Infidelidad se parece a infelicidad
En el año 2000 se estrenó ‘Infiel’, una magnífica película que trataba sobre las relaciones paralelas de pareja. Un crítico dijo sobre ella que “la palabra infidelidad se parece demasiado a infelicidad”.
Entendemos por infidelidad el mantenimiento de relaciones sexuales o amorosas con una tercera persona a espaldas de la propia pareja. Cuando se descubre, se trata de un hecho que nunca deja las cosas como estaban previamente, y sitúa siempre a la pareja en un punto muy alejado del basal. Supone un terremoto del que es prácticamente imposible salir ileso ni siquiera empleando el patrón que anteriormente servía de nexo para la relación.
Muchos factores pueden ser los causantes del mantenimiento de una relación al margen de la pareja. Los más frecuentes son la inmadurez de la relación y la existencia de una patología en uno de los miembros como fases maníacas, depresión o adicción al sexo, además de estrés, egolatría o fobia en uno de los dos. Cuando uno descubre una infidelidad pierde su presente, pero también su futuro y su pasado con esa persona. Son demasiadas cosas a la vez para que puedan resultar fáciles de digerir, y siempre ponen de manifiesto un problema previo en la estructura de pareja.
¿A qué conduce la infidelidad?
La infidelidad no solo lleva a la infelicidad, sino que también procede de ella. En muchas ocasiones, la separación es una decisión mucho más sana y madura que la obstinación en mantener la pareja contra viento y marea. Una persona madura puede reconocer el final de su relación, lo que le permitirán separarse y estar preparada para establecer nuevas relaciones sentimentales y sexuales.
Frecuentemente tendemos a satanizar al infiel, pero es clave comprenderle. Muchas veces el engañado es tan responsable de la infidelidad como el que la comete pues ha podido crear una relación ficticia que tan sólo satisface sus propias necesidades.
Ayuda a la infidelidad
La infidelidad es la fiebre de una relación enferma. Es por eso que es necesario conocer las raíces del problema y solucionarlo en la medida de lo posible. Tomarse estos terremotos como oportunidades supone redefinir mejor las cosas y llevar a los individuos a una felicidad y bienestar que sin una situación límite no hubiesen podido alcanzar nunca.