La importancia de un apego sano y seguro

Escrito por: Irene García-Calvo Gaspar
Publicado:
Editado por: Yoel Domínguez Boan

 

¿Qué es el apego a una persona?

El apego es el primer vínculo afectivo que se da de los hijos a los padres y/o, o sus cuidadores principales en el caso de no ser los anteriores. Es la relación afectiva más íntima, profunda e importante que establecemos los seres humanos.

 

 

¿Qué funciones cumple el apego?

La función del apego es asegurar el cuidado del bebé, así como su desarrollo psicológico y la formación de su personalidad. El apego presenta características comportamentales como:
 

  • Esforzarse por mantener la proximidad con la persona con la que se está vinculada.
     
  • Resistirse a la separación sintiendo ansiedad, desolación y abandono ante la pérdida.
     
  • Mantener un contacto sensorial privilegiado con la figura de apego. Según John Bowlby, psiquiatra y psicoanalista, la conducta de apego tiene dos funciones básicas:
     
    • Biológica: con el fin de obtener protección para asegurar la supervivencia.
       
    • Psicológico: la de adquirir seguridad.

      Las funciones complementarias consisten en ofrecer y regular la estimulación en cantidad y calidad, posibilitar la exploración y el aprendizaje, fomentar la salud física y mental, favorecer el desarrollo social y proporcionar placer.

 

Aquel apego que no sea seguro, puede provocar que la persona  en sus relaciones adultas se comporte de una forma más evitativa o ansiosa
Aquel apego que no sea seguro, puede provocar que la persona en sus relaciones adultas se comporte de una forma más evitativa o ansiosa
 

 

¿Cuáles son los tipos de apego?

Hay cuatro tipos de apego:
 

  • Apego seguro.
     
  • Apego ansioso y ambivalente.
     
  • Apego evitativo.
     
  • Apego desorganizado.

 

 

¿Cuándo se convierte el apego en un problema psicológico que debe ser tratado por un especialista?

Aquel apego que no sea seguro, puede provocar que la persona en sus relaciones adultas se comporte de una forma más evitativa o ansiosa. Lo que le llevaría a sufrir o fracasar en su intento. Normalmente la herida que aquí encontramos es la de abandono o rechazo. Todo ello, se puede trabajar desde la terapia para sanar ese apego inseguro acercándolo lo más posible a un apego sano y seguro.

 

 

¿Cuáles son los trastornos de apego?

El trastorno de apego reactivo se diagnostica solo en niños y se caracteriza por conductas inhibidas y emocionalmente retraídas hacia los cuidadores del niño, junto con otros trastornos sociales y emocionales.

 

De adultos, el apego ansioso-ambivalente provoca una sensación de temor a que su pareja no los ame o no les desee realmente. Les resulta difícil interaccionar de la manera que les gustaría con las personas, ya que esperan recibir más intimidad o vinculación de la que proporcionan. En el apego evitativo, en la edad adulta, se producen sentimientos de rechazo de la intimidad con otros y de dificultades de relación. Por ejemplo, las parejas de estas personas echan en falta más intimidad en la interacción.

 

En el apego desorganizado, De adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas y parece que rechacen las relaciones, si bien en el fondo son su mayor anhelo. En otros casos, este tipo de apego en adultos puede encontrarse en el fondo de las relaciones conflictivas constantes.

 

 

¿Qué tratamiento hay para los trastornos de apego?

Las terapias basadas en el apego intentan, a través de la relación terapeuta-paciente, establecer escenarios de apego seguro, donde el paciente descubre una nueva forma de estar, pensar y sentir el mundo, una nueva forma que en esencia faltó o se dio de manera escasa en sus primeras relaciones.

 

Así mismo la terapia cognitivo-conductual y la utilización de la terapia EMDR han resultado ser muy efectivas.

Por Irene García-Calvo Gaspar
Psicología

Irene García-Calvo Gaspar es graduada en Psicología, con mención en clínica por la Universidad Pontificia de Salamanca, y cuenta con un máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Europea de Madrid y un máster en terapia sistémica familiar y terapia de pareja. También he realizado diferentes talleres y programas a nivel familiar e individual con personas preadolescentes, adolescentes y adultas.

Dentro de su experiencia profesional destaca su labor como psicóloga familiar y juvenil con distintos perfiles de niños/as y adolescentes, así como sus familias. También con adultos con dificultades como la ansiedad, el estrés laboral, gestión emocional, o la depresión. Su trabajo lo realiza desde un enfoque sistémico y cognitivo-conductual.

Actualmente, es directora médica de Psiconfía, en Pamplona.

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