La restauración del cartílago articular
El cartílago articular es un tejido blanco y liso que cubre los extremos de los huesos en los que se unen para formar articulaciones. Cuando el cartílago de las articulaciones se encuentra sano, facilita el movimiento.
Así, permite que los huesos pueden deslizarse unos sobre otros con poca fricción, aunque el cartílago articular puede resultar dañado por una lesión o por simple desgaste.
No es sencillo curar un cartílago, por lo que se han desarrollado diversas técnicas quirúrgicas para estimular el crecimiento del nuevo cartílago. La restauración de este puede aliviar el dolor y mejorar sus prestaciones, aunque lo más importante es retrasar o prevenir la posible aparición de la artritis.
Las técnicas quirúrgicas para reparar el cartílago se encuentran en proceso de evolución, aunque se espera que a medida que se sepa más sobre el cartílago se pueda recuperar una articulación lesionada.
Daño del cartílago
El principal componente de la articulación es un tejido llamado cartílago hialino. Cuando este está dañado, la superficie de la articulación puede no ser lisa.
Mover los huesos a lo largo de una superficie articular dura y dañada es difícil y causa dolor, al margen de que puede provocar artritis en la articulación.
El objetivo de los distintos procedimientos de restauración del cartílago es estimular el crecimiento del nuevo cartílago hialino.

En numerosos casos, los pacientes que padecen lesiones en la articulación, como pueden ser desgarros o lesiones ligamentosas pueden también tener un daño en el cartílago. Este daño puede resultar complicado de diagnosticar, ya que no contiene calcio y no se puede comprobar su estado.
En el caso de que existan otras lesiones, los especialistas abordarán todos los problemas a medida que avance la cirugía.
Procedimiento para reparar el cartílago articular
Existen muchos procesos para restaurar el cartílago articular se hacen con una artroscopia. Durante esta, el cirujano realiza tres diminutas incisiones alrededor de la articulación.
No obstante, en algunos casos es preciso que el cirujano tenga que hacer incisiones abiertas más largas, y a veces se deben tratar otros problemas como de meniscos o de ligamentos a la hora de tratar de reparar el cartílago.
De todas formas, debe señalarse que generalmente la recuperación a partir de un proceso artroscópico es mucho más rápida y menos dolorosa que en cirugías abiertas tradicionales. Los procedimientos más habituales para restaurar el cartílago son:
- Microfractura
- Perforación
- Artroplastia de Abrasión
- Implante de condrocitos autólogos
- Trasplante de autoinjerto osteocondral
- Trasplante de aloinjerto osteocondral
Para más información, consulte con especialista en Traumatología.