyecciones u otras intervenciones médicas.

En este tipo de fobia en concreto (sangre inyecciones daño) la persona actúa con un patrón de respuesta en dos fases. Lo explico:

  • Al principio se produce un incremento en la tasa cardíaca y la presión sanguínea.
  • Después una respuesta vasovagal que, eventualmente, puede terminar en desmayo.
  • Situacional: en la que la persona sufre miedo a lugares concretos como coches, aviones, transporte público… y se inicia en la segunda infancia o hacia los 30 años (dos picos).
  • Otras: otro tipo de estímulos, entre los que se incluyen las situaciones que pueden conducir al atragantamiento, la fobia a la adquisición de una enfermedad, a las personas disfrazadas

Por María Gallego Blanco
Psicología

María Gallego Blanco es licenciada en Psicología, con amplia experiencia en edad pediátrica y adultos.

Durante sus años de formación y colaboración en el Departamento de Pediatría del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, su actividad en la Unidad de Paidopsiquiatría se desarrolló en el área de consulta, hospitalización, elaboración de informes psicológicos jurídico–periciales y asesoramiento clínico y psicopedagógico a varias unidades y servicios del Departamento. Fundamentalmente en el Servicio de Neuropsicología pediátrica, Unidad de endocrinología, crecimiento y nutrición pediátrica, Unidad de trastornos metabólicos, Unidad de Gastroenterología y Hepatología y Nutrición pediátrica, Unidad de Hematología y Oncología pediátrica y Pediatría general.

De este modo y, puesto que también trabaja con adultos al margen de la práctica psicoterapéutica en el área de pediatría, a lo largo de los últimos 20 años ha realizado la evaluación e intervención de casos que engloban los problemas y trastornos más frecuentes en psicoterapia: de ansiedad, depresivos, de personalidad, patología específica pediátrica, terapia de pareja, trastornos de alimentación, patología ligada a enfermedades crónicas (oncología, diabetes...).

Colabora todos los lunes a las 12:30 en el  programa de EsRadio Galicia, donde tiene el 'Espacio de psicología con María Gallego'.

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