La importancia del control del tratamiento anticoagulante en válvulas cardiacas artificiales

Escrito por: Dr. Miguel Such Martínez
Publicado:
Editado por: Alicia Arévalo

La importancia de los controles del tratamiento anticoagulante en los pacientes portadores de válvulas cardiacas artificiales (prótesis) es fundamental, ya que precisan de este tratamiento para evitar la formación de coágulos y trombos, y por lo tanto, para permitir que las prótesis sigan funcionando.
 

El tratamiento anticoagulante se administra en forma de medicamento por vía oral, que se absorbe por vía digestiva y se incorpora a la sangre, donde actúa sobre la coagulación retrasando la formación del coágulo de sangre. Este retraso es el que permite que la sangre no tenga tiempo de coagularse ni siquiera cuando se encuentra “estancada” tocando a la prótesis que considera “un cuerpo extraño”.
 

Esto es lo que hace “indispensable” mantener permanentemente un nivel de anticoagulación adecuado  cuando se es portador de una prótesis valvular cardiaca de tipo mecánico.
 

El control del tratamiento anticoagulante en los pacientes portadores de
válvulas cardiacas artificiales es fundamental.

 


La sangre tiene la propiedad de permanecer líquida mientras se encuentra dentro del aparato circulatorio (corazón, arterias y venas), pero se vuelve sólida, es decir, se coagula cuando detecta que ha salido de su sitio. Esta propiedad nos ha salvado la vida a lo largo de la evolución. Por eso, cuando se produce una herida y la sangre sale de la circulación, se coagula en pocos minutos, evitando su pérdida continuada. El problema aparece cuando la sangre pasa por las válvulas cardiacas mecánicas e interpreta durante unos instantes que no está “en su sitio” e inicia el proceso de la coagulación. El paso a través de la válvula es muy rápido, no hay apenas tiempo para la formación del coágulo, pero las prótesis mecánicas no son tan perfectas como nuestras válvulas, y dejan “rincones” en los que se “detiene” una parte muy pequeña de la sangre, que sí que puede coagularse y “pegarse” a la prótesis formando un “trombo sanguíneo”, microscópico al principio, pero que tiende a crecer poco a poco de forma continua.
 

Esto tiene dos efectos muy peligrosos:

  1. Embolia: Cuando el trombo alcanza un cierto tamaño, la fuerza de la corriente de sangre puede arrastrarlo, sacándolo del corazón. Se convierte así en un pequeño (o no tan pequeño) “tapón” que circula por las arterias hasta llegar a una más pequeña que el coágulo. Al no poder pasar por ella, termina su viaje, pero “cierra” el paso de sangre a través de la arteria “taponada”. Es lo que llamamos  una embolia (embolo es la parte móvil de una jeringa, la que cierra e impulsa la salida del líquido).
  2. Trombosis de prótesis: Es el segundo gran problema. El coágulo que ha ido creciendo progresivamente junto a la prótesis va cerrando poco a poco el orificio por el que pasa la sangre, provocando una obstrucción llamada estenosis. En un momento determinado, este crecimiento alcanza a las partes móviles de la prótesis, las que se abren y cierran en cada latido. Cuando esto ocurre, la válvula queda inutilizada. Al no abrir bien, no deja pasar la sangre. Al no cerrar, parte de la sangre que ha conseguido pasar “vuelve hacia atrás” provocando lo que llamamos “insuficiencia”.

 

Control en la combinación del tratamiento anticoagulante, la alimentación

La eficacia del autocontrol o control domiciliario del tratamiento anticoagulante cada vez está más probada, ya que los pacientes aprenden a conocer sus variaciones personales, a relacionarlas con su hábitos intestinales, su alimentación, toma de medicamentos, etc. Y así se consigue modificar las dosis ajustándola al nivel de anticoagulación recomendada para su tipo de prótesis.
 

Además este control del paciente le permite una mayor libertad de la alimentación, ya que pueden actuar en función de sus cambios, así como prevenir los trastornos ocasionados por medicamentos o problemas digestivos.

Por Dr. Miguel Such Martínez
Cirugía Cardiovascular

El Dr. Miguel Such es un reputado cirujano cardiovascular en Málaga con más de 40 años de experiencia. Es experto en el tratamiento de las aneurismas aórticos, las técnicas de reparación valvular, amputación de piernas, cirugía evasiva de amputación de piernas, cirugía coronaria, cirugía mitral, cirugía aórtica, estenosis subaórtica o reoperaciones cardíacas. Su exhaustiva formación incluye el doctorado en Medicina y numerosas estancias formativas a nivel internacional.

Actualmente ejerce como Presidente de Málaga Health Foundation y de la Sociedad Andaluza de Cirugía Cardiovascular. En su larga trayectoria profesional ha realizado más de 2.500 intervenciones cardíacas, combinando la práctica clínica con la docencia, como profesor asociado en la Universidad de Málaga

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