La Celiaquía es una enfermedad cada vez más frecuente en la edad adulta a nivel mundial

Escrito por: Dr. Luis Ricardo Rodrigo Sáez
Publicado:
Editado por: Alicia Arévalo Bernal

La enfermedad celíaca (EC) se caracteriza por ser un proceso sistémico de naturaleza autoinmune, el único de etiología conocida, que afecta de forma primaria, aunque no de forma exclusiva, al tubo digestivo.

Su diagnóstico se confirma al comprobar la presencia de una inflamación crónica difusa de la mucosa del intestino delgado, que puede ir asociada generalmente con una serie de manifestaciones clínicas muy variadas.

Aunque es un proceso con una base genética bien definida, puede aparecer en cualquier edad de la vida, afectando tanto a niños como a los adultos. Tiene un claro componente hereditario y una marcada agregación familiar.

Se estima que los europeos y sus descendientes tienen una prevalencia de la celiaquía del 1%, siendo más frecuente en las mujeres con una proporción 2:1, según informa la Federación de Asociaciones de Celíacos de España. Además añaden que en torno al 75% de pacientes celíacos están sin diagnosticar.

El único tratamiento disponible en la actualidad para controlar la enfermedad es la dieta sin gluten.

¿Cuáles son los síntomas de la celiaquía?

Los síntomas de la enfermedad celíaca son muy variables, de acuerdo con la edad de presentación de la enfermedad y otros factores exógenos. Así en los niños, la EC generalmente se pone de manifiesto a partir de los 6 meses de edad con la introducción de las papillas en la alimentación, y en las formas graves, antes de los dos años. Lo hace generalmente en forma de diarrea crónica, acompañada de distensión abdominal, acompañada de pérdida de peso y retraso de crecimiento, constituyendo la denominada “forma clásica” o triada característica. Sin embargo, otros síntomas que también aparecen con cierta frecuencia en la infancia, son la anorexia, los vómitos, la irritabilidad e incluso el estreñimiento, que puede también ser muy llamativo.

Las formas de presentación en el adulto son muy variadas y menos características, por lo que se denominan “formas atípicas”. La diarrea aparece en menos del 50% de los pacientes y la pérdida de peso es poco llamativa, encontrando que hasta un 30% de los pacientes presentan sobrepeso en el momento del diagnóstico.

Se ha descrito gráficamente la presencia de enfermedad celíaca como un “iceberg” en el que la parte visible y clínicamente manifiesta son las formas clásicas que predominan en la infancia, mientras que las formas atípicas u oligosintomáticas, que aparecen predominantemente en el adulto, constituyen su parte oculta.

Otras formas frecuentes incluyen además de la anemia crónica, la osteoporosis, el estreñimiento, la aparición de síntomas neurológicos, la aparición de lesiones cutáneas tipo dermatitis herpetiforme, la hipoproteinemia, hipocalcemia y/o la presencia de pruebas de función hepática persistentemente alteradas.

Las manifestaciones extra-digestivas pueden ser múltiples y de naturaleza muy variada siendo muchas de ellas motivadas por carencias crónicas de oligoelementos por su dificultad de absorción intestinal y otras de tipo autoinmune, formando como una “amalgama proteiforme” de enfermedades asociadas, todas ellas con un denominador común, que es la intolerancia al gluten existente.

El diagnóstico de un paciente celíaco

Muchos pacientes que visitan a un especialista en Aparato Digestivo presentan una larga historia de evolución basada en diversas y reiteradas molestias digestivas y extra-digestivas asociadas, que han precisado de múltiples hospitalizaciones con diferentes diagnósticos no bien definidos y que incluso han sido sometidas a diversas intervenciones quirúrgicas con indicaciones no bien precisadas, antes de llegar al diagnóstico definitivo de enfermedad celíaca.

Ocasionalmente se puede diagnosticar en el curso de una endoscopia digestiva alta indicada por otros motivos, tales como síntomas de reflujo gastroesofágico o anemia crónica de origen no filiado y por ello se recomienda la toma de biopsias duodenales múltiples ante su sospecha, para poder confirmarla y evitar así tener que repetirla. Además, pacientes con Dispepsia Funcional o Síndrome de Intestino Irritable, tienen la posibilidad de ser realmente celíacos, en más del 60% de los casos. Y la presencia de lesiones cutáneas tipo dermatitis herpetiforme (DH), caracterizadas por la presencia de vesículas, costras y fisuras localizadas en la superficie extensora de las extremidades, pero también en palmas de las manos, planta de los pies, cuero cabelludo, acompañadas de intenso prurito, aparecen en 1 de cada 4 pacientes celíacos (un 25%) y son tan características que son consideradas como la EC cutánea y la “tarjeta de visita” de presentación del paciente celíaco.

¿Cuál es el tratamiento para la celiaquía?

El único tratamiento disponible en la actualidad para controlar la enfermedad, es la dieta sin gluten (DSG), que debe ser estricta y mantenida de por vida.

¿Existe riesgo de enfermedades asociadas y complicaciones si soy celíaco?

Al tratarse de una enfermedad autoinmune, con frecuencia se presentan enfermedades asociadas muy variadas, tanto de la piel (DH), como del tiroides (hipotiroidismo), anemia ferropénica refractaria, jaquecas, osteoporosis, trastornos de infertilidad, abortos de repetición, fibromialgia y otras muchas y variadas.

Además, se pueden presentar complicaciones tanto intestinales, como extra-digestivas. En su aparición y desarrollo influye notablemente el retraso diagnóstico, que hay que tratar de evitarlo y acortarlo al máximo, para evitar padecer molestias innecesarias y prevenir el desarrollo de complicaciones.

Por Dr. Luis Ricardo Rodrigo Sáez
Aparato digestivo

El Dr. Luis Rodrigo Sáez es Médico Especialista en Aparato Digestivo. Realizó su Licenciatura en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid, finalizando sus estudios en Junio de 1967. Hizo su especialidad en la Clinica Puerta de Hierro de Madrid, durante los años 1968-71. Realizó su Tesis Doctoral en el año 1975 en Oviedo, ciudad donde ha realizado toda su carrera profesional y docente, de forma ininterrumpida entre los años 1972 al 2014, ambos inclusive.

Fue Jefe de Servicio de Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Central de Asturias en Oviedo desde el año 1996. Profesor Titular de Medicina desde 1983. En 2010 fue nombrado Catedrático de Medicina de la Universidad de Oviedo.

En la actualidad ejerce su labor como Médico Especialista de Aparato Digestivo en su Consulta Privada en Oviedo, desde hace más de 40 años.

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