Incontinencia urinaria masculina: factores de riesgo y tratamiento
Escrito por:Existe una incontinencia de esfuerzo (10%), una incontinencia por urgencia para orinar (60%) y, una incontinencia mixta (30%).
¿Cuáles son los factores de riesgo?
- Edad: al igual que en las mujeres, la incidencia -número de casos nuevos-, se incrementa con los años.
- Alteraciones del aparato urinario inferior: aparece en un 34% de los varones que tienen estas alteraciones y, en un 15% entre los que no la padecen. Así, por ejemplo, es más frecuente en los que padecen de prostatismo o hipertrofia benigna de próstata –cuadro clínico motivado por obstrucción de la próstata a la salida de orina-, dándose incluso la incontinencia por rebosamiento.
- Afectación motora y cognitiva: más frecuente en aquellos varones que tienen problemas de movilidad y del intelecto, como puede ser el Parkinson, la demencia senil, la depresión, la Esclerosis Múltiple, o infartos cerebrales.
- Cirugía sobre el tracto urinario inferior: especialmente en las realizadas sobre la próstata, y más si se trata de un tumor, ya que durante la cirugía hay que seccionar la uretra y pueden dañarse el esfínter.
- Enfermedades pulmonares y tabaco: las enfermedades y situaciones que aumentan la presión del abdomen, como la bronquitis crónica (por la tos continuada) y el enfisema, aumentan el riesgo de incontinencia de orina.
- El tratamiento con diuréticos: dado que aumentan la producción de orina por parte de los riñones, llenando en exceso la vejiga.

por urgencia para orinar (60%) y, una incontinencia mixta (30%)
¿Qué tipos de incontinencia hay?
- Por incompetencia del esfínter externo de la uretra.
- Por contracciones involuntarias de la vejiga que el cerebro es incapaz de gobernar.
- Por vejiga neurógena: con origen en el cerebro, en la médula espinal, o en los nervios periféricos.
- Por rebosamiento: cuando la vejiga se encuentra llena y va “desbordando”; es más frecuente en los pacientes con hiperplasia benigna prostática.
¿Cómo se llega a su diagnóstico?
Mediante la Historia Clínica y mediante la Exploración Física, siendo muy importante palpar el abdomen para descartar la presencia de masas o, incluso, una vejiga llena de orina – lo que entendemos por globo vesical –, que ya nos estará poniendo sobre aviso de que la vejiga no vacía bien.
Por supuesto, la Exploración Neurológica es esencial y, especialmente, el Estudio Urodinámico, en él se va a poder determinar el funcionamiento global de todo el aparato urinario inferior (vejiga y esfínter). Esta prueba incluye la Flujometría, a través de la cual conoceremos la fuerza del chorro de la orina; también será necesario valorar el residuo que queda tras la micción (residuo postmiccional).
Imprescindible solicitar una Ecografía, tanto de ambos riñones como de la vejiga y próstata, pues nos puede orientar respecto a la existencia de alteraciones anatómicas, quistes, litiasis, tanto a nivel renal como vesical, tumores o crecimiento prostático que dificulte la salida de orina.
¿Cuál es su tratamiento?
- Incontinencia de origen esfinteriano
Generalmente la afectación del esfínter es debida a lesión del mismo tras una cirugía prostática. El tratamiento, por tanto, será rehabilitación de la musculatura del suelo pélvico; si no es efectiva se puede realizar una intervención que consiste en la inyección, a través de la uretra (endoscópica), de unas sustancias que forman habones en el cuello de la vejiga disminuyendo la luz uretral y dificultando con ello el escape de orina. En la actualidad, también se pueden colocar unas cintas, a modo de malla, justo debajo de la uretra, cuya función es la de ejercer de “hamaca” de la misma, especialmente ante los esfuerzos, impidiendo así, el escape de orina. Como último recurso tenemos la posibilidad de implantar un esfínter uretral artificial.
- Incontinencia por inestabilidad de la vejiga
La vejiga realiza espasmos, debido a contracciones involuntarias de su músculo detrusor. Para entendernos, sería una vejiga “nerviosa”. Favorecen estos espasmos el nerviosismo, el frío, el alcohol, el café, las bebidas gaseosas, la diabetes mellitus, hernias discales lumbares y algunas enfermedades neurológicas. Hoy por hoy tenemos fármacos para evitar estas contracciones: la mayor parte de ellos son los denominados anticolinérgicos.
- Incontinencia por vejiga neurógena
Su tratamiento es más complejo y, en ocasiones precisa realizar varios sondajes diarios por el propio paciente (autosondajes), con el fin de evacuar la orina de la vejiga.